Finalmente sucedió; se consumó un proceso de designación, de suyo político, pero ahora utilizando por vez primera el procedimiento consignado en la Ley Fundamental, el cual involucra la participación de expertos y que había sido postergado. El martes pasado, luego de algunos desacuerdos de fondo, sobredimensionados en medios informativos y redes sociales, fueron designados por mayoría calificada de la Cámara de Diputados, cuatro consejeros generales del Instituto Nacional Electoral (INE). Ahora, el INE ya está completo, al menos ya cuenta con el órgano directivo de mayor envergadura sin vacantes.
Las personas seleccionadas fueron: (i) Norma Irene de la Cruz Magaña, licenciada en Periodismo y Comunicación, Maestra en Gestión de Mantenimiento de la Paz, con basta experiencia internacional como asesora y observadora electoral; (ii) José Martín Fernando Faz Mora, filósofo y maestro en Democracia y Derechos Humanos, con experiencia en órganos electorales; (iii) Carla Astrid Humphrey Jordan, abogada y asesora electoral; y (iiii) Uuc-kib Espadas Arcona, académico, antropólogo y autor de libros vinculados con la materia electoral.
Se trata de un proceso inédito; se estrenó, se ejecutó por vez primera la disposición constitucional, con la conformación del Comité Técnico. Se acabaron las cuotas partidistas, aunque no estoy seguro de que los cuates hayan seguido la misma suerte. Lo cierto es que la democracia se va desarrollando en vías de que en algún momento se consolide. Sabemos que este es un proceso, por definición inacabado, por lo que debe llevarse ad infinitum.
Este proceso sería impensable hace apenas unos años en México. Ciertamente, es perfectible.
La oposición votó a favor de los nombramientos, lo cual significa que la mayoría consideró a la minoría, es decir, se respetó este principio democrático. Votaron 409 diputadas y diputados, de los cuales, cinco se abstuvieron de votar y otros cinco lo hicieron en contra; con tal votación se logró la mayoría calificada constitucionalmente requerida (dos terceras partes), es decir, hubo acuerdo político. ¿Dónde se encontrarían los 91 diputados que no votaron? (33 de Morena, 18 del PAN, 18 del PRI, 9 del PES, 5 del PT, 3 del Verde, 2 de MC, 2 del PRD y 1 sin partido, según EL UNIVERSAL, 23 de julio de 2020).
Ahora, acorde al perfil de las personas designadas, nóveles consejeros, la crítica se centra en la continuidad en el INE, órgano estatal en donde hay excesos evidentes en algunas áreas, así como otras áreas de oportunidad (claro eufemismo); además, algunos consejeros se encuentran conflictuados con la 4T, pues hay voces que estiman que el mandato democrático era optar por un giro en el órgano administrativo comicial.
Por supuesto que las cabezas de los órganos directivos de toda institución, importan. Espero que los nuevos consejeros sean independientes y no hagan mella en sus decisiones los bienes accesorios e inherentes al cargo.
Ganó el diálogo, el acuerdo y la política, por lo que resultó innecesario acudir al azar, a la insaculación, procedimiento constitucionalmente permitido cuando la política resulta insuficiente.
