/ lunes 24 de agosto de 2020

¿Qué sigue en la lucha contra la pobreza?

Desde hace ya varias columnas que no tocaba el tema de la pobreza y, déjeme decirle, éste es uno de los temas que deberían estar en boca de todos, ojo, no me refiero que todos deberíamos probar la pobreza, sino conocerla, saber cómo funciona y cuales estrategias o acciones han sido y serán la clave para poder erradicarla.

Probablemente usted, al igual que muchos otros, ha tenido que modificar (de manera voluntaria o involuntaria) la manera en como gasta sus ingresos, pues muy pocos sectores no sufrieron alguna contracción significativa durante el cierre abrupto de la economía en nuestro país, sin embargo, de una u otra forma logramos pasar lo peor, según nuestro presidente. Pero ¿y los pobres?. Desafortunadamente, entre otros tantos problemas a los que se enfrenta actualmente nuestro país, la pobreza es y seguirá siendo uno de los principales, a mí me hace sentido que este es el origen de otros más como lo es la inseguridad y la (des)educación.

Ahora bien, no únicamente las personas desocupadas o desempleadas se enfrentan a la pobreza, estudios indican que el salario real, derivado de la contingencia económica, caerá hasta en un 20%. Un problema al que ahora se enfrenta la clase obrera que no estaba en situación de pobreza es a esta disminución en su salario y, lo triste de esto es que muchas veces que excusa bajo la frase de “agradece que tienes trabajo” y, en efecto, sin embargo, otra cosa sería si ese salario regresara a la normalidad, cosa que no sucederá en muchos casos. Así pues, con este recorte en el ingreso, muchas familias ya no podrán satisfacer sus necesidades de la misma manera y, desgraciadamente, tendrán alguna carencia, cuestión que es suficiente para considerar algún grado de pobreza.

Y ¿cómo trata de erradicar el gobierno este problema? A través de Programas y Políticas Públicas: oportunidades/prospera era un claro ejemplo de ello (lástima de dos cosas: su corrupción y su extinción) un excelente programa cuyo principal objetivo era, a través de transferencias económicas que estaban condicionadas a la correcta alimentación, educación y salud, trasladar de la zona de pobreza extrema a su población. ¿Cuál es el problema de estos programas? Que los efectos no son notorios en el corto plazo y, desgraciadamente, nuestra mentalidad hace que estemos dispuestos a sacrificar un mayor beneficio a futuro con tal de tener un mínimo hoy. Mientras esto no cambie, difícilmente podremos ganar la lucha contra este problema que, ojo, no es exclusivo de nuestro país. Jóvenes construyendo el futuro es otro programa que podría ser brillante, sin embargo, AMLO y su gabinete decidieron pasar por la vía rápida este programa ya que carece de lineamientos, condicionamientos, evaluaciones y seguimiento, características necesarias para contar con evidencia y llegar a la conclusión de si dicho programa funciona o no, y en su caso, que mejoras podrían darse.

A manera de conclusión y reflexión, debemos de tener presente que parte fundamental de una sociedad, además de la convivencia, es la de ser soporte de quienes hoy lo necesitan y por una u otra cuestión no son capaces de generar ingresos suficientes para sobrevivir. La contingencia económica generada por el COVID-19 borrará esfuerzos de décadas en materia de políticas públicas y desarrollo social, todo ello profundizará la pobreza en sus distintos niveles o tipos; una reducción de la población perteneciente a la clase media para desplazarla a la pobreza, generaciones y generaciones es lo que tardaremos en poder regresar a los niveles pre pandemia, por ello, lo que hagamos todos repercutirá de manera positiva o negativa en nuestra sociedad.

Desde hace ya varias columnas que no tocaba el tema de la pobreza y, déjeme decirle, éste es uno de los temas que deberían estar en boca de todos, ojo, no me refiero que todos deberíamos probar la pobreza, sino conocerla, saber cómo funciona y cuales estrategias o acciones han sido y serán la clave para poder erradicarla.

Probablemente usted, al igual que muchos otros, ha tenido que modificar (de manera voluntaria o involuntaria) la manera en como gasta sus ingresos, pues muy pocos sectores no sufrieron alguna contracción significativa durante el cierre abrupto de la economía en nuestro país, sin embargo, de una u otra forma logramos pasar lo peor, según nuestro presidente. Pero ¿y los pobres?. Desafortunadamente, entre otros tantos problemas a los que se enfrenta actualmente nuestro país, la pobreza es y seguirá siendo uno de los principales, a mí me hace sentido que este es el origen de otros más como lo es la inseguridad y la (des)educación.

Ahora bien, no únicamente las personas desocupadas o desempleadas se enfrentan a la pobreza, estudios indican que el salario real, derivado de la contingencia económica, caerá hasta en un 20%. Un problema al que ahora se enfrenta la clase obrera que no estaba en situación de pobreza es a esta disminución en su salario y, lo triste de esto es que muchas veces que excusa bajo la frase de “agradece que tienes trabajo” y, en efecto, sin embargo, otra cosa sería si ese salario regresara a la normalidad, cosa que no sucederá en muchos casos. Así pues, con este recorte en el ingreso, muchas familias ya no podrán satisfacer sus necesidades de la misma manera y, desgraciadamente, tendrán alguna carencia, cuestión que es suficiente para considerar algún grado de pobreza.

Y ¿cómo trata de erradicar el gobierno este problema? A través de Programas y Políticas Públicas: oportunidades/prospera era un claro ejemplo de ello (lástima de dos cosas: su corrupción y su extinción) un excelente programa cuyo principal objetivo era, a través de transferencias económicas que estaban condicionadas a la correcta alimentación, educación y salud, trasladar de la zona de pobreza extrema a su población. ¿Cuál es el problema de estos programas? Que los efectos no son notorios en el corto plazo y, desgraciadamente, nuestra mentalidad hace que estemos dispuestos a sacrificar un mayor beneficio a futuro con tal de tener un mínimo hoy. Mientras esto no cambie, difícilmente podremos ganar la lucha contra este problema que, ojo, no es exclusivo de nuestro país. Jóvenes construyendo el futuro es otro programa que podría ser brillante, sin embargo, AMLO y su gabinete decidieron pasar por la vía rápida este programa ya que carece de lineamientos, condicionamientos, evaluaciones y seguimiento, características necesarias para contar con evidencia y llegar a la conclusión de si dicho programa funciona o no, y en su caso, que mejoras podrían darse.

A manera de conclusión y reflexión, debemos de tener presente que parte fundamental de una sociedad, además de la convivencia, es la de ser soporte de quienes hoy lo necesitan y por una u otra cuestión no son capaces de generar ingresos suficientes para sobrevivir. La contingencia económica generada por el COVID-19 borrará esfuerzos de décadas en materia de políticas públicas y desarrollo social, todo ello profundizará la pobreza en sus distintos niveles o tipos; una reducción de la población perteneciente a la clase media para desplazarla a la pobreza, generaciones y generaciones es lo que tardaremos en poder regresar a los niveles pre pandemia, por ello, lo que hagamos todos repercutirá de manera positiva o negativa en nuestra sociedad.