/ miércoles 1 de julio de 2020

Los Retos del T-MEC

Hoy entra en vigor el T-MEC, el tratado de libre comercio renegociado entre México, Estados Unidos y Canadá, después de haber sido publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de junio de 2020. Es un instrumento comercial muy controvertido en sus inicios, laureado por algunos y condenado por otros, especialmente representantes de las fuerzas políticas de izquierda en nuestro país, según su posición en la geometría política nacional. El TLCAN, y ahora el T-MEC, tienen un especial significado para los mexicanos, pues lo podemos considerar como un sistema de reglas jurídicas por las cuales se asegure la posibilidad de que México tenga oportunidades para competir en el contexto internacional, siendo un medio para impulsar el desarrollo económico tan deteriorado por decisiones políticas y contingencias naturales que nos han arrastrado a la peor caída en materia de crecimiento de la cual se tenga registro.


Se tiene también la esperanza de que paralelamente sea el instrumento para asegurar la vigencia del estado democrático regulado en la Constitución, donde no solo las instituciones económicas se consoliden, pues se trata de un instrumento especialmente comercial. Sin embargo, necesariamente nos abre la posibilidad de que las economías del los tres países que participan, al tener un alto intercambio comercial permitan que en México se consolide como una democracia donde impere como principio esencial el respeto a la ley, sin matices de ninguna especie.

Hace tres décadas iniciaron las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para muchos significaba el sueño que permitiría cambiar las condiciones económicas bajo las cuales vivía el pueblo de México, mientas otros lo veían como una amenaza que permitiría al vecino del norte adueñarse de todas nuestras riquezas naturales y de mercado.

La esperanza de mayor desarrollo económico, tenía como base la suscripción de diversos tratados en Europa con resultados positivos, pues varios países rezagados en su desarrollo lograron alentadores índices de prosperidad en tiempo récord gracias a los diversos tratados que suscribieron a los largo de más de 60 años iniciando con el Tratado de París con el que formalmente quedo constituida la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, así la experiencia europea, era muy alentadora especialmente para México.

Sí hacemos una evaluación de las condiciones en las que nos encontrábamos en la época inicial de acuerdos que dieron nacimiento al TLCAN en 1990 en relación a la actualidad, podemos considerar que tenemos avances muy significativos, pues el ingreso per cápita de los mexicanos según cifras del Banco Mundial en 1990 alcanzaba la cifra de 3,112.27 US-Dólares, y ya para 2018 alcanzaba la cantidad de 9,673.44 US-Dólares. En otro rubro también importante, relativo a la esperanza de vida, consultando las cifras del INEGI en 1990 alcanzaban los varones la edad promedio de loa hombres era de 68 años y las mujeres de 75 años, mientras en 2016 los varones alcanzan promedio una esperanza de vida de 72.6 y las mujeres de 77.8 años. Si bien es cierto estas cifras no experimentan un notable incremento, si existen avances importantes de los cuales podemos estar satisfechos.

El incremento de la pobreza y la concentración de la riqueza en pocas manos, son problemas que lamentablemente no hemos podido resolver. Los gobiernos emanados de diferentes partidos políticos no han encontrado soluciones para lograr una mayor redistribución de la riqueza nacional.

Los efectos positivos que hemos alcanzado durante los años de vigencia del TLCAN son innumerables, pero paralelamente también ha crecido en forma considerable la inseguridad y la corrupción, por lo que deja para el T-MEC la esperanza de que los mexicanos seamos capaces de aprovechar las oportunidades que representa pertenecer a uno de los mayores mercados del mundo y que el T-MEC sea uno de los medios que podamos utilizar para superar estos fenómenos devastadores y alcanzar una sociedad más justa, erradicando en lo posible la pobreza.

Correo electrónico: alejandro_lara_r@yahoo.com.mx

Hoy entra en vigor el T-MEC, el tratado de libre comercio renegociado entre México, Estados Unidos y Canadá, después de haber sido publicado en el Diario Oficial de la Federación el 29 de junio de 2020. Es un instrumento comercial muy controvertido en sus inicios, laureado por algunos y condenado por otros, especialmente representantes de las fuerzas políticas de izquierda en nuestro país, según su posición en la geometría política nacional. El TLCAN, y ahora el T-MEC, tienen un especial significado para los mexicanos, pues lo podemos considerar como un sistema de reglas jurídicas por las cuales se asegure la posibilidad de que México tenga oportunidades para competir en el contexto internacional, siendo un medio para impulsar el desarrollo económico tan deteriorado por decisiones políticas y contingencias naturales que nos han arrastrado a la peor caída en materia de crecimiento de la cual se tenga registro.


Se tiene también la esperanza de que paralelamente sea el instrumento para asegurar la vigencia del estado democrático regulado en la Constitución, donde no solo las instituciones económicas se consoliden, pues se trata de un instrumento especialmente comercial. Sin embargo, necesariamente nos abre la posibilidad de que las economías del los tres países que participan, al tener un alto intercambio comercial permitan que en México se consolide como una democracia donde impere como principio esencial el respeto a la ley, sin matices de ninguna especie.

Hace tres décadas iniciaron las negociaciones para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para muchos significaba el sueño que permitiría cambiar las condiciones económicas bajo las cuales vivía el pueblo de México, mientas otros lo veían como una amenaza que permitiría al vecino del norte adueñarse de todas nuestras riquezas naturales y de mercado.

La esperanza de mayor desarrollo económico, tenía como base la suscripción de diversos tratados en Europa con resultados positivos, pues varios países rezagados en su desarrollo lograron alentadores índices de prosperidad en tiempo récord gracias a los diversos tratados que suscribieron a los largo de más de 60 años iniciando con el Tratado de París con el que formalmente quedo constituida la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, así la experiencia europea, era muy alentadora especialmente para México.

Sí hacemos una evaluación de las condiciones en las que nos encontrábamos en la época inicial de acuerdos que dieron nacimiento al TLCAN en 1990 en relación a la actualidad, podemos considerar que tenemos avances muy significativos, pues el ingreso per cápita de los mexicanos según cifras del Banco Mundial en 1990 alcanzaba la cifra de 3,112.27 US-Dólares, y ya para 2018 alcanzaba la cantidad de 9,673.44 US-Dólares. En otro rubro también importante, relativo a la esperanza de vida, consultando las cifras del INEGI en 1990 alcanzaban los varones la edad promedio de loa hombres era de 68 años y las mujeres de 75 años, mientras en 2016 los varones alcanzan promedio una esperanza de vida de 72.6 y las mujeres de 77.8 años. Si bien es cierto estas cifras no experimentan un notable incremento, si existen avances importantes de los cuales podemos estar satisfechos.

El incremento de la pobreza y la concentración de la riqueza en pocas manos, son problemas que lamentablemente no hemos podido resolver. Los gobiernos emanados de diferentes partidos políticos no han encontrado soluciones para lograr una mayor redistribución de la riqueza nacional.

Los efectos positivos que hemos alcanzado durante los años de vigencia del TLCAN son innumerables, pero paralelamente también ha crecido en forma considerable la inseguridad y la corrupción, por lo que deja para el T-MEC la esperanza de que los mexicanos seamos capaces de aprovechar las oportunidades que representa pertenecer a uno de los mayores mercados del mundo y que el T-MEC sea uno de los medios que podamos utilizar para superar estos fenómenos devastadores y alcanzar una sociedad más justa, erradicando en lo posible la pobreza.

Correo electrónico: alejandro_lara_r@yahoo.com.mx