/ miércoles 15 de diciembre de 2021

Los Absurdos que Vivimos

Si usted piensa que le voy a hablar una vez más en esta ocasión de lo que vivimos en el país que Kafka y sus cuates adoptaron para vivir, se equivoca, hoy, amanecí más que simple, así que me dediqué una vez más a observar casos de la vida real y le puedo asegurar que con más de uno de los ejemplos se va a identificar, porque, ¡dígame usted¡ si no hay cosa más desagradable que llegar a casa con hambre y a la hora de tomar el pan para ponerle mantequilla, ésta se encuentra casi congelada y lo único que sucede es que si es pan de caja acabamos haciéndolo pedazos en cada embarrada y al final comemos lo que encontramos, o cuando en el desayuno que generalmente es acelerado, se pone a freír un huevo para hacerlo estrellado y tras servir el primero, resulta que el segundo al sacarlo se le rompe y adiós yema y con ella la paciencia termina.

No puedes negar que más de una vez proferiste impertinencias cuando necesitabas unir algo con Diurex, cinta scotch o como la llames y te das cuenta de que no hay forma de encontrar el inicio y obviamente estás como retardado mental rasque y rasque sin llegar a nada pues la famosa cinta tiene final e inicio, lo difícil va a ser encontrar la punta, y, no me digas cuando con todo tu amor pones la pasta de dientes en el cepillo y al alzarlo para iniciar tu ritual se deprende y al suelo va a dar. Quién no se ha visto como atarantado tratando de meter el famoso USB en el hoyito correspondiente de su computadora y a duro y dale y no encontramos ni revés ni derecho para meterlo, aunque eso es mucho más leve que cuando te decides a colgar un cuadro u objeto en la pared y tras tres martillazos bien dados en el dedo y cuando crees que lo lograste, resulta que el clavo se dobla y la boca y el hígado se fruncen con el berrinche, aunque no se compara al que haces al estar sacando el corcho de la botella de vino y se te deshace dentro de ésta y, ni para atrás , ni para adelante a pesar del dicho de que lo que entra sale, corcho que se atora, generalmente se deshace antes de salir; como mexicanos somos, salsa y mole comemos, ¿puede haber algo más enojoso? que estar en una fiesta o comida y al llevarte del plato a la boca el apetitoso platillo, se le ocurre resbalar a la impertinente gota de salsa o mole por la cuchara, logrando manchar tu ropa ante la mirada burlona de quienes ahí se encuentran.

Para colmo, con tanto consejo que oímos y nos recomiendan, el día se hace chiquito y no rinde porque entre que tengo que comer una manzana al día para mantener al doctor fuera de casa -siempre y cuando el marido no sea doctor, porque a lo mejor vale más tenerlo en casa que comer una manzana- y los tres litros de agua que debo beber para estar sana, me paso el día corriendo entre revisar si tengo manzana para no enfermar, plátano para los calambres y el baño para desechar los tres litros de agua, además del cafecito que bebo, caigo en el absurdo del vivir como en circo de tres pistas, siempre estresada al filo del tiempo, corriendo, preguntándome las más de las veces si estoy en el camino correcto.

Por eso, ¡hoy¡, me paro para comprender el porqué de tanto o el por qué debo tomar yogurt y una aspirina diaria por si me da infarto, acompañada de fibra natural o no, para que mi intestino funcione y evite tener pólipos o colitis, o, si es mejor comer tres veces al día, o cuatro o seis para adelgazar.

Si recuerdo bien, mis padres y abuelos vivieron diferente y murieron casi sanos, así que desde hoy me preguntaré ante cada sugerencia o situación, para dónde voy y para qué y si vale o no la pena hacerlo, ante esta duda, si lo que vivo no reúne los parámetros marcados, me abstengo de hacerlo, es increíble cómo se mantiene y como se desvanece el tiempo porque la vida se atraviesa y siempre llega al final, así que mil cosas voy a deberle siempre a la vida, hay un misterio permanente en el vivir y una promesa para quien deja tanto absurdo correr, vivo con la íntima convicción que la ardua tarea de vivir se simplifica cuando reconocemos nuestras trifulcas, las necesarias para tener el valor de vivir, mientras usted elige qué hacer y qué no, yo espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx agradeciendo su compañía al leerme.

Si usted piensa que le voy a hablar una vez más en esta ocasión de lo que vivimos en el país que Kafka y sus cuates adoptaron para vivir, se equivoca, hoy, amanecí más que simple, así que me dediqué una vez más a observar casos de la vida real y le puedo asegurar que con más de uno de los ejemplos se va a identificar, porque, ¡dígame usted¡ si no hay cosa más desagradable que llegar a casa con hambre y a la hora de tomar el pan para ponerle mantequilla, ésta se encuentra casi congelada y lo único que sucede es que si es pan de caja acabamos haciéndolo pedazos en cada embarrada y al final comemos lo que encontramos, o cuando en el desayuno que generalmente es acelerado, se pone a freír un huevo para hacerlo estrellado y tras servir el primero, resulta que el segundo al sacarlo se le rompe y adiós yema y con ella la paciencia termina.

No puedes negar que más de una vez proferiste impertinencias cuando necesitabas unir algo con Diurex, cinta scotch o como la llames y te das cuenta de que no hay forma de encontrar el inicio y obviamente estás como retardado mental rasque y rasque sin llegar a nada pues la famosa cinta tiene final e inicio, lo difícil va a ser encontrar la punta, y, no me digas cuando con todo tu amor pones la pasta de dientes en el cepillo y al alzarlo para iniciar tu ritual se deprende y al suelo va a dar. Quién no se ha visto como atarantado tratando de meter el famoso USB en el hoyito correspondiente de su computadora y a duro y dale y no encontramos ni revés ni derecho para meterlo, aunque eso es mucho más leve que cuando te decides a colgar un cuadro u objeto en la pared y tras tres martillazos bien dados en el dedo y cuando crees que lo lograste, resulta que el clavo se dobla y la boca y el hígado se fruncen con el berrinche, aunque no se compara al que haces al estar sacando el corcho de la botella de vino y se te deshace dentro de ésta y, ni para atrás , ni para adelante a pesar del dicho de que lo que entra sale, corcho que se atora, generalmente se deshace antes de salir; como mexicanos somos, salsa y mole comemos, ¿puede haber algo más enojoso? que estar en una fiesta o comida y al llevarte del plato a la boca el apetitoso platillo, se le ocurre resbalar a la impertinente gota de salsa o mole por la cuchara, logrando manchar tu ropa ante la mirada burlona de quienes ahí se encuentran.

Para colmo, con tanto consejo que oímos y nos recomiendan, el día se hace chiquito y no rinde porque entre que tengo que comer una manzana al día para mantener al doctor fuera de casa -siempre y cuando el marido no sea doctor, porque a lo mejor vale más tenerlo en casa que comer una manzana- y los tres litros de agua que debo beber para estar sana, me paso el día corriendo entre revisar si tengo manzana para no enfermar, plátano para los calambres y el baño para desechar los tres litros de agua, además del cafecito que bebo, caigo en el absurdo del vivir como en circo de tres pistas, siempre estresada al filo del tiempo, corriendo, preguntándome las más de las veces si estoy en el camino correcto.

Por eso, ¡hoy¡, me paro para comprender el porqué de tanto o el por qué debo tomar yogurt y una aspirina diaria por si me da infarto, acompañada de fibra natural o no, para que mi intestino funcione y evite tener pólipos o colitis, o, si es mejor comer tres veces al día, o cuatro o seis para adelgazar.

Si recuerdo bien, mis padres y abuelos vivieron diferente y murieron casi sanos, así que desde hoy me preguntaré ante cada sugerencia o situación, para dónde voy y para qué y si vale o no la pena hacerlo, ante esta duda, si lo que vivo no reúne los parámetros marcados, me abstengo de hacerlo, es increíble cómo se mantiene y como se desvanece el tiempo porque la vida se atraviesa y siempre llega al final, así que mil cosas voy a deberle siempre a la vida, hay un misterio permanente en el vivir y una promesa para quien deja tanto absurdo correr, vivo con la íntima convicción que la ardua tarea de vivir se simplifica cuando reconocemos nuestras trifulcas, las necesarias para tener el valor de vivir, mientras usted elige qué hacer y qué no, yo espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx agradeciendo su compañía al leerme.

ÚLTIMASCOLUMNAS
miércoles 17 de abril de 2024

Cuando el río Suena

Tere Derbez

miércoles 20 de marzo de 2024

Y Cuando Despertamos…

Tere Derbez

miércoles 13 de marzo de 2024

El Reto de Ser Mujer

Tere Derbez

miércoles 06 de marzo de 2024

Tú, Cómo Amas

Tere Derbez

miércoles 28 de febrero de 2024

Quién no

Tere Derbez

miércoles 21 de febrero de 2024

¿Y tú……Qué Esperas?

Tere Derbez

miércoles 14 de febrero de 2024

En qué Mundo Estamos

Tere Derbez

miércoles 31 de enero de 2024

No te Rindas

Tere Derbez

Cargar Más