/ martes 28 de junio de 2022

Prospectiva

Fue el “Chueco”

Un guía de turistas y dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, en la Tarahumara, han hecho voltear a la sociedad mexicana y la comunidad internacional hacia Chihuahua, hacia México, nos han llamado la atención a un precio impagable… con sus vidas ante las armas de El Chueco y sus sicarios.

También hemos volteado a vernos entre los mexicanos para decidir qué vamos a hacer ante la acción protegida de los delincuentes, casi 124,000 crímenes dolosos reconocidos en lo que va del sexenio y seguimos recibiendo la misma explicación: que se atienden las causas, que la estrategia está bien, que fueron crímenes circunstanciales, que la culpa la tienen los gobiernos anteriores, pero también que se seguirá protegiendo a los delincuentes…

Y también que seguirá sometiéndose al personal militar, independientemente del uniforme que porte para que no ejerza su responsabilidad de propiciar el orden constitucional… porque a los delincuentes también se les cuida, porque también son personas…y así sucesivamente.

Y seguirán desmanteladas las corporaciones policiacas de las entidades y de los municipios, porque así fue diseñada la estrategia. Cuando la federación no tiene el dominio total en los temas de seguridad en las entidades tampoco lo tienen en la estructura de seguridad del estado y de los municipios… no hace falta adivinar, el control de las operaciones de los delincuentes y el sometimiento de los maleantes está en manos del grupo delincuente que domina la plaza.

Nunca había existido más personal militar en las calles en funciones de seguridad, nunca más protección y libertad a los delincuentes para que hagan lo que quieran hacer… son órdenes del presidente de México que no se les moleste, el presidente López ha ordenado que a los delincuentes se les cuide y no se les moleste, insisto por si no te había quedado claro…

La muerte del ciudadano guía de turistas y de los dos sacerdotes jesuitas está encaminando las reacciones de los ciudadanos a plataformas digitales y convocatorias ciudadanas hacia un despertar ciudadano que permite ver la realidad con la esperanza en una reacción ciudadana, es el camino de unidad de los mexicanos y pese a los gobernantes que tenemos en los tres órdenes, en los tres niveles ahora sí parece que reaccionaremos a las exigencias de encontrar soluciones a las amenazas que representan los delincuentes protegidos por órdenes del presidente López.

Los padres jesuitas Javier y Joaquín solo eran parte de una misión que tiene más de cien años trabajando por los pobres y los más necesitados de la Tarahumara, ese ha sido su compromiso pastoral sin aspavientos, sin presunciones por los pobres de Cerocahui, es decir “Solo se dedicaban a dar abrazos.”

Quien lo ha definido con claridad es el Secretario de la Conferencia de Obispos de México, Monseñor Ramón Castro: México salpica sangre. Y convoca a establecer mecanismos de diálogo entre los ciudadanos para construir seguridad y protección entre nosotros ante la ausencia de las autoridades, que siguen empeñadas en cumplirle sus compromisos a los jefes de las bandas de delincuentes aunque esté de por medio la vida y los patrimonios de los ciudadanos.

¿Dios me va a perdonar padre? preguntó El Chueco el asesino de Pedro, Joaquín y Javier… ¡Sí te va a perdonar! le contesto el sacerdote que pensaba sería el cuarto muerto por las armas.

No hay nada de circunstancial en el hecho, la presencia del crimen en la zona tiene muchos años, pero en los últimos años, en lo que transcurre de este sexenio, la impunidad es la premisa de la acción de los delincuentes… parece que la autoridad fuera su socio y se encarga de cuidar que no les pase nada, así sigan haciendo lo que les venga en gana en el país.

Es un arreglo entre chuecos; la diferencia está en el alcance de las acciones de unos y otros y el lugar donde “despachan”…

El balance seguirá siendo negativo para la sociedad aunque para el gobierno mexicano sea prioritario seguir buscando explicaciones sin intervenir en gestiones de orden constitucional. El presidente es como El Chueco: los mató y luego quiso encontrar una explicación para conseguir la promesa del perdón y después de eso seguir con las mismas explicaciones.

El padre Ávila, provincial de la orden religiosa, leyó un comunicado de la conferencia de provinciales de América y el Caribe: su sangre ha sido derramada como señal de defensa de la vida de quién los necesita.

Saludamos con un bono de paz, semilla de justicia y de libertad. Ya no es suficiente el ofrecimiento de detener al asesino, es indispensable cambiar la cultura de violencia por la cultura de la caridad y de amor al prójimo.

Crece el consumo y venta de drogas, la violencia es el modo de resolver los conflictos, la política se ha mercantilizado, las autoridades actúan como si fueran cómplices de los delincuentes, los poderes están ausentes en la solución de las crisis de inseguridad que vive el país.

La Convocatoria: vamos a un diálogo nacional para encontrar caminos de paz.

México necesita justica y reconciliación.

Desde lo local y desde lo nacional.

Queremos trabajar por la paz y se necesita de todos.

Nunca más un gobierno que persigue a sus críticos, hecho que vemos todos los días.

No más poder a quien se dedica a dividir.

Diálogos para la paz es la propuesta.

Hasta la próxima EN PROSPECTIVA

José Gerardo Mosqueda Martínez,

Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

Fue el “Chueco”

Un guía de turistas y dos sacerdotes jesuitas en la comunidad de Cerocahui, en la Tarahumara, han hecho voltear a la sociedad mexicana y la comunidad internacional hacia Chihuahua, hacia México, nos han llamado la atención a un precio impagable… con sus vidas ante las armas de El Chueco y sus sicarios.

También hemos volteado a vernos entre los mexicanos para decidir qué vamos a hacer ante la acción protegida de los delincuentes, casi 124,000 crímenes dolosos reconocidos en lo que va del sexenio y seguimos recibiendo la misma explicación: que se atienden las causas, que la estrategia está bien, que fueron crímenes circunstanciales, que la culpa la tienen los gobiernos anteriores, pero también que se seguirá protegiendo a los delincuentes…

Y también que seguirá sometiéndose al personal militar, independientemente del uniforme que porte para que no ejerza su responsabilidad de propiciar el orden constitucional… porque a los delincuentes también se les cuida, porque también son personas…y así sucesivamente.

Y seguirán desmanteladas las corporaciones policiacas de las entidades y de los municipios, porque así fue diseñada la estrategia. Cuando la federación no tiene el dominio total en los temas de seguridad en las entidades tampoco lo tienen en la estructura de seguridad del estado y de los municipios… no hace falta adivinar, el control de las operaciones de los delincuentes y el sometimiento de los maleantes está en manos del grupo delincuente que domina la plaza.

Nunca había existido más personal militar en las calles en funciones de seguridad, nunca más protección y libertad a los delincuentes para que hagan lo que quieran hacer… son órdenes del presidente de México que no se les moleste, el presidente López ha ordenado que a los delincuentes se les cuide y no se les moleste, insisto por si no te había quedado claro…

La muerte del ciudadano guía de turistas y de los dos sacerdotes jesuitas está encaminando las reacciones de los ciudadanos a plataformas digitales y convocatorias ciudadanas hacia un despertar ciudadano que permite ver la realidad con la esperanza en una reacción ciudadana, es el camino de unidad de los mexicanos y pese a los gobernantes que tenemos en los tres órdenes, en los tres niveles ahora sí parece que reaccionaremos a las exigencias de encontrar soluciones a las amenazas que representan los delincuentes protegidos por órdenes del presidente López.

Los padres jesuitas Javier y Joaquín solo eran parte de una misión que tiene más de cien años trabajando por los pobres y los más necesitados de la Tarahumara, ese ha sido su compromiso pastoral sin aspavientos, sin presunciones por los pobres de Cerocahui, es decir “Solo se dedicaban a dar abrazos.”

Quien lo ha definido con claridad es el Secretario de la Conferencia de Obispos de México, Monseñor Ramón Castro: México salpica sangre. Y convoca a establecer mecanismos de diálogo entre los ciudadanos para construir seguridad y protección entre nosotros ante la ausencia de las autoridades, que siguen empeñadas en cumplirle sus compromisos a los jefes de las bandas de delincuentes aunque esté de por medio la vida y los patrimonios de los ciudadanos.

¿Dios me va a perdonar padre? preguntó El Chueco el asesino de Pedro, Joaquín y Javier… ¡Sí te va a perdonar! le contesto el sacerdote que pensaba sería el cuarto muerto por las armas.

No hay nada de circunstancial en el hecho, la presencia del crimen en la zona tiene muchos años, pero en los últimos años, en lo que transcurre de este sexenio, la impunidad es la premisa de la acción de los delincuentes… parece que la autoridad fuera su socio y se encarga de cuidar que no les pase nada, así sigan haciendo lo que les venga en gana en el país.

Es un arreglo entre chuecos; la diferencia está en el alcance de las acciones de unos y otros y el lugar donde “despachan”…

El balance seguirá siendo negativo para la sociedad aunque para el gobierno mexicano sea prioritario seguir buscando explicaciones sin intervenir en gestiones de orden constitucional. El presidente es como El Chueco: los mató y luego quiso encontrar una explicación para conseguir la promesa del perdón y después de eso seguir con las mismas explicaciones.

El padre Ávila, provincial de la orden religiosa, leyó un comunicado de la conferencia de provinciales de América y el Caribe: su sangre ha sido derramada como señal de defensa de la vida de quién los necesita.

Saludamos con un bono de paz, semilla de justicia y de libertad. Ya no es suficiente el ofrecimiento de detener al asesino, es indispensable cambiar la cultura de violencia por la cultura de la caridad y de amor al prójimo.

Crece el consumo y venta de drogas, la violencia es el modo de resolver los conflictos, la política se ha mercantilizado, las autoridades actúan como si fueran cómplices de los delincuentes, los poderes están ausentes en la solución de las crisis de inseguridad que vive el país.

La Convocatoria: vamos a un diálogo nacional para encontrar caminos de paz.

México necesita justica y reconciliación.

Desde lo local y desde lo nacional.

Queremos trabajar por la paz y se necesita de todos.

Nunca más un gobierno que persigue a sus críticos, hecho que vemos todos los días.

No más poder a quien se dedica a dividir.

Diálogos para la paz es la propuesta.

Hasta la próxima EN PROSPECTIVA

José Gerardo Mosqueda Martínez,

Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato

gmg@gerardomosqueda.com.mx

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