/ lunes 12 de octubre de 2020

Plan de Inversión ¿Impulsor Económico?

Como le he mencionado en más de alguna ocasión, una mancuerna entre el sector público y el privado es la única forma mediante la cual la economía mexicana podrá recuperarse en un menor tiempo y de la mejor manera, sin esta alianza difícilmente podremos regresar a niveles prepandemia ya que por sí solo el gobierno no tiene los recursos disponibles en estos momentos (sin tener que recurrir a deuda).

Hace un par de días, el cinco de octubre (para ser exactos), en una de sus habituales conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal en compañía de integrantes y representantes de la iniciativa privada dieron a conocer un plan de inversión en infraestructura que constará de un total de 39 proyectos a lo largo del territorio mexicano y que ascenderá a los 297,344 millones de pesos (mdp), lo que representaría cerca del 1% del PIB, asimismo, a través de este plan de inversión se prevé generar hasta 190 mil empleos y una gran derrama económica, esto último al ser el sector de la construcción uno primordial para la economía y actuar como un indicador adelantado (marcará la tendencia de qué es lo que podrá esperar en la economía, esto por su gran demanda de capitales, trabajo, bienes y servicios).

Del total de los proyectos anunciados (39), siete de estos actualmente se encuentran ya en ejecución, lo que nos restarían un total de 32 proyectos que estarán próximos a iniciar, mismos que ascienden a un monto de inversión de 259,195 mdp y que en su mayoría serán proyectos de infraestructura vial (carreteros). ¿Cuáles son los proyectos por destacar? La instalación de una coquizadora en la refinería de Tula con una inversión de 54,705 mdp por PEMEX; la construcción del tren México – Querétaro cuya inversión asciende a 51,300 mdp por SCT; un corredor ferroviario en Monterrey por 19,811 mdp a cargo de FIDEPROES; la construcción del tren suburbano Lechería – Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con una inversión de 12,565 mdp por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; las obras de conectividad al AIFA cuya inversión rondará los 9,200 mdp por BANOBRAS y FONADIN; dos libramientos en San Luis Potosí con una inversión de 7,182 mdp, entre otros, donde se buscará que en cada proyecto la iniciativa privada invierta como mínimo el 50% para su realización.

Lo anterior nos hace preguntarnos, ¿acaso AMLO por fin entendió el papel que juega la inversión privada en el desarrollo de un país, o, será que los empresarios de gran calibre, las cámaras y los consejos empresariales entendieron que sin el apoyo del gobierno todo se vuelve más complejo? Sea cual sea, que por fin estén haciendo equipo sin lugar a duda traerá consigo un gran beneficio para la sociedad, sobre todo si estos proyectos buscarán generar, desarrollar y mejorar infraestructura en zonas marginadas de nuestro país, ya que sin esta la brecha entre las regiones seguirá creciendo de manera exponencial y, de lograrse un nuevo pacto fiscal, podría acrecentarse aún más dicha brecha entre la región norte y sur de nuestro país.

Para finalizar, las perspectivas económicas de nuestro país para este año se han ido ajustando con el paso del tiempo, sin embargo, una gran mayoría de bancos, consultoras y economistas han pronosticado una caída de hasta dos dígitos, esto como resultado de la crisis sanitaria que se vive en el mundo por el COVID-19 (como a todos sabemos) y los constantes (y ya muy lastimosos) roces entre el sector público y el privado, aunque parece que esto último está rectificándose y se empiezan a dar las alianzas estratégicas que tanto han aportado a aquellas naciones y regiones que las han sabido aprovechar (China es un claro ejemplo de esto). Debido a la dimensión en los montos de inversión, ciudadanos, sociedad civil, privados y gobierno deberemos poner plena atención en los procesos que se llevarán a cabo para la ejecución de dichos proyectos ya que de lo contrario podríamos tener mega proyectos repletos de corrupción que al final no sean factibles.



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Como le he mencionado en más de alguna ocasión, una mancuerna entre el sector público y el privado es la única forma mediante la cual la economía mexicana podrá recuperarse en un menor tiempo y de la mejor manera, sin esta alianza difícilmente podremos regresar a niveles prepandemia ya que por sí solo el gobierno no tiene los recursos disponibles en estos momentos (sin tener que recurrir a deuda).

Hace un par de días, el cinco de octubre (para ser exactos), en una de sus habituales conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal en compañía de integrantes y representantes de la iniciativa privada dieron a conocer un plan de inversión en infraestructura que constará de un total de 39 proyectos a lo largo del territorio mexicano y que ascenderá a los 297,344 millones de pesos (mdp), lo que representaría cerca del 1% del PIB, asimismo, a través de este plan de inversión se prevé generar hasta 190 mil empleos y una gran derrama económica, esto último al ser el sector de la construcción uno primordial para la economía y actuar como un indicador adelantado (marcará la tendencia de qué es lo que podrá esperar en la economía, esto por su gran demanda de capitales, trabajo, bienes y servicios).

Del total de los proyectos anunciados (39), siete de estos actualmente se encuentran ya en ejecución, lo que nos restarían un total de 32 proyectos que estarán próximos a iniciar, mismos que ascienden a un monto de inversión de 259,195 mdp y que en su mayoría serán proyectos de infraestructura vial (carreteros). ¿Cuáles son los proyectos por destacar? La instalación de una coquizadora en la refinería de Tula con una inversión de 54,705 mdp por PEMEX; la construcción del tren México – Querétaro cuya inversión asciende a 51,300 mdp por SCT; un corredor ferroviario en Monterrey por 19,811 mdp a cargo de FIDEPROES; la construcción del tren suburbano Lechería – Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con una inversión de 12,565 mdp por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; las obras de conectividad al AIFA cuya inversión rondará los 9,200 mdp por BANOBRAS y FONADIN; dos libramientos en San Luis Potosí con una inversión de 7,182 mdp, entre otros, donde se buscará que en cada proyecto la iniciativa privada invierta como mínimo el 50% para su realización.

Lo anterior nos hace preguntarnos, ¿acaso AMLO por fin entendió el papel que juega la inversión privada en el desarrollo de un país, o, será que los empresarios de gran calibre, las cámaras y los consejos empresariales entendieron que sin el apoyo del gobierno todo se vuelve más complejo? Sea cual sea, que por fin estén haciendo equipo sin lugar a duda traerá consigo un gran beneficio para la sociedad, sobre todo si estos proyectos buscarán generar, desarrollar y mejorar infraestructura en zonas marginadas de nuestro país, ya que sin esta la brecha entre las regiones seguirá creciendo de manera exponencial y, de lograrse un nuevo pacto fiscal, podría acrecentarse aún más dicha brecha entre la región norte y sur de nuestro país.

Para finalizar, las perspectivas económicas de nuestro país para este año se han ido ajustando con el paso del tiempo, sin embargo, una gran mayoría de bancos, consultoras y economistas han pronosticado una caída de hasta dos dígitos, esto como resultado de la crisis sanitaria que se vive en el mundo por el COVID-19 (como a todos sabemos) y los constantes (y ya muy lastimosos) roces entre el sector público y el privado, aunque parece que esto último está rectificándose y se empiezan a dar las alianzas estratégicas que tanto han aportado a aquellas naciones y regiones que las han sabido aprovechar (China es un claro ejemplo de esto). Debido a la dimensión en los montos de inversión, ciudadanos, sociedad civil, privados y gobierno deberemos poner plena atención en los procesos que se llevarán a cabo para la ejecución de dichos proyectos ya que de lo contrario podríamos tener mega proyectos repletos de corrupción que al final no sean factibles.



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