/ lunes 13 de julio de 2020

Reactivación económica y la nueva normalidad

Hace unas semanas, el BANXICO publicó un análisis de los posibles escenarios de recuperación/desempeño de la economía mexicana, esto con motivo de la reapertura gradual de la economía. En este análisis se nos hablaba de tres posibles escenarios: el primero, una recuperación en forma de V (caída profunda con una recuperación rápida); el segundo, tendría la misma forma que el anterior (V) pero, esta sería más profunda (caída abrupta y muy profunda con una recuperación rápida) y, por último, se nos presentó una recuperación en forma de U (caída muy abrupta con un estancamiento seguido de una recuperación rápida), para ello te recomiendo leer mi columna “¿Qué dice el BANXICO?”, ahí explico estos escenarios. Sin embargo, estos escenarios posen un común denominador: una fuerte caída en la economía.

Ahora bien, debido a que el cierre comercial llevó a una profunda y rápida crisis económica (caída en el empleo, baja en el ingreso de los trabajadores, disminución en el consumo, etc.), las autoridades entendieron que nuestra economía no daba para más, por lo cual, se llamó a regresar a las actividades económicas, todo ello bajo la estrategia de la “la nueva normalidad”, sin embargo, esta no nos ha dejado satisfechos pues, como hemos visto en las conferencias del Dr. López Gatell, los números no bajan, al contrario, estos cada día rompen un nuevo record, todo ello alineado con los tiempos de la reapertura económica lo que, a manera de obviedad, nos lleva a inferir que conforme pase el tiempo y siga avanzando esta reapertura gradual de la economía, los casos seguirán creciendo y, mientras no salga la vacuna para combatir este virus, nos quedarán dos opciones: volver a cerrar todo o retomar las actividades con las precauciones debidas y esperar no ser contagiados.

La realidad es complicada, en una economía tan diversa, compleja e informal, como lo es la economía mexicana, es difícil implementar acciones que limiten el comercio ya que esta responde a diversas variables y muchos factores, mismos que vuelven imposible generar restricciones para todos los sectores económicos.

Aunado a ello, la tardía campaña del uso de cubre-bocas, el lavado constante de manos y la utilización de gel antibacterial, así como su escases en el mercado han hecho que muchos no puedan tener acceso a estos o, en el peor de los casos, no tengan el conocimiento adecuado para su uso, que sumado a una apertura comercial, el resultado esperado es una catástrofe en materia de salud con un muy alto número de contagios y fallecidos.

Para concluir, esta contingencia nos ha hecho dar un salto de unos 10 años hacia el futuro: adopción de nuevos métodos de aprendizaje, la puesta en marcha de las actividades laborales vía remota, la forma de vender, las compras en línea, etc. Si bien, ya existían algunas empresas y organizaciones que empezaban a implementar estrategias enfocadas en lo anterior, esto seguía siendo un tema que no interesaba a muchos, sobre todo por la manera en que nuestra cultura percibe las actitudes en el trabajo: quedarse más horas es sinónimo de entrega, esfuerzo y productividad; trabajando en casa uno no hace nada, etcétera, etcétera. Sin embargo, el no contar con una infraestructura física (oficinas o espacios laborales) no será una limitante para poder emprender o, en su caso, seguir desarrollando actividades laborales (pequeñas y medianas empresas) ya que nos tendremos que acostumbrar a lidiar con las relaciones laborales a distancia (utilizando las tecnologías de la información) y aceptar que esto será nuestra nueva normalidad, una nueva manera de hacer negocios.

Hace unas semanas, el BANXICO publicó un análisis de los posibles escenarios de recuperación/desempeño de la economía mexicana, esto con motivo de la reapertura gradual de la economía. En este análisis se nos hablaba de tres posibles escenarios: el primero, una recuperación en forma de V (caída profunda con una recuperación rápida); el segundo, tendría la misma forma que el anterior (V) pero, esta sería más profunda (caída abrupta y muy profunda con una recuperación rápida) y, por último, se nos presentó una recuperación en forma de U (caída muy abrupta con un estancamiento seguido de una recuperación rápida), para ello te recomiendo leer mi columna “¿Qué dice el BANXICO?”, ahí explico estos escenarios. Sin embargo, estos escenarios posen un común denominador: una fuerte caída en la economía.

Ahora bien, debido a que el cierre comercial llevó a una profunda y rápida crisis económica (caída en el empleo, baja en el ingreso de los trabajadores, disminución en el consumo, etc.), las autoridades entendieron que nuestra economía no daba para más, por lo cual, se llamó a regresar a las actividades económicas, todo ello bajo la estrategia de la “la nueva normalidad”, sin embargo, esta no nos ha dejado satisfechos pues, como hemos visto en las conferencias del Dr. López Gatell, los números no bajan, al contrario, estos cada día rompen un nuevo record, todo ello alineado con los tiempos de la reapertura económica lo que, a manera de obviedad, nos lleva a inferir que conforme pase el tiempo y siga avanzando esta reapertura gradual de la economía, los casos seguirán creciendo y, mientras no salga la vacuna para combatir este virus, nos quedarán dos opciones: volver a cerrar todo o retomar las actividades con las precauciones debidas y esperar no ser contagiados.

La realidad es complicada, en una economía tan diversa, compleja e informal, como lo es la economía mexicana, es difícil implementar acciones que limiten el comercio ya que esta responde a diversas variables y muchos factores, mismos que vuelven imposible generar restricciones para todos los sectores económicos.

Aunado a ello, la tardía campaña del uso de cubre-bocas, el lavado constante de manos y la utilización de gel antibacterial, así como su escases en el mercado han hecho que muchos no puedan tener acceso a estos o, en el peor de los casos, no tengan el conocimiento adecuado para su uso, que sumado a una apertura comercial, el resultado esperado es una catástrofe en materia de salud con un muy alto número de contagios y fallecidos.

Para concluir, esta contingencia nos ha hecho dar un salto de unos 10 años hacia el futuro: adopción de nuevos métodos de aprendizaje, la puesta en marcha de las actividades laborales vía remota, la forma de vender, las compras en línea, etc. Si bien, ya existían algunas empresas y organizaciones que empezaban a implementar estrategias enfocadas en lo anterior, esto seguía siendo un tema que no interesaba a muchos, sobre todo por la manera en que nuestra cultura percibe las actitudes en el trabajo: quedarse más horas es sinónimo de entrega, esfuerzo y productividad; trabajando en casa uno no hace nada, etcétera, etcétera. Sin embargo, el no contar con una infraestructura física (oficinas o espacios laborales) no será una limitante para poder emprender o, en su caso, seguir desarrollando actividades laborales (pequeñas y medianas empresas) ya que nos tendremos que acostumbrar a lidiar con las relaciones laborales a distancia (utilizando las tecnologías de la información) y aceptar que esto será nuestra nueva normalidad, una nueva manera de hacer negocios.