/ viernes 20 de mayo de 2022

Reflejos de Sol | César Prieto se descarta

Al inicio de esta semana decíamos que en Guanajuato no hay humo blanco ni señales hacia 2024. Pues el miércoles sí que las hubo en la presentación de la Nueva Estrategia Social –que llevará adelante Jesús Oviedo– y ayer mismo, el presidente municipal de Salamanca, César Prieto de plano declaró: “Me descarto (…) yo no aspiro a una gubernatura, yo quiero trabajar bien para Salamanca y lo demás ya vendrá”.

Ese “lo demás ya vendrá” bien puede transformarse en un “si el Pueblo lo pide quien soy yo para negarme”. Pero mientras eso sucede, el alcalde morenista dijo algo muy interesante: “sé perfectamente que quién abandere la candidatura a gobernador tendrá el respaldo de todos los compañeros de Morena”. Ya nada más le faltó decir “ ¿¿Ehhhh, me están oyendo??”

Prieto, como buen político, no dejó de reconocer que Diego Sinhue “ha sido muy sensible a las necesidades de los guanajuatenses”.

QUIÉN ES QUIÉN EN LA SEGURIDAD

Cuando los problemas de seguridad llegan hasta el hogar y un miembro de la familia falta, cuando acribillan a un padre o a un hermano, cuando asesinan a una madre de familia o una “bala perdida” acaba con la vida de niños inocentes, las prioridades de vida cambian, y para siempre.

Desde el punto de vista del gobierno, esto se vuelve un gran problema. Felipe Calderón buscó generalizar el uso de la fuerza en el país para combatir a los cárteles de la droga esforzándose por detener a los líderes de algunos grupos. La estrategia falló. No solamente los liderazgos se renovaron y multiplicaron, el consumo y la venta de narcóticos aumentaron.

LA SOLUCIÓN DE AMLO

En este gobierno, el presidente López Obrador afirma todas las mañanas desde hace más de tres años que lo que ocurre es consecuencia de lo que se dejó de hacer en el pasado. Y una de las soluciones que él ha adoptado ha sido desmembrar a la Policía Federal y crear la Guardia Nacional.

A inicios de este año, el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio informó que este grupo alcanzó un “estado de fuerza total de 113 mil 833 elementos”.

Uno supondría que si se suma la capacidad operativa del Ejército y de la Guardia Nacional, los delitos del orden federal, como el narcotráfico, disminuirían grandemente. A estos efectivos habría que añadir los ex elementos de las fuerzas federales que fueron enviados a los estados para integrarse a policías municipales.

LA CIUDADANÍA ESPERA RESULTADOS

Desde el punto de vista de los ciudadanos, no queda claro quienes deben acabar con la delincuencia. SI los que acribillan, matan, embolsan y desaparecen personas cometen delitos del orden federal ¿por qué las autoridades federales no los están deteniendo? Si las autoridades municipales son las encargadas de ejecutar estas detenciones ¿por qué el estado federal no las fortalece?

Ahora bien, cuando se llega al tema de los encargados en la seguridad ciudadana viene la disyuntiva. ¿Se nombra a alguien de fuera para que no tenga nexos aunque no conozca la plaza? ¿Se nombra a alguien de dentro aunque las fuerzas federales no lo reconozcan porque no es “uno de ellos” ?

La falta de coordinación y la pugna entre federales, ex federales, estatales, y municipales provoca resquicios que la delincuencia aprovecha para avanzar sus intereses.

Los ciudadanos y los medios de comunicación tenemos derecho a que las autoridades federales nos informen y nos contesten. Aunque sus mandos estén en la Ciudad de México.

Y a todo esto, ¿cómo va el caso del asesino del estudiante Ángel Yael, muerto el 27 de abril de un balazo por parte de un efectivo de la Guardia Nacional y su acompañante herida?

DEBATE LEGISLATIVO

Ayer, en el Pleno del Congreso del estado se tocó el tema de seguridad. David Mendizábal, diputado morenista se lanzó en contra de su propia compañera de partido, la presidenta de la Mesa Directiva, con tal de defender lo que considera que es una política acertada por parte del Ejecutivo Federal.

Sería bueno que de una vez por todas, el tema de la seguridad fuera abordado desde donde lo ve el ciudadano y las víctimas, no desde la diversidad de los grupos que tienen mayor responsabilidad en la atención de los temas que, a la larga, siguen produciendo decesos.

Al inicio de esta semana decíamos que en Guanajuato no hay humo blanco ni señales hacia 2024. Pues el miércoles sí que las hubo en la presentación de la Nueva Estrategia Social –que llevará adelante Jesús Oviedo– y ayer mismo, el presidente municipal de Salamanca, César Prieto de plano declaró: “Me descarto (…) yo no aspiro a una gubernatura, yo quiero trabajar bien para Salamanca y lo demás ya vendrá”.

Ese “lo demás ya vendrá” bien puede transformarse en un “si el Pueblo lo pide quien soy yo para negarme”. Pero mientras eso sucede, el alcalde morenista dijo algo muy interesante: “sé perfectamente que quién abandere la candidatura a gobernador tendrá el respaldo de todos los compañeros de Morena”. Ya nada más le faltó decir “ ¿¿Ehhhh, me están oyendo??”

Prieto, como buen político, no dejó de reconocer que Diego Sinhue “ha sido muy sensible a las necesidades de los guanajuatenses”.

QUIÉN ES QUIÉN EN LA SEGURIDAD

Cuando los problemas de seguridad llegan hasta el hogar y un miembro de la familia falta, cuando acribillan a un padre o a un hermano, cuando asesinan a una madre de familia o una “bala perdida” acaba con la vida de niños inocentes, las prioridades de vida cambian, y para siempre.

Desde el punto de vista del gobierno, esto se vuelve un gran problema. Felipe Calderón buscó generalizar el uso de la fuerza en el país para combatir a los cárteles de la droga esforzándose por detener a los líderes de algunos grupos. La estrategia falló. No solamente los liderazgos se renovaron y multiplicaron, el consumo y la venta de narcóticos aumentaron.

LA SOLUCIÓN DE AMLO

En este gobierno, el presidente López Obrador afirma todas las mañanas desde hace más de tres años que lo que ocurre es consecuencia de lo que se dejó de hacer en el pasado. Y una de las soluciones que él ha adoptado ha sido desmembrar a la Policía Federal y crear la Guardia Nacional.

A inicios de este año, el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio informó que este grupo alcanzó un “estado de fuerza total de 113 mil 833 elementos”.

Uno supondría que si se suma la capacidad operativa del Ejército y de la Guardia Nacional, los delitos del orden federal, como el narcotráfico, disminuirían grandemente. A estos efectivos habría que añadir los ex elementos de las fuerzas federales que fueron enviados a los estados para integrarse a policías municipales.

LA CIUDADANÍA ESPERA RESULTADOS

Desde el punto de vista de los ciudadanos, no queda claro quienes deben acabar con la delincuencia. SI los que acribillan, matan, embolsan y desaparecen personas cometen delitos del orden federal ¿por qué las autoridades federales no los están deteniendo? Si las autoridades municipales son las encargadas de ejecutar estas detenciones ¿por qué el estado federal no las fortalece?

Ahora bien, cuando se llega al tema de los encargados en la seguridad ciudadana viene la disyuntiva. ¿Se nombra a alguien de fuera para que no tenga nexos aunque no conozca la plaza? ¿Se nombra a alguien de dentro aunque las fuerzas federales no lo reconozcan porque no es “uno de ellos” ?

La falta de coordinación y la pugna entre federales, ex federales, estatales, y municipales provoca resquicios que la delincuencia aprovecha para avanzar sus intereses.

Los ciudadanos y los medios de comunicación tenemos derecho a que las autoridades federales nos informen y nos contesten. Aunque sus mandos estén en la Ciudad de México.

Y a todo esto, ¿cómo va el caso del asesino del estudiante Ángel Yael, muerto el 27 de abril de un balazo por parte de un efectivo de la Guardia Nacional y su acompañante herida?

DEBATE LEGISLATIVO

Ayer, en el Pleno del Congreso del estado se tocó el tema de seguridad. David Mendizábal, diputado morenista se lanzó en contra de su propia compañera de partido, la presidenta de la Mesa Directiva, con tal de defender lo que considera que es una política acertada por parte del Ejecutivo Federal.

Sería bueno que de una vez por todas, el tema de la seguridad fuera abordado desde donde lo ve el ciudadano y las víctimas, no desde la diversidad de los grupos que tienen mayor responsabilidad en la atención de los temas que, a la larga, siguen produciendo decesos.