/ lunes 1 de julio de 2019

Migrantes y Refugiados

A través de millones de años se definieron y situaron en la geografía del planeta las razas que aprendí en la primaria en los años cuarenta, para después, en la misma década, precisarlo en secundaria en la clase de Geografía Humana que nos impartía el Lic. Carlos F. Guerra. La adaptación al medio fue, según las enseñanzas, la que configuró los rasgos fisonómicos y exteriores de los diferentes grupos de individuos, porque, la anatomía interna es la misma en el negro que en el blanco, en el nórdico que en el amerindio, en el oriental que el aborigen de Australia.

El concepto de las cinco razas tiende a ser cosa del pasado, para algunos expertos que estudian la ciencia de los pueblos, no existen esas diferencias raciales de cinco grupos étnicos definido. El momento demográfico que nos tocó vivir es cambiante con celeridad porque cada día nos mezclamos más y el aspecto físico de hombres y mujeres pasa desapercibido desde el punto de vista que estoy tratando. Hoy, en cualquier lugar del mundo es común encontrase en la calle con personas de diferentes latitudes como un hecho natural de poca trascendencia.

El movimiento de personas es lo que ha configurado la población del mundo actual. La historia como la conocemos no hubiera sido posible sin la inmigración, un fenómeno natural de la ecología poblacional si tenemos en cuenta que la diáspora del hombre primitivo emigró del continente africano para establecerse en los lugares habitables de la tierra.

Emigrantes que dejan sus pueblos para establecerse en otro. Inmigrantes que llegan a nuevos territorios en busca de una mejor calidad de vida, y que, en muchos casos han sido elemento esencial para la prosperidad de algunas naciones, buenos ejemplos los tenemos en los Estados Unidos y en Australia.

Sin embargo, estamos llegando a un punto de saturación, sea cual fuere el motivo de migratorio, la llegada de más gente no contribuye a mejorar la economía social de un país. Como en todo, hay excepciones como serían técnicos y científicos, intelectuales y artistas y otros llegados a cuentagotas, de ninguna manera masivamente como está sucediendo en diferentes lugares y en particular en nuestro país con las caravanas de centroamericanos, que, aprovechando la tolerancia que en un principio se les dispensó, se han agregado, africanos, caribeños y otros.

El conflicto está en la alternativa de a quien ayudar, ¿al hermano necesitado o al desconocido? La respuesta es obvia, no es justo las dádivas a otros países ante las enormes necesidades que de buen sector de connacionales. Es dar el pan cuando se padece hambre.

A través de millones de años se definieron y situaron en la geografía del planeta las razas que aprendí en la primaria en los años cuarenta, para después, en la misma década, precisarlo en secundaria en la clase de Geografía Humana que nos impartía el Lic. Carlos F. Guerra. La adaptación al medio fue, según las enseñanzas, la que configuró los rasgos fisonómicos y exteriores de los diferentes grupos de individuos, porque, la anatomía interna es la misma en el negro que en el blanco, en el nórdico que en el amerindio, en el oriental que el aborigen de Australia.

El concepto de las cinco razas tiende a ser cosa del pasado, para algunos expertos que estudian la ciencia de los pueblos, no existen esas diferencias raciales de cinco grupos étnicos definido. El momento demográfico que nos tocó vivir es cambiante con celeridad porque cada día nos mezclamos más y el aspecto físico de hombres y mujeres pasa desapercibido desde el punto de vista que estoy tratando. Hoy, en cualquier lugar del mundo es común encontrase en la calle con personas de diferentes latitudes como un hecho natural de poca trascendencia.

El movimiento de personas es lo que ha configurado la población del mundo actual. La historia como la conocemos no hubiera sido posible sin la inmigración, un fenómeno natural de la ecología poblacional si tenemos en cuenta que la diáspora del hombre primitivo emigró del continente africano para establecerse en los lugares habitables de la tierra.

Emigrantes que dejan sus pueblos para establecerse en otro. Inmigrantes que llegan a nuevos territorios en busca de una mejor calidad de vida, y que, en muchos casos han sido elemento esencial para la prosperidad de algunas naciones, buenos ejemplos los tenemos en los Estados Unidos y en Australia.

Sin embargo, estamos llegando a un punto de saturación, sea cual fuere el motivo de migratorio, la llegada de más gente no contribuye a mejorar la economía social de un país. Como en todo, hay excepciones como serían técnicos y científicos, intelectuales y artistas y otros llegados a cuentagotas, de ninguna manera masivamente como está sucediendo en diferentes lugares y en particular en nuestro país con las caravanas de centroamericanos, que, aprovechando la tolerancia que en un principio se les dispensó, se han agregado, africanos, caribeños y otros.

El conflicto está en la alternativa de a quien ayudar, ¿al hermano necesitado o al desconocido? La respuesta es obvia, no es justo las dádivas a otros países ante las enormes necesidades que de buen sector de connacionales. Es dar el pan cuando se padece hambre.