/ lunes 17 de febrero de 2020

Paso a pasito; inversión fija bruta

En mi columna pasada (Bienestar ¿sin crecimiento?) abordamos un tema fundamental para mejorar el bienestar de la población, el crecimiento económico. Como ya sabemos, el crecimiento (o en su caso decremento) de la economía es el resultado del comportamiento de la producción de bienes y servicios por parte de los agentes económicos que interactúan (o no) entre sí, pero que al final de cuentas forman parte del sistema económico. Así pues, la inversión (llamémosle así al capital disponible en una economía con el fin último de generar más y mejores bienes y servicios) es uno de los principales combustibles para el desarrollo con los que cuenta un país ya que esta hace posible la creación de más y mejores bienes y servicios que se ofertan a la sociedad y, para lograr que más y mejores bienes y servicios puedan ser ofertados será necesario generar más (pero no necesariamente mejores, desgraciadamente) empleos los cuales tendrá un impacto directo en el bienestar de la población.

Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que la inversión fija bruta (inversión destinada al desarrollo de la infraestructura física para la producción de más y mejores bienes y servicios) creció 1.1 por ciento durante noviembre de 2019 en comparación con el mes de octubre del mismo año y, presentó una caída de 2.8 por ciento respecto al mismo mes del 2018, sin embargo, tenemos que aclarar que para efectos económicos tiene un mayor peso el dato comparado con el mes inmediato anterior que año con año.

Este ligero crecimiento en la inversión fija bruta es explicado por el incremento que presentó la construcción, ¡por fin!, de 1.2 por ciento, durante noviembre de 2019 en comparación con octubre del mismo año. Pero ¿por qué es tan importante el sector construcción para la economía? Porque se considera un indicador adelantado de la economía, es decir, nos anticipa el comportamiento económico del país ya que, como sabemos, no sólo se construye para vivir; se construye para generar espacios de esparcimiento, para atender las necesidades de los individuos, para locales comerciales y para un sin fin de actividades más. Por ende, una recuperación en este sector, por más mínimo que sea, es bueno por su relación con toda la economía. Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo presentaron un crecimiento de 2.7 por ciento para el mismo periodo.

Por último, como le he mencionado ya en repetidas ocasiones, el crecimiento económico es vital para poder generar mayor bienestar en la sociedad; para poder crecer es mandatorio tener inversión; para que los agentes inviertan en nuestro país son necesarias condiciones legales, fiscales, administrativas y laborales; y, para generar estas condiciones se necesita que nuestro presidente sea puntual, coherente y se apegue al marco legal en su actuar, si el mismo genera incertidumbre difícilmente se podrán generar las condiciones que coadyuven a acceder en mayor medida a los beneficios que puede traer consigo el crecimiento económico.

En mi columna pasada (Bienestar ¿sin crecimiento?) abordamos un tema fundamental para mejorar el bienestar de la población, el crecimiento económico. Como ya sabemos, el crecimiento (o en su caso decremento) de la economía es el resultado del comportamiento de la producción de bienes y servicios por parte de los agentes económicos que interactúan (o no) entre sí, pero que al final de cuentas forman parte del sistema económico. Así pues, la inversión (llamémosle así al capital disponible en una economía con el fin último de generar más y mejores bienes y servicios) es uno de los principales combustibles para el desarrollo con los que cuenta un país ya que esta hace posible la creación de más y mejores bienes y servicios que se ofertan a la sociedad y, para lograr que más y mejores bienes y servicios puedan ser ofertados será necesario generar más (pero no necesariamente mejores, desgraciadamente) empleos los cuales tendrá un impacto directo en el bienestar de la población.

Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que la inversión fija bruta (inversión destinada al desarrollo de la infraestructura física para la producción de más y mejores bienes y servicios) creció 1.1 por ciento durante noviembre de 2019 en comparación con el mes de octubre del mismo año y, presentó una caída de 2.8 por ciento respecto al mismo mes del 2018, sin embargo, tenemos que aclarar que para efectos económicos tiene un mayor peso el dato comparado con el mes inmediato anterior que año con año.

Este ligero crecimiento en la inversión fija bruta es explicado por el incremento que presentó la construcción, ¡por fin!, de 1.2 por ciento, durante noviembre de 2019 en comparación con octubre del mismo año. Pero ¿por qué es tan importante el sector construcción para la economía? Porque se considera un indicador adelantado de la economía, es decir, nos anticipa el comportamiento económico del país ya que, como sabemos, no sólo se construye para vivir; se construye para generar espacios de esparcimiento, para atender las necesidades de los individuos, para locales comerciales y para un sin fin de actividades más. Por ende, una recuperación en este sector, por más mínimo que sea, es bueno por su relación con toda la economía. Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo presentaron un crecimiento de 2.7 por ciento para el mismo periodo.

Por último, como le he mencionado ya en repetidas ocasiones, el crecimiento económico es vital para poder generar mayor bienestar en la sociedad; para poder crecer es mandatorio tener inversión; para que los agentes inviertan en nuestro país son necesarias condiciones legales, fiscales, administrativas y laborales; y, para generar estas condiciones se necesita que nuestro presidente sea puntual, coherente y se apegue al marco legal en su actuar, si el mismo genera incertidumbre difícilmente se podrán generar las condiciones que coadyuven a acceder en mayor medida a los beneficios que puede traer consigo el crecimiento económico.