/ domingo 30 de mayo de 2021

Música, Lenguaje Universal

Desde el homo sapiens, la oralidad es el primer medio para externar ideas. Con nuestro lenguaje nativo o con uno o más idiomas podremos conversar y escribir, pero no en todos. Cuando desconocemos un lenguaje que se habla en nuestra pequeña aldea, el planeta tierra, un recurso es echar mano a la mímica. Gestos o alguna otra astucia y así medio entendernos con alguna tribu amazónica, una africana o con Tarahumaras rarámuri, chiapanecos tzotziles o tojolabales que no hablan el castellano.

La comunicación por medio de señas o lenguaje de signos de configuración gesto-espacial y percepción visual es la técnica de las personas sin el sentido del oído y por lo mismo impedidos para el aprendizaje de la palabra. Un método asombroso es el táctil que utilizó Helen Keller ciega, sorda y muda auxiliada por su maestra Anne Sullivan para convertirse en una de las comunicadoras más grandes de la historia. La misma que retó e inspiró a los Leones (clubes de leones) a ser "paladines de los ciegos en la cruzada contra la oscuridad".

En lejana ocasión aprendí de mi estimado amigo Ing. Eduardo Durón QEPD, que la voz humana es la asonancia musical más excelsa, pues qué chiste, le respondí, es creación de Dios. El canto es una forma de manifestar lo que se piensa o siente y por extensión, la comunicación por sonidos entre los animales. Sonidos de la eufonía en palabras del prusiano participante activo del movimiento romántico alemán, E. T. A. Hoffman que apuntó: “La música empieza donde se acaba el lenguaje”.

Nada nuevo, la música es un arte que ha acompañado al ser humano desde el comienzo de la historia. Con toda seguridad su origen tuvo lugar a partir del intento de imitar la “voz” del viento, el murmullo del arroyo, el chasquido de las hojas secas, el canto de las aves con rudimentarios instrumentos de aliento y de percusión, quizá inspirados en el ruido rítmico de los latidos del corazón.

La universalidad de la música como medio de comunicación es un proceso de entendimiento en que forma pare el valor del conocimiento y de las emociones sin necesidad de un aprendizaje previo. Es más fácil sentirla que explicarla o definirla, sin embargo, la educación juega un papel importante en el perfeccionamiento donde intervienen principios que permiten organizar sonidos para producir o mejorar la armonía, la melodía y el ritmo.

La música tiene algo sublime al producir una emoción que despierta los sentidos para comunicar estados de ánimo, sean de dolor, de nostalgia o de inmensa alegría. De cualquier modo, son gratos al oído al producir uno de los goces más grandes del hombre: el bienestar interior que revela lo más profundo de los sentimientos. La música produce placidez y felicidad, signos fehacientes de salud. El compositor alemán Carl Maria von Weber cuya prima hermana Constanze se casó con Mozart, exponía que la música es el verdadero lenguaje universal, sirve para interpretar una idea, un objeto, un deseo o un nombre.

Démonos tiempo a escuchar música, recomiendo la clásica para hacer a un lado los embates de la política. La salud del cuerpo y de la mente nos lo agradecerá.

Desde el homo sapiens, la oralidad es el primer medio para externar ideas. Con nuestro lenguaje nativo o con uno o más idiomas podremos conversar y escribir, pero no en todos. Cuando desconocemos un lenguaje que se habla en nuestra pequeña aldea, el planeta tierra, un recurso es echar mano a la mímica. Gestos o alguna otra astucia y así medio entendernos con alguna tribu amazónica, una africana o con Tarahumaras rarámuri, chiapanecos tzotziles o tojolabales que no hablan el castellano.

La comunicación por medio de señas o lenguaje de signos de configuración gesto-espacial y percepción visual es la técnica de las personas sin el sentido del oído y por lo mismo impedidos para el aprendizaje de la palabra. Un método asombroso es el táctil que utilizó Helen Keller ciega, sorda y muda auxiliada por su maestra Anne Sullivan para convertirse en una de las comunicadoras más grandes de la historia. La misma que retó e inspiró a los Leones (clubes de leones) a ser "paladines de los ciegos en la cruzada contra la oscuridad".

En lejana ocasión aprendí de mi estimado amigo Ing. Eduardo Durón QEPD, que la voz humana es la asonancia musical más excelsa, pues qué chiste, le respondí, es creación de Dios. El canto es una forma de manifestar lo que se piensa o siente y por extensión, la comunicación por sonidos entre los animales. Sonidos de la eufonía en palabras del prusiano participante activo del movimiento romántico alemán, E. T. A. Hoffman que apuntó: “La música empieza donde se acaba el lenguaje”.

Nada nuevo, la música es un arte que ha acompañado al ser humano desde el comienzo de la historia. Con toda seguridad su origen tuvo lugar a partir del intento de imitar la “voz” del viento, el murmullo del arroyo, el chasquido de las hojas secas, el canto de las aves con rudimentarios instrumentos de aliento y de percusión, quizá inspirados en el ruido rítmico de los latidos del corazón.

La universalidad de la música como medio de comunicación es un proceso de entendimiento en que forma pare el valor del conocimiento y de las emociones sin necesidad de un aprendizaje previo. Es más fácil sentirla que explicarla o definirla, sin embargo, la educación juega un papel importante en el perfeccionamiento donde intervienen principios que permiten organizar sonidos para producir o mejorar la armonía, la melodía y el ritmo.

La música tiene algo sublime al producir una emoción que despierta los sentidos para comunicar estados de ánimo, sean de dolor, de nostalgia o de inmensa alegría. De cualquier modo, son gratos al oído al producir uno de los goces más grandes del hombre: el bienestar interior que revela lo más profundo de los sentimientos. La música produce placidez y felicidad, signos fehacientes de salud. El compositor alemán Carl Maria von Weber cuya prima hermana Constanze se casó con Mozart, exponía que la música es el verdadero lenguaje universal, sirve para interpretar una idea, un objeto, un deseo o un nombre.

Démonos tiempo a escuchar música, recomiendo la clásica para hacer a un lado los embates de la política. La salud del cuerpo y de la mente nos lo agradecerá.