/ martes 10 de marzo de 2020

Protesta femenil


Soy un convenido que el pleno ejercicio de derechos ciudadanos es un motor fundamental para el impulso de una buena gestión pública, o bien, para que se hagan realidad y se materialicen, a su vez, otros derechos ciudadanos.

Uno de los más elementales derechos ciudadanos es el de expresión en su vertiente de manifestación, mediante la protesta social. En consecuencia, me resultan muy interesantes las protestas sociales, civiles y pacíficas, como objeto de estudio, pues los resultados suelen ser muy útiles, es decir, la protesta social resulta eficaz; a guisa de ejemplo se advierten mejoría en la calidad de vida de personas que vivían en condiciones de vulnerabilidad, como los negros, los agricultores, los obreros o las mujeres, según sea el caso. Paulatinamente van incorporándose a la normativa, los derechos que legítimamente les corresponden.

Llama la atención el paro convocado para el día de ayer, por y de mujeres, que tuvo como detonantes del movimiento, el alto índice de feminicidios, en lo general, y particularmente, los feminicidios tan dolorosos de Fátima y de Ingrid.

La protesta social consistió en lo siguiente: las mujeres no saldrían de casa, no harían movimientos bancarios, no comprarían, no irían a la escuela, no trabajarían, a efecto de hacer visible su importancia y trascendencia en la convivencia social. Resulta paradójico que la forma de protesta consista en regresar al pasado, en no verse, en encerrarse, en volver a casa, en restringirse su actuación al ámbito privado. Sin embargo -aunque parezca un juego de palabras- no se muestran para mostrarse, para visibilizarse.

Había la propuesta de que quien se encerrara en casa sea el varón y que las mujeres, como un símbolo de su empoderamiento e importancia, fuera quien saliera el día de ayer, pero tal propuesta no prosperó, pues el encierro masculino dependía de su voluntad y no del consentimiento de la mujer, contrario al propósito de la protesta.

El problema estructural de violencia hacia la mujer se gesta en lo privado y se manifiesta en lo público, es decir, lo público resulta un reflejo de lo privado.

El paro debería derivar en soluciones a los problemas públicos, mediante la implementación de políticas públicas eficaces pues, si bien es cierto, es la primera vez en la historia del país en que en el ámbito federal de gobierno existe un gabinete paritario y en las Cámaras legislativas también se advierte tal paridad (cuestión que ubica a México en los primeros lugares a nivel mundial), no menos cierto es, que se hace necesario tener capacitación específica, la creación de instituciones, etc.

Veremos el resultado. Su evaluación será a mediano plazo. En todo caso, esperemos que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer no se limite a un día de asueto para ellas. Sumemos a la causa justa que demanda el feminismo, pero sin separación, sino una pugna compartida, hombro a hombro, con el varón, sin separatismo, sin sesgos, sin clasismo, sin divisiones, con unidad.

Bienvenido el ejercicio de derechos políticos. Bienvenida la protesta social pacífica como instrumental para lograr la efectiva paridad de género.

germanrodriguez32@hotmail.com


Soy un convenido que el pleno ejercicio de derechos ciudadanos es un motor fundamental para el impulso de una buena gestión pública, o bien, para que se hagan realidad y se materialicen, a su vez, otros derechos ciudadanos.

Uno de los más elementales derechos ciudadanos es el de expresión en su vertiente de manifestación, mediante la protesta social. En consecuencia, me resultan muy interesantes las protestas sociales, civiles y pacíficas, como objeto de estudio, pues los resultados suelen ser muy útiles, es decir, la protesta social resulta eficaz; a guisa de ejemplo se advierten mejoría en la calidad de vida de personas que vivían en condiciones de vulnerabilidad, como los negros, los agricultores, los obreros o las mujeres, según sea el caso. Paulatinamente van incorporándose a la normativa, los derechos que legítimamente les corresponden.

Llama la atención el paro convocado para el día de ayer, por y de mujeres, que tuvo como detonantes del movimiento, el alto índice de feminicidios, en lo general, y particularmente, los feminicidios tan dolorosos de Fátima y de Ingrid.

La protesta social consistió en lo siguiente: las mujeres no saldrían de casa, no harían movimientos bancarios, no comprarían, no irían a la escuela, no trabajarían, a efecto de hacer visible su importancia y trascendencia en la convivencia social. Resulta paradójico que la forma de protesta consista en regresar al pasado, en no verse, en encerrarse, en volver a casa, en restringirse su actuación al ámbito privado. Sin embargo -aunque parezca un juego de palabras- no se muestran para mostrarse, para visibilizarse.

Había la propuesta de que quien se encerrara en casa sea el varón y que las mujeres, como un símbolo de su empoderamiento e importancia, fuera quien saliera el día de ayer, pero tal propuesta no prosperó, pues el encierro masculino dependía de su voluntad y no del consentimiento de la mujer, contrario al propósito de la protesta.

El problema estructural de violencia hacia la mujer se gesta en lo privado y se manifiesta en lo público, es decir, lo público resulta un reflejo de lo privado.

El paro debería derivar en soluciones a los problemas públicos, mediante la implementación de políticas públicas eficaces pues, si bien es cierto, es la primera vez en la historia del país en que en el ámbito federal de gobierno existe un gabinete paritario y en las Cámaras legislativas también se advierte tal paridad (cuestión que ubica a México en los primeros lugares a nivel mundial), no menos cierto es, que se hace necesario tener capacitación específica, la creación de instituciones, etc.

Veremos el resultado. Su evaluación será a mediano plazo. En todo caso, esperemos que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer no se limite a un día de asueto para ellas. Sumemos a la causa justa que demanda el feminismo, pero sin separación, sino una pugna compartida, hombro a hombro, con el varón, sin separatismo, sin sesgos, sin clasismo, sin divisiones, con unidad.

Bienvenido el ejercicio de derechos políticos. Bienvenida la protesta social pacífica como instrumental para lograr la efectiva paridad de género.

germanrodriguez32@hotmail.com