/ miércoles 2 de octubre de 2024

Longevidad

“La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento, y cuanto mayor tiempo estés en la tierra, tanta más experiencia has de adquirir”. Lyman Frank Baum

Sin importar sexo, edad, raza, religión u otros condicionales, los humanos poseemos valores por el solo hecho de ser personas. Uno de ellos es la dignidad, fundada en el concepto que todos merecemos respeto sin importar las circunstancias o argumentos de cualquier naturaleza. Lo mismo la tiene el beato que el delincuente, no obstante que el malhechor merezca aplicarle las sanciones que impone una sociedad ofendida y de ninguna manera emplear la política de abrazos no balazos. La dignidad humana es básica para desarrollar y establecer normas de conducta como también se aplican en las religiones. Un punto álgido es la discusión para instituir reglas que no hieran la dignidad debido a diferentes criterios que deben ir de la mano de la ética y en particular de los principios morales de cada persona ante las vertiginosas innovaciones del desarrollo científico y tecnológico. Aunque la dignidad está relacionada con la moral, tienen distinto margen de aplicación, la dignidad real, no se puede eludir, es innata, mientras la moral es adquirida. La primera, ingénita u ontológica es un valor intrínseco de cada persona de donde se desprende el ser libre, mientras la moral es norma que evita el abuso de la libertad y de la voluntad personal.

En el Día Internacional de las Personas de edad (1 de octubre) el tema propuesto por la ONU para este año es “Envejecer con dignidad”, con la intención de fortalecer los sistemas de apoyo a la población de mayor edad que ha aumentado sustancialmente desde el final de la segunda guerra mundial, basta observar en la vía pública que en años recientes vemos mayor número de personas usando bastón u otros auxiliares para caminar con seguridad, asimismo se han creado leyes para proteger al longevo que obliga a particulares y autoridades a disponer obras y acciones que faciliten el desplazamiento, rampas para evitar escalones, estacionamiento para autos, sanitarios con mayor espacio y adecuaciones especiales que se señalan con el logo del discapacitado, siendo innegable que la edad avanzada es causa de inhabilidad motora.

Revisando los elementos que han producido el aumento del promedio de edad que ha puesto a temblar los presupuestos de jubilación, hace 75 años la tercera parte de población carecía de agua entubada y drenaje, lo que favorecía las infecciones gastrointestinales, primera causa de muerte en nuestro país principalmente en niños que en los números abatían la esperanza de vida al nacer, la segunda era causada por enfermedades respiratorias, más frecuentes en niños y en el adulto mayor. Otros elementos han sido la prevención de enfermedades y la atención médica de la Seguridad social y de la Secretaría de Salud que, si bien falta mucho para compararse con Dinamarca, han sido determinantes para prolongar y mejorar la calidad la vida.

En una mirada a la esperanza de vida a través de casi un siglo, en 1930 era de 34 años, y antes de la pandemia Covid-19 llegó a los 75, para luego, con el flagelo de la enfermedad viral, declinó significativamente. Un dato interesante tomado del INEGI, en el área rural de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas es donde hay más personas centenarias a pesar de ser áreas con mayor rezago en educación y en salud, asimismo, en el índice de Progreso Social de 2021, Oaxaca ocupó el último lugar y Chiapas el 30º entre las 32 entidades federativas.

Lo deseable no es vivir más años, es vivir con bienestar físico, psicológico y social.

flokay33@gmail.com

“La experiencia es lo único que trae consigo el conocimiento, y cuanto mayor tiempo estés en la tierra, tanta más experiencia has de adquirir”. Lyman Frank Baum

Sin importar sexo, edad, raza, religión u otros condicionales, los humanos poseemos valores por el solo hecho de ser personas. Uno de ellos es la dignidad, fundada en el concepto que todos merecemos respeto sin importar las circunstancias o argumentos de cualquier naturaleza. Lo mismo la tiene el beato que el delincuente, no obstante que el malhechor merezca aplicarle las sanciones que impone una sociedad ofendida y de ninguna manera emplear la política de abrazos no balazos. La dignidad humana es básica para desarrollar y establecer normas de conducta como también se aplican en las religiones. Un punto álgido es la discusión para instituir reglas que no hieran la dignidad debido a diferentes criterios que deben ir de la mano de la ética y en particular de los principios morales de cada persona ante las vertiginosas innovaciones del desarrollo científico y tecnológico. Aunque la dignidad está relacionada con la moral, tienen distinto margen de aplicación, la dignidad real, no se puede eludir, es innata, mientras la moral es adquirida. La primera, ingénita u ontológica es un valor intrínseco de cada persona de donde se desprende el ser libre, mientras la moral es norma que evita el abuso de la libertad y de la voluntad personal.

En el Día Internacional de las Personas de edad (1 de octubre) el tema propuesto por la ONU para este año es “Envejecer con dignidad”, con la intención de fortalecer los sistemas de apoyo a la población de mayor edad que ha aumentado sustancialmente desde el final de la segunda guerra mundial, basta observar en la vía pública que en años recientes vemos mayor número de personas usando bastón u otros auxiliares para caminar con seguridad, asimismo se han creado leyes para proteger al longevo que obliga a particulares y autoridades a disponer obras y acciones que faciliten el desplazamiento, rampas para evitar escalones, estacionamiento para autos, sanitarios con mayor espacio y adecuaciones especiales que se señalan con el logo del discapacitado, siendo innegable que la edad avanzada es causa de inhabilidad motora.

Revisando los elementos que han producido el aumento del promedio de edad que ha puesto a temblar los presupuestos de jubilación, hace 75 años la tercera parte de población carecía de agua entubada y drenaje, lo que favorecía las infecciones gastrointestinales, primera causa de muerte en nuestro país principalmente en niños que en los números abatían la esperanza de vida al nacer, la segunda era causada por enfermedades respiratorias, más frecuentes en niños y en el adulto mayor. Otros elementos han sido la prevención de enfermedades y la atención médica de la Seguridad social y de la Secretaría de Salud que, si bien falta mucho para compararse con Dinamarca, han sido determinantes para prolongar y mejorar la calidad la vida.

En una mirada a la esperanza de vida a través de casi un siglo, en 1930 era de 34 años, y antes de la pandemia Covid-19 llegó a los 75, para luego, con el flagelo de la enfermedad viral, declinó significativamente. Un dato interesante tomado del INEGI, en el área rural de los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas es donde hay más personas centenarias a pesar de ser áreas con mayor rezago en educación y en salud, asimismo, en el índice de Progreso Social de 2021, Oaxaca ocupó el último lugar y Chiapas el 30º entre las 32 entidades federativas.

Lo deseable no es vivir más años, es vivir con bienestar físico, psicológico y social.

flokay33@gmail.com

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