/ martes 17 de mayo de 2022

Prospectiva

Desastre o Libertad

En la vida política del país no es suficiente con llevar una cuenta regresiva, por más que nos aliente pensar que ya solamente nos quedan unos 800 días de seguir aguantando al actual gobierno.

La relación entre la sociedad y su gobierno se configura a partir de tener que soportar las consecuencias de los dichos y de los hechos que genera un gobernante que da la impresión de que ha leído menos libros de los que ha escrito (algún día aparecerá el amanuense), como han aparecido las evidencias de la corrupción del presidente de nuestro país, como están apareciendo los acuerdos y los motivos ideológicos hacia donde el presidente confirma su inclinación pese a que los personajes de la izquierda mexicana buscan los medios para deslindarse de los dichos del propio presidente de México es decir, tampoco la izquierda mexicana quiere “cargar” con las consecuencias del desastre que representa el MORENA y su propietario, el presidente López.

Un País en medio de una crisis donde el gobierno de la república es encabezado por un autócrata que vive confundido y no atina a explicar (aunque sea para él mismo) qué es lo que quiere hacer con el país, por desgracia para los mexicanos el presidente sigue pensando en repartir dinero a través de los programas de gasto social, ahora también con los gobiernos de Centroamérica y el Caribe, es decir “pagando por que se le reconozca algún liderazgo en el área”.

A la incompetencia de las tribus que ejercen el poder hay que agregar la incompetencia de las autoridades de los estados y de los municipios, su dependencia presupuestal y su falta de carácter para hacer valer la autonomía de los poderes, más grave la relación de los poderes legislativos y judiciales.

Los aspiracionistas a seguir viviendo del presupuesto gubernamental, de mantenerse en el relevo sexenal y de que cuando llegue la guillotina del cambio de sexenio, estén amparados por algún nuevo liderazgo de sus grupos en el poder, se acercan a una encrucijada: liberarse de la farsa del grupo en el poder o hacer valer sus relaciones para acomodarse en donde sea con tal de no perder el privilegio de vivir de los recursos que se generan con las aportaciones derivadas de los impuestos que pagan los mexicanos.

El barco de la pretendida transformación sigue sin timonel, haciendo agua por todos los frentes y cada menos tripulante dispuestos a entregar el resto en esa aventura sin destino, su autócrata líder propone el desastre y las respuestas tienen más dudas que certezas.

Quererse comparar con los movimiento sociales y políticos de otros tiempos, a reserva de discutir qué tan transformadores fueron, le agrega ingredientes que entre una libre interpretación pueden representar sólo una visión loca de un autócrata que se encontró con el poder y sigue sin saber qué hacer con él, por el momento solo se identifica con los otros autócratas, dictadores y también representantes del desastre.

Prefiero la libertad, construir desde ahí una nueva visión, nuevo en sentido generacional y especialmente alejada de posiciones ideológicas fracasadas, que han traído a la sociedad confrontación, odio y una dialéctica trasnochada que ha llevado a una “lucha de frades” como diría don Eulalio Ferrer.

Prefiero la libertad y a los que antepone su deseo de servir a una sociedad cansada de un viejo, muy viejo...Sistema político que siempre se ha sustentado en la obediencia ciega, improductiva, sin indicadores, rancia.

Al preferir la libertad espero que las alianzas opositoras logren construir la alternativa y dejen de perder el tiempo en discursos opositores en vez de proponer las nuevas rutas de recuperación del escenario de crisis que vive la nación y que no puede esperar más.

Alinear las estrategias supone nuevos liderazgos para encabezar y construir con la sociedad una realidad esperanzadora con la que se pueda recuperar (aunque sea en parte) el tiempo perdido como lo ha sido todo este sexenio.

Si quien encabeza la alianza opositora se llama Enrique de la Madrid o Juan Carlos Romero o Juan Pablo Castañón pues generan los encuentros que permitan conocer en este entorno su capacidad, sus convicciones, sus propuestas.

Para regresar la esperanza a los mexicanos hacen bien las propuestas…para catarsis ya fue suficiente.

José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

Desastre o Libertad

En la vida política del país no es suficiente con llevar una cuenta regresiva, por más que nos aliente pensar que ya solamente nos quedan unos 800 días de seguir aguantando al actual gobierno.

La relación entre la sociedad y su gobierno se configura a partir de tener que soportar las consecuencias de los dichos y de los hechos que genera un gobernante que da la impresión de que ha leído menos libros de los que ha escrito (algún día aparecerá el amanuense), como han aparecido las evidencias de la corrupción del presidente de nuestro país, como están apareciendo los acuerdos y los motivos ideológicos hacia donde el presidente confirma su inclinación pese a que los personajes de la izquierda mexicana buscan los medios para deslindarse de los dichos del propio presidente de México es decir, tampoco la izquierda mexicana quiere “cargar” con las consecuencias del desastre que representa el MORENA y su propietario, el presidente López.

Un País en medio de una crisis donde el gobierno de la república es encabezado por un autócrata que vive confundido y no atina a explicar (aunque sea para él mismo) qué es lo que quiere hacer con el país, por desgracia para los mexicanos el presidente sigue pensando en repartir dinero a través de los programas de gasto social, ahora también con los gobiernos de Centroamérica y el Caribe, es decir “pagando por que se le reconozca algún liderazgo en el área”.

A la incompetencia de las tribus que ejercen el poder hay que agregar la incompetencia de las autoridades de los estados y de los municipios, su dependencia presupuestal y su falta de carácter para hacer valer la autonomía de los poderes, más grave la relación de los poderes legislativos y judiciales.

Los aspiracionistas a seguir viviendo del presupuesto gubernamental, de mantenerse en el relevo sexenal y de que cuando llegue la guillotina del cambio de sexenio, estén amparados por algún nuevo liderazgo de sus grupos en el poder, se acercan a una encrucijada: liberarse de la farsa del grupo en el poder o hacer valer sus relaciones para acomodarse en donde sea con tal de no perder el privilegio de vivir de los recursos que se generan con las aportaciones derivadas de los impuestos que pagan los mexicanos.

El barco de la pretendida transformación sigue sin timonel, haciendo agua por todos los frentes y cada menos tripulante dispuestos a entregar el resto en esa aventura sin destino, su autócrata líder propone el desastre y las respuestas tienen más dudas que certezas.

Quererse comparar con los movimiento sociales y políticos de otros tiempos, a reserva de discutir qué tan transformadores fueron, le agrega ingredientes que entre una libre interpretación pueden representar sólo una visión loca de un autócrata que se encontró con el poder y sigue sin saber qué hacer con él, por el momento solo se identifica con los otros autócratas, dictadores y también representantes del desastre.

Prefiero la libertad, construir desde ahí una nueva visión, nuevo en sentido generacional y especialmente alejada de posiciones ideológicas fracasadas, que han traído a la sociedad confrontación, odio y una dialéctica trasnochada que ha llevado a una “lucha de frades” como diría don Eulalio Ferrer.

Prefiero la libertad y a los que antepone su deseo de servir a una sociedad cansada de un viejo, muy viejo...Sistema político que siempre se ha sustentado en la obediencia ciega, improductiva, sin indicadores, rancia.

Al preferir la libertad espero que las alianzas opositoras logren construir la alternativa y dejen de perder el tiempo en discursos opositores en vez de proponer las nuevas rutas de recuperación del escenario de crisis que vive la nación y que no puede esperar más.

Alinear las estrategias supone nuevos liderazgos para encabezar y construir con la sociedad una realidad esperanzadora con la que se pueda recuperar (aunque sea en parte) el tiempo perdido como lo ha sido todo este sexenio.

Si quien encabeza la alianza opositora se llama Enrique de la Madrid o Juan Carlos Romero o Juan Pablo Castañón pues generan los encuentros que permitan conocer en este entorno su capacidad, sus convicciones, sus propuestas.

Para regresar la esperanza a los mexicanos hacen bien las propuestas…para catarsis ya fue suficiente.

José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

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