/ domingo 9 de diciembre de 2018

Prohibido enfermarse

La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas

Albert Camus


Lo que vemos en las personas son sus actitudes. Sus pensamientos y emociones solo tratamos de figurarlas o adivinarlas. El temperamento es una cualidad innata, es decir, de origen genético y por tanto no modificable, no puede ser cambiado, por lo tanto, no es educable. En cambio, el carácter es adquirido por medio de hábitos obtenidos por la condición biológica y social susceptible a modificarse o al menos ser controlable.

Estos conceptos no son novedad para los psicólogos, bajo estos postulados se han hecho estudios para esquematizar y dibujar el origen y la evolución que han tenido personajes que han reformado, para bien o para mal, la historia de las naciones y o el mundo, en particular los de origen humilde que se han convertido en actores carismáticos que han atraído para sí la el apoyo para dirigir a sus pueblos. Como en las cosas y en los seres vivientes, hay pros y contras, pero como nadie es igual en el pensar, lo que para uno es bueno para otro puede ser malo. Unificar criterios universalmente es imposible. Si todos pensáramos igual, la vida no tendría atractivo, sería muy aburrida.

Los que han llegado a la supremacía del poder han transitado por laberintos que superar y seguir adelante. Hechos que los ponen al borde de la tentación y caer en las redes de la soberbia, de creerse indispensables o los únicos capaces de gobernar a las masas. Son personas que atraen a la gente por su personalidad,

inteligentes y manipuladores que utilizan métodos populistas hasta que llegan a un sitio donde la reacción opositora ha perdido la capacidad de convencer. En este punto, la demagogia sola no es sustento, por lo que recurren a la fuerza policial y de las fuerzas armadas por medio de privilegios. Como lo dijo Pancho Villa “no puede haber dictador sin su ejército”

El hábil militar y político Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela por la vía democrática (1999) después de una campaña de promesas sin sustento. Fue un hombre de temperamento propio, muy personal, carismático, que cayó en el embeleso de sentirse el único que podía guiar s su pueblo. Utilizó su popularidad para, con pausas modificar o cambiar reglamentos y leyes que fortalecieron su mandato y reelegirse. Pudo con todo, menos con el asesino cáncer. Preparó la sucesión a su muerte inminente, recayendo en un súbdito que aprendió bien la lección que ha seguido al pie de la letra la ruta del “yo todopoderoso” que ha llevado a su país al desastre social y económico.

Aunque así parezca, no busco semejanzas con México, me refiero solo a la patria de Simón Bolívar y al heredero de Hugo Chávez, el dictadorzuelo Nicolás Maduro. Venezuela, querido país donde gozo de la amistad de amigos que sufren los sinsabores de la dictadura. Está prohibido enfermarse, me dijo un compañero médico que sigue laborando entre penurias porque hay lazos familiares y circunstancias de por medio que lo tienen sujeto al terruño. La charla no fue ni en Venezuela ni en México hace un mes ante otros paisanos suyos, casi llorara al contarme la tragedia que vive su país.

Transcribo fragmentos de un artículo “prohibido”, escrito por un médico de un hospital de Maracay, la capital del estado de Aragua junto al Distrito Capital, en Caracas donde están las dependencias federales. “Los médicos sufrimos ataques desde varios frentes, uno de ellos es el Estado. En los hospitales se vive persecución y miedo: no nos permiten trabajar en condiciones óptimas y se niegan el suministro de insumos (…) Los médicos tenemos que recibir a diario la queja, la frustración de los pacientes y de sus familiares por las condiciones en las que se trabaja hoy en el sistema de salud pública; (…) los pacientes tienen que traer todo: los guates, el gorro, el cubre boca (…) Enfermarse en el país es un problema: la gente tiene que decidir si come o compra medicina para curarse….”

Una muestra. Más cl 50% de los niños dejaron de asistir a las escuelas públicas por falta de comida en casa, tienen que buscar sustento con sus padres; 300% aumentó la matrícula en escuelas privadas; Escases de medicinas en 90%; Solo el 20% de los enfermos con VIH reciben atención; Menos del 25% de hogares reportan consumo de carne en Maracaibo, Mérida y Caracas; Inflación acumulada en 2017 es de 2616% y este año va para cifra estratosférica. El año pasado se reportaron 26,487 homicidios, 98% en impunidad.

Se agotó el espacio, mejor, porque en inseguridad e impunidad andamos por los mismos números con la diferencia que aquí, la mayoría de los crímenes son entre bandas de delincuentes.

AMLO. En el discurso del día primero dijo que mantendrá la disciplina fiscal, no aumentará la deuda pública y respetará la autonomía de Banco de México. Son postulados del neoliberalismo que tanto atacó

La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas

Albert Camus


Lo que vemos en las personas son sus actitudes. Sus pensamientos y emociones solo tratamos de figurarlas o adivinarlas. El temperamento es una cualidad innata, es decir, de origen genético y por tanto no modificable, no puede ser cambiado, por lo tanto, no es educable. En cambio, el carácter es adquirido por medio de hábitos obtenidos por la condición biológica y social susceptible a modificarse o al menos ser controlable.

Estos conceptos no son novedad para los psicólogos, bajo estos postulados se han hecho estudios para esquematizar y dibujar el origen y la evolución que han tenido personajes que han reformado, para bien o para mal, la historia de las naciones y o el mundo, en particular los de origen humilde que se han convertido en actores carismáticos que han atraído para sí la el apoyo para dirigir a sus pueblos. Como en las cosas y en los seres vivientes, hay pros y contras, pero como nadie es igual en el pensar, lo que para uno es bueno para otro puede ser malo. Unificar criterios universalmente es imposible. Si todos pensáramos igual, la vida no tendría atractivo, sería muy aburrida.

Los que han llegado a la supremacía del poder han transitado por laberintos que superar y seguir adelante. Hechos que los ponen al borde de la tentación y caer en las redes de la soberbia, de creerse indispensables o los únicos capaces de gobernar a las masas. Son personas que atraen a la gente por su personalidad,

inteligentes y manipuladores que utilizan métodos populistas hasta que llegan a un sitio donde la reacción opositora ha perdido la capacidad de convencer. En este punto, la demagogia sola no es sustento, por lo que recurren a la fuerza policial y de las fuerzas armadas por medio de privilegios. Como lo dijo Pancho Villa “no puede haber dictador sin su ejército”

El hábil militar y político Hugo Chávez llegó a la presidencia de Venezuela por la vía democrática (1999) después de una campaña de promesas sin sustento. Fue un hombre de temperamento propio, muy personal, carismático, que cayó en el embeleso de sentirse el único que podía guiar s su pueblo. Utilizó su popularidad para, con pausas modificar o cambiar reglamentos y leyes que fortalecieron su mandato y reelegirse. Pudo con todo, menos con el asesino cáncer. Preparó la sucesión a su muerte inminente, recayendo en un súbdito que aprendió bien la lección que ha seguido al pie de la letra la ruta del “yo todopoderoso” que ha llevado a su país al desastre social y económico.

Aunque así parezca, no busco semejanzas con México, me refiero solo a la patria de Simón Bolívar y al heredero de Hugo Chávez, el dictadorzuelo Nicolás Maduro. Venezuela, querido país donde gozo de la amistad de amigos que sufren los sinsabores de la dictadura. Está prohibido enfermarse, me dijo un compañero médico que sigue laborando entre penurias porque hay lazos familiares y circunstancias de por medio que lo tienen sujeto al terruño. La charla no fue ni en Venezuela ni en México hace un mes ante otros paisanos suyos, casi llorara al contarme la tragedia que vive su país.

Transcribo fragmentos de un artículo “prohibido”, escrito por un médico de un hospital de Maracay, la capital del estado de Aragua junto al Distrito Capital, en Caracas donde están las dependencias federales. “Los médicos sufrimos ataques desde varios frentes, uno de ellos es el Estado. En los hospitales se vive persecución y miedo: no nos permiten trabajar en condiciones óptimas y se niegan el suministro de insumos (…) Los médicos tenemos que recibir a diario la queja, la frustración de los pacientes y de sus familiares por las condiciones en las que se trabaja hoy en el sistema de salud pública; (…) los pacientes tienen que traer todo: los guates, el gorro, el cubre boca (…) Enfermarse en el país es un problema: la gente tiene que decidir si come o compra medicina para curarse….”

Una muestra. Más cl 50% de los niños dejaron de asistir a las escuelas públicas por falta de comida en casa, tienen que buscar sustento con sus padres; 300% aumentó la matrícula en escuelas privadas; Escases de medicinas en 90%; Solo el 20% de los enfermos con VIH reciben atención; Menos del 25% de hogares reportan consumo de carne en Maracaibo, Mérida y Caracas; Inflación acumulada en 2017 es de 2616% y este año va para cifra estratosférica. El año pasado se reportaron 26,487 homicidios, 98% en impunidad.

Se agotó el espacio, mejor, porque en inseguridad e impunidad andamos por los mismos números con la diferencia que aquí, la mayoría de los crímenes son entre bandas de delincuentes.

AMLO. En el discurso del día primero dijo que mantendrá la disciplina fiscal, no aumentará la deuda pública y respetará la autonomía de Banco de México. Son postulados del neoliberalismo que tanto atacó