/ lunes 27 de julio de 2020

Mejorando el sistema de pensiones

“No ahorres lo que te queda después de gastar. Gasta lo que te quede después de ahorrar”. W. Buffet

Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un proyecto de reforma al sistema de pensiones mismo que, desde mi perspectiva y la de muchos otros analistas, es algo que requería hacerse desde hace ya bastante tiempo. Una realidad que compartimos con muchos otros países con un alto grado de pobreza e informalidad económica es la falta de mecanismos, herramientas y campañas enfocadas en fomentar el ahorro para el retiro, problemática que se traduce (en muchas ocasiones) en el abandono de una población vulnerable: los adultos mayores. Lo anterior, se puede ver reflejado en una de las tantas conclusiones del libro Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis: el mexicano promedio no se preocupa por su futuro, pues Dios proveerá.

La informalidad es un problema que siempre ha estado latente en nuestro país, muchas son las fuerzas que buscan reformarlo, pero otras más pelean por dejar las cosas como están. Actualmente muchas de las personas próximas a retirarse no cuentan con el número de años necesario (25 años) para acceder a una pensión, de igual manera, las aportaciones voluntarias y patronales son tan bajas que el monto de la pensión a la cual tienen acceso no podrá siquiera satisfacer las necesidades básicas para poder vivir sin seguir trabajando, motivos más que suficientes para presentar, discutir y aprobar este proyecto de reforma.

Pero, ¿qué beneficios se pueden esperar con esta reforma? esta busca beneficiar específicamente a quienes menos ingresos tienen (siempre y cuando formen parte de la formalidad económica). Una disminución en el número de semanas necesarias para acceder a una pensión, así como un incremento en los montos de estas son, sin lugar a duda, los objetivos a alcanzar en el corto y mediano plazo, siempre y cuando se cuente con el apoyo del sector empresarial.

Asimismo, para poder lograr un mayor impacto, esta reforma deberá estar acompañada de campañas de concientización, información e incluso incentivos para que los trabajadores aumenten sus aportaciones voluntarias, de este modo, se genera un compromiso mutuo entre el empleado y el empleador, compromiso que en el largo plazo se traducirá en más y mejores pensiones para los trabajadores mexicanos, quienes tendrán un retiro digno el cual no los obligará a buscar otras fuentes de ingresos para satisfacer sus necesidades básicas.

Sin embargo, esta reforma no busca únicamente beneficiar a los trabajadores de nuestro país. Un común denominador de muchos países que se encuentran en quiebra es un sistema de pensiones que absorbe un alto porcentaje del presupuesto gubernamental, adicionalmente, cuando se dan factores como una menor recaudación fiscal (que sucede en tiempos de crisis, por lo general) es claro que, atendiendo a las circunstancias, muchas veces los pensionados sufrirán las consecuencias.

Ahora bien, ¿cuáles son las deficiencias que presenta esta reforma? existen varias de estas, pero, la de mayor riesgo es la de mudar parte del mercado laborar formal a la informalidad. Mayores tasas de aportación patronal para el retiro son sinónimo de mayores costos operativos para las empresas y, como ya sabemos, pocas de estas aceptarán absorber dicho costo sin reflejarlo en los salarios o transferirlo a los consumidores finales.

Para concluir, esta reforma buscará que los trabajadores puedan acceder a una pensión mayor a lo estimado con la antigua Ley (hasta en un 40% más). Como hemos visto, no todo está tan perdido con esta administración, ojalá se haga más trabajo en equipo para poder generar más de estas iniciativas cuyas intenciones sean las de beneficiar a los mexicanos y, en mayor medida, a la población de bajos recursos, como lo haría un gran estadista.

“No ahorres lo que te queda después de gastar. Gasta lo que te quede después de ahorrar”. W. Buffet

Hace unos días, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un proyecto de reforma al sistema de pensiones mismo que, desde mi perspectiva y la de muchos otros analistas, es algo que requería hacerse desde hace ya bastante tiempo. Una realidad que compartimos con muchos otros países con un alto grado de pobreza e informalidad económica es la falta de mecanismos, herramientas y campañas enfocadas en fomentar el ahorro para el retiro, problemática que se traduce (en muchas ocasiones) en el abandono de una población vulnerable: los adultos mayores. Lo anterior, se puede ver reflejado en una de las tantas conclusiones del libro Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis: el mexicano promedio no se preocupa por su futuro, pues Dios proveerá.

La informalidad es un problema que siempre ha estado latente en nuestro país, muchas son las fuerzas que buscan reformarlo, pero otras más pelean por dejar las cosas como están. Actualmente muchas de las personas próximas a retirarse no cuentan con el número de años necesario (25 años) para acceder a una pensión, de igual manera, las aportaciones voluntarias y patronales son tan bajas que el monto de la pensión a la cual tienen acceso no podrá siquiera satisfacer las necesidades básicas para poder vivir sin seguir trabajando, motivos más que suficientes para presentar, discutir y aprobar este proyecto de reforma.

Pero, ¿qué beneficios se pueden esperar con esta reforma? esta busca beneficiar específicamente a quienes menos ingresos tienen (siempre y cuando formen parte de la formalidad económica). Una disminución en el número de semanas necesarias para acceder a una pensión, así como un incremento en los montos de estas son, sin lugar a duda, los objetivos a alcanzar en el corto y mediano plazo, siempre y cuando se cuente con el apoyo del sector empresarial.

Asimismo, para poder lograr un mayor impacto, esta reforma deberá estar acompañada de campañas de concientización, información e incluso incentivos para que los trabajadores aumenten sus aportaciones voluntarias, de este modo, se genera un compromiso mutuo entre el empleado y el empleador, compromiso que en el largo plazo se traducirá en más y mejores pensiones para los trabajadores mexicanos, quienes tendrán un retiro digno el cual no los obligará a buscar otras fuentes de ingresos para satisfacer sus necesidades básicas.

Sin embargo, esta reforma no busca únicamente beneficiar a los trabajadores de nuestro país. Un común denominador de muchos países que se encuentran en quiebra es un sistema de pensiones que absorbe un alto porcentaje del presupuesto gubernamental, adicionalmente, cuando se dan factores como una menor recaudación fiscal (que sucede en tiempos de crisis, por lo general) es claro que, atendiendo a las circunstancias, muchas veces los pensionados sufrirán las consecuencias.

Ahora bien, ¿cuáles son las deficiencias que presenta esta reforma? existen varias de estas, pero, la de mayor riesgo es la de mudar parte del mercado laborar formal a la informalidad. Mayores tasas de aportación patronal para el retiro son sinónimo de mayores costos operativos para las empresas y, como ya sabemos, pocas de estas aceptarán absorber dicho costo sin reflejarlo en los salarios o transferirlo a los consumidores finales.

Para concluir, esta reforma buscará que los trabajadores puedan acceder a una pensión mayor a lo estimado con la antigua Ley (hasta en un 40% más). Como hemos visto, no todo está tan perdido con esta administración, ojalá se haga más trabajo en equipo para poder generar más de estas iniciativas cuyas intenciones sean las de beneficiar a los mexicanos y, en mayor medida, a la población de bajos recursos, como lo haría un gran estadista.