/ martes 22 de enero de 2019

Maltrato al Congreso de la Unión

La semana pasada (el 15 de enero) estaba agendada la comparecencia de los titulares de Hacienda, Energía, PEMEX y Profeco ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a efecto de responder algunas interrogantes y cuestionamientos en torno al problema de desabasto de combustible en parte del territorio nacional. La reunión no se llevó a cabo, ya que la mayoría de los servidores públicos de referencia no acudieron a la cita, lo cual repruebo; algunos cancelaron con minutos de antelación, una descortesía.

El Poder Legislativo de la Unión, depositado en el Congreso, es el órgano del Estado mexicano que representa tanto al pueblo de México como a las partes integrantes de la federación, es decir, a las entidades federativas; en consecuencia, su constitución es plural y diversa, en claro reflejo de la sociedad mexicana, en él caben todas las expresiones, aún las minoritarias. El Poder Ejecutivo, en cambio, es el órgano estatal que administra los recursos de la nación y ejecuta los mandatos tanto del Legislativo como del Judicial, es directamente elegido por el pueblo en su mayoría y debido al diseño constitucional mexicano no caben las minorías, sin que esto implique que no puedan ser consideradas por su titular, en aras de la inclusión y sin que se configure un gobierno de coalición, como hoy ocurre.

Por tal motivo y en la inteligencia de que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo y se ejerce a través de los Poderes de la Unión (artículos 39 y 41, párrafo primero, constitucionales) es a los representantes del pueblo a quienes los poderes constituidos deben rendir cuentas, lo cual implica no solamente señalar cómo se han utilizado los recursos públicos (técnicos, materiales, humanos, por citar algunos) sino en informar y justificar la toma de decisiones. La rendición de cuentas, por supuesto, no excluye la labor informativa a través de los medios de comunicación.

Considero que la ausencia en cuestión no se trata de cerrazón ante cuestionamientos de la oposición; a guisa de ejemplo, se registra que el gobierno de la república ha recibido a los mandatarios estatales, tanto de Guanajuato como de Jalisco, con ambos ha tenido una relación de coordinación y entendimiento (como los propios gobernadores han expresado). Cabe señalar que ninguno de ellos es emanado del partido político del presidente, por el contrario, son la excepción al tsunami morenista registrado el uno de julio pasado. Tampoco considero que la ausencia obedezca a opacidad gubernamental, pues la información que puede compartirse (otra, por razones de seguridad y estrategia, debe ser reservada) fluye cada mañana en voz del propio AMLO en la conferencia de prensa acostumbrada.

La ausencia probablemente se debe al cansancio natural de trabajar 18 horas diarias (cálculo propio a partir de la declaración de la Secretaria de Gobernación), estado que impedía que los comparecientes estuviesen en condiciones para atender los requerimientos de los legisladores y, por tanto, consideraron que era peor acudir así que la descortesía. A saber. Otorgo el beneficio de la duda. Lo cierto es que se perdió la oportunidad de explicar en una tribuna plural y del Estado, las valientes acciones emprendidas y la expectativa de los beneficios.

Quizás la contingencia nacional justifique el incumplimiento al acuerdo político que derivó en el citatorio inobservado. Justificado o no, el agravio, descortesía, desaire, indiferencia, incumplimiento, inasistencia, maltrato o como guste denominarlo, se dio. Hago votos porque esto no se vuelva práctica, que sea un hecho aislado y que la 4T continúe siguiendo la directriz de la concordia y la unidad que pregona.

La información proporcionada por el titular del Poder Ejecutivo en la conferencia mañanera o ante gobernadores no excluye a la que debe dar al Legislador. Cuidemos y fortalezcamos nuestro régimen constitucional de pesos y contrapesos.

La semana pasada (el 15 de enero) estaba agendada la comparecencia de los titulares de Hacienda, Energía, PEMEX y Profeco ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, a efecto de responder algunas interrogantes y cuestionamientos en torno al problema de desabasto de combustible en parte del territorio nacional. La reunión no se llevó a cabo, ya que la mayoría de los servidores públicos de referencia no acudieron a la cita, lo cual repruebo; algunos cancelaron con minutos de antelación, una descortesía.

El Poder Legislativo de la Unión, depositado en el Congreso, es el órgano del Estado mexicano que representa tanto al pueblo de México como a las partes integrantes de la federación, es decir, a las entidades federativas; en consecuencia, su constitución es plural y diversa, en claro reflejo de la sociedad mexicana, en él caben todas las expresiones, aún las minoritarias. El Poder Ejecutivo, en cambio, es el órgano estatal que administra los recursos de la nación y ejecuta los mandatos tanto del Legislativo como del Judicial, es directamente elegido por el pueblo en su mayoría y debido al diseño constitucional mexicano no caben las minorías, sin que esto implique que no puedan ser consideradas por su titular, en aras de la inclusión y sin que se configure un gobierno de coalición, como hoy ocurre.

Por tal motivo y en la inteligencia de que la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo y se ejerce a través de los Poderes de la Unión (artículos 39 y 41, párrafo primero, constitucionales) es a los representantes del pueblo a quienes los poderes constituidos deben rendir cuentas, lo cual implica no solamente señalar cómo se han utilizado los recursos públicos (técnicos, materiales, humanos, por citar algunos) sino en informar y justificar la toma de decisiones. La rendición de cuentas, por supuesto, no excluye la labor informativa a través de los medios de comunicación.

Considero que la ausencia en cuestión no se trata de cerrazón ante cuestionamientos de la oposición; a guisa de ejemplo, se registra que el gobierno de la república ha recibido a los mandatarios estatales, tanto de Guanajuato como de Jalisco, con ambos ha tenido una relación de coordinación y entendimiento (como los propios gobernadores han expresado). Cabe señalar que ninguno de ellos es emanado del partido político del presidente, por el contrario, son la excepción al tsunami morenista registrado el uno de julio pasado. Tampoco considero que la ausencia obedezca a opacidad gubernamental, pues la información que puede compartirse (otra, por razones de seguridad y estrategia, debe ser reservada) fluye cada mañana en voz del propio AMLO en la conferencia de prensa acostumbrada.

La ausencia probablemente se debe al cansancio natural de trabajar 18 horas diarias (cálculo propio a partir de la declaración de la Secretaria de Gobernación), estado que impedía que los comparecientes estuviesen en condiciones para atender los requerimientos de los legisladores y, por tanto, consideraron que era peor acudir así que la descortesía. A saber. Otorgo el beneficio de la duda. Lo cierto es que se perdió la oportunidad de explicar en una tribuna plural y del Estado, las valientes acciones emprendidas y la expectativa de los beneficios.

Quizás la contingencia nacional justifique el incumplimiento al acuerdo político que derivó en el citatorio inobservado. Justificado o no, el agravio, descortesía, desaire, indiferencia, incumplimiento, inasistencia, maltrato o como guste denominarlo, se dio. Hago votos porque esto no se vuelva práctica, que sea un hecho aislado y que la 4T continúe siguiendo la directriz de la concordia y la unidad que pregona.

La información proporcionada por el titular del Poder Ejecutivo en la conferencia mañanera o ante gobernadores no excluye a la que debe dar al Legislador. Cuidemos y fortalezcamos nuestro régimen constitucional de pesos y contrapesos.