/ lunes 3 de mayo de 2021

PIB al Primer Trimestre del año

El pasado viernes 30 de abril, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer mediante uno de sus ya periódicos comunicados la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) en México para el primer trimestre del año (enero -marzo) y, para ser honestos, dichas estimaciones no son lo que esperamos, según el INEGI, para el periodo antes mencionado se estima un crecimiento de 0.4% en comparación con el último trimestre del 2020 y, una caía de 2.9% respecto al mismo periodo del 2020, esto en términos reales.

Desglosando los datos presentados por el INEGI, podemos observar que, en comparación con el último trimestre del 2020, las actividades secundarias (minería, generación de energía eléctrica y suministro de agua, construcción y la industria manufacturera) no presentan crecimiento alguno en esta estimación, pues se espera un 0.0% de crecimiento, las actividades terciarias (servicios) presentan una estimación de 0.7% de crecimiento y, por último, las primarias (agricultura, ganadería, pesca) presentan un decrecimiento estimado de 1.3%, todas ellas en comparación con el último trimestre del 2020.

Ahora bien, ¿qué se puede hacer (desde al lado del gobierno) para ayudar e impulsar la economía mexicana? Una de las respuestas es la de aumentar el gasto gubernamental, principalmente en la creación, generación y mantenimiento de infraestructura, el problema es que la recaudación no está precisamente en su mejor momento y hay aún mucho que atender en temas de salud y seguridad, lo que limita el margen para el movimiento de los recursos públicos. Lo anterior nos orilla a pensar en endeudamiento, pero ¿endeudarse está mal? La respuesta es no, debemos de saber que existe deuda buena y deuda mala (como lo he comentado ya en columnas anteriores), existe deuda que se puede considerar como inversión y aquella que únicamente es despilfarro.

Tratemos de escalar lo plasmado anteriormente a nivel personal; utilizar un crédito personal, de nómina, una tarjeta bancaria o cualquier otro instrumento cuya finalidad sea la de comprarnos un reloj (accesorio que no es de primera necesidad) por mero capricho, se podrá catalogar como deuda mala, ¿es necesario un reloj? No, y lo peor de todo, nos endeudamos para poder adquirirlo, pésima decisión (y más en tiempos de crisis). En contraste, ¿qué pasa si utilizamos un crédito personal, nuestras tarjetas bancarias o cualquier otro instrumento para poder solventar el pago del último semestre de nuestra universidad? Evidentemente será catalogado como inversión ya que lo esperado es que gracias a ello tendremos mas y mejores oportunidades de empleo en un futuro, ergo, tendrá un impacto positivo en nuestros ingresos, mismo que justificará nuestro endeudamiento en el pasado, o, en el caso específico, si utilizamos la deuda para comprar insumos para poder iniciar un pequeño negocio de comida corrida esto sería considerado inversión, no es deuda mala.

Para concluir, estas cifras apuntan a una recuperación lenta, si bien, hemos visto que hay una absoluta relajación respecto de la pandemia, es más, pareciera que esta ha cesado y nos hemos vuelto inmunes: bares, antros y plazas con una muy alta concentración de personas, lo que aparentemente tendría una implicación positiva (en cuanto al desempeño económico) en nuestro país, sin embargo, el INEGI estima un crecimiento bastante reducido, lo que nos indicaría que estamos en una recuperación económica sumamente lenta, a pesar de los intentos por agilizarla. Uno de los problemas que estaremos enfrentando será el desempleo, pues recordaremos que antes de entrar la pandemia en nuestro país ya afrentábamos una crisis económica hecha en casa.

El pasado viernes 30 de abril, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer mediante uno de sus ya periódicos comunicados la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) en México para el primer trimestre del año (enero -marzo) y, para ser honestos, dichas estimaciones no son lo que esperamos, según el INEGI, para el periodo antes mencionado se estima un crecimiento de 0.4% en comparación con el último trimestre del 2020 y, una caía de 2.9% respecto al mismo periodo del 2020, esto en términos reales.

Desglosando los datos presentados por el INEGI, podemos observar que, en comparación con el último trimestre del 2020, las actividades secundarias (minería, generación de energía eléctrica y suministro de agua, construcción y la industria manufacturera) no presentan crecimiento alguno en esta estimación, pues se espera un 0.0% de crecimiento, las actividades terciarias (servicios) presentan una estimación de 0.7% de crecimiento y, por último, las primarias (agricultura, ganadería, pesca) presentan un decrecimiento estimado de 1.3%, todas ellas en comparación con el último trimestre del 2020.

Ahora bien, ¿qué se puede hacer (desde al lado del gobierno) para ayudar e impulsar la economía mexicana? Una de las respuestas es la de aumentar el gasto gubernamental, principalmente en la creación, generación y mantenimiento de infraestructura, el problema es que la recaudación no está precisamente en su mejor momento y hay aún mucho que atender en temas de salud y seguridad, lo que limita el margen para el movimiento de los recursos públicos. Lo anterior nos orilla a pensar en endeudamiento, pero ¿endeudarse está mal? La respuesta es no, debemos de saber que existe deuda buena y deuda mala (como lo he comentado ya en columnas anteriores), existe deuda que se puede considerar como inversión y aquella que únicamente es despilfarro.

Tratemos de escalar lo plasmado anteriormente a nivel personal; utilizar un crédito personal, de nómina, una tarjeta bancaria o cualquier otro instrumento cuya finalidad sea la de comprarnos un reloj (accesorio que no es de primera necesidad) por mero capricho, se podrá catalogar como deuda mala, ¿es necesario un reloj? No, y lo peor de todo, nos endeudamos para poder adquirirlo, pésima decisión (y más en tiempos de crisis). En contraste, ¿qué pasa si utilizamos un crédito personal, nuestras tarjetas bancarias o cualquier otro instrumento para poder solventar el pago del último semestre de nuestra universidad? Evidentemente será catalogado como inversión ya que lo esperado es que gracias a ello tendremos mas y mejores oportunidades de empleo en un futuro, ergo, tendrá un impacto positivo en nuestros ingresos, mismo que justificará nuestro endeudamiento en el pasado, o, en el caso específico, si utilizamos la deuda para comprar insumos para poder iniciar un pequeño negocio de comida corrida esto sería considerado inversión, no es deuda mala.

Para concluir, estas cifras apuntan a una recuperación lenta, si bien, hemos visto que hay una absoluta relajación respecto de la pandemia, es más, pareciera que esta ha cesado y nos hemos vuelto inmunes: bares, antros y plazas con una muy alta concentración de personas, lo que aparentemente tendría una implicación positiva (en cuanto al desempeño económico) en nuestro país, sin embargo, el INEGI estima un crecimiento bastante reducido, lo que nos indicaría que estamos en una recuperación económica sumamente lenta, a pesar de los intentos por agilizarla. Uno de los problemas que estaremos enfrentando será el desempleo, pues recordaremos que antes de entrar la pandemia en nuestro país ya afrentábamos una crisis económica hecha en casa.