/ viernes 24 de junio de 2022

Reflejos de Sol | La verdad nos hará libres

La frase que titula esta columna nos puede parecer familiar. Y cómo no, está inscrita en la fachada de la Universidad de Guanajuato pero también en los planteles de la Universidad Iberoamericana. ¿Por qué?

En el año de 1744, a petición del Ayuntamiento de la ciudad de Guanajuato, el rey Felipe V emite la Real Cédula en la cual se consigna que los encargados del Colegio que hoy es la UG serían los religiosos de la Compañía de Jesús.

En 1767 los jesuitas fueron expulsados de la Nueva España.

Los chichimecas de San Luis de la Paz y Guanajuato fueron de las pocas comunidades que protestaron.

En 1878 regresaron. Cien Años después, en 1978 fundan la Ibero León que hoy cuenta con 3225 alumnos.

NUEVO RECTOR

Anoche, el Provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid, habría tenido que estar en León para dar posesión a Luis Alfonso González Valencia. Pero ¿sabe por qué no vino? Porque fue a Cerocahui, Chihuahua, donde fue a identificar los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, padres jesuitas que fueron asesinados el lunes en el interior de la iglesia.

POSTURA OFICIAL

Los jesuitas no se quedaron callados. Para que no quedara duda, uno de sus miembros más distinguidos, el Papa Francisco, "expresó su dolor y consternación por el asesinato en México de los religiosos jesuitas y un laico". Y añadió: "¡Cuántos asesinatos en México" y sentenció que la "violencia no resuelve los problemas sino que solo aumenta los sufrimiento innecesarios".

Por su parte, la comunidad que conforma al Sistema Universitario Jesuita (SUJ) se manifestó y "denunció la dinámica de violencia en la que está inmersa la sociedad mexicana, porque para transformar la realidad hay que entenderla y hay que nombrarla en su justa dimensión. Con el asesinato de Javier Campos Morales, S.J. y Joaquín César Mora Salazar, S.J. hemos sufrido en carne propia una tragedia que lamentablemente es una y mexicanos."

Como se citó al principio, no es casualidad que lo primero que exigen es la verdad.

Exigieron justicia a las autoridades de todos los niveles de responsabilidad y competencia y declararon que es insuficiente el ejercicio de medidas punitivas sobre los perpetradores materiales sino que exigen "un ejercicio de revisión y análisis desde una perspectiva de justicia y derechos humanos, que nos permita entender qué fue lo que generó el actual estado de descomposición en la región donde se suscitaron los hechos".

Esa es parte de la verdad. El estado de descomposición en esa y otras regiones.

La cosa no paró ahí: los jesuitas exigen revisión, en términos estructurales "del modelo de seguridad centrado en la militarización que está en curso en todo nuestro país, para poder construir un verdadero plan integral de pacificación nacional de carácter civil, que involucre a los diversos actores políticos y niveles de gobierno".

LA VERDAD NO PECA, PERO INCOMODA

El SUJ afirmó también que "en noviembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador presentó un plan de pacificación integrado por nueve medidas estructurales asociadas con la prevención, reconstrucción de los tejidos sociales y construcción de paz" y consideran que "a 4 años de distancia, hemos visto desvanecerse esas nueve propuestas y solo ha prevalecido la figura de la Guardia Nacional, un cuerpo policial militarizado, como única medida para pacificar el país. Hoy, con una cifra acumulada superior a las 120,000 personas fallecidas en lo que va del sexenio, tenemos que decir que la estrategia fracasó".

LLAMADO A LA SOCIEDAD

Finalmente, como Sistema Universitario hicieron un llamado a la sociedad en su conjunto para "no normalizar la violencia. Somos un país de víctimas de la violencia: más de 100,000 personas desaparecidas, más de 300,000 víctimas de homicidios dolosos a causa de la mal llamada ‘guerra contra el crimen organizado’, más de 250,000 víctimas del desplazamiento forzado."

El SUJ finalmente exige al gobierno "replantear las políticas de seguridad para acabar con la violencia dominante en el país, garantizar los derechos humanos y poner fin a la impunidad"

La frase que titula esta columna nos puede parecer familiar. Y cómo no, está inscrita en la fachada de la Universidad de Guanajuato pero también en los planteles de la Universidad Iberoamericana. ¿Por qué?

En el año de 1744, a petición del Ayuntamiento de la ciudad de Guanajuato, el rey Felipe V emite la Real Cédula en la cual se consigna que los encargados del Colegio que hoy es la UG serían los religiosos de la Compañía de Jesús.

En 1767 los jesuitas fueron expulsados de la Nueva España.

Los chichimecas de San Luis de la Paz y Guanajuato fueron de las pocas comunidades que protestaron.

En 1878 regresaron. Cien Años después, en 1978 fundan la Ibero León que hoy cuenta con 3225 alumnos.

NUEVO RECTOR

Anoche, el Provincial de la Compañía de Jesús en México, Luis Gerardo Moro Madrid, habría tenido que estar en León para dar posesión a Luis Alfonso González Valencia. Pero ¿sabe por qué no vino? Porque fue a Cerocahui, Chihuahua, donde fue a identificar los cuerpos de Javier Campos y Joaquín Mora, padres jesuitas que fueron asesinados el lunes en el interior de la iglesia.

POSTURA OFICIAL

Los jesuitas no se quedaron callados. Para que no quedara duda, uno de sus miembros más distinguidos, el Papa Francisco, "expresó su dolor y consternación por el asesinato en México de los religiosos jesuitas y un laico". Y añadió: "¡Cuántos asesinatos en México" y sentenció que la "violencia no resuelve los problemas sino que solo aumenta los sufrimiento innecesarios".

Por su parte, la comunidad que conforma al Sistema Universitario Jesuita (SUJ) se manifestó y "denunció la dinámica de violencia en la que está inmersa la sociedad mexicana, porque para transformar la realidad hay que entenderla y hay que nombrarla en su justa dimensión. Con el asesinato de Javier Campos Morales, S.J. y Joaquín César Mora Salazar, S.J. hemos sufrido en carne propia una tragedia que lamentablemente es una y mexicanos."

Como se citó al principio, no es casualidad que lo primero que exigen es la verdad.

Exigieron justicia a las autoridades de todos los niveles de responsabilidad y competencia y declararon que es insuficiente el ejercicio de medidas punitivas sobre los perpetradores materiales sino que exigen "un ejercicio de revisión y análisis desde una perspectiva de justicia y derechos humanos, que nos permita entender qué fue lo que generó el actual estado de descomposición en la región donde se suscitaron los hechos".

Esa es parte de la verdad. El estado de descomposición en esa y otras regiones.

La cosa no paró ahí: los jesuitas exigen revisión, en términos estructurales "del modelo de seguridad centrado en la militarización que está en curso en todo nuestro país, para poder construir un verdadero plan integral de pacificación nacional de carácter civil, que involucre a los diversos actores políticos y niveles de gobierno".

LA VERDAD NO PECA, PERO INCOMODA

El SUJ afirmó también que "en noviembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador presentó un plan de pacificación integrado por nueve medidas estructurales asociadas con la prevención, reconstrucción de los tejidos sociales y construcción de paz" y consideran que "a 4 años de distancia, hemos visto desvanecerse esas nueve propuestas y solo ha prevalecido la figura de la Guardia Nacional, un cuerpo policial militarizado, como única medida para pacificar el país. Hoy, con una cifra acumulada superior a las 120,000 personas fallecidas en lo que va del sexenio, tenemos que decir que la estrategia fracasó".

LLAMADO A LA SOCIEDAD

Finalmente, como Sistema Universitario hicieron un llamado a la sociedad en su conjunto para "no normalizar la violencia. Somos un país de víctimas de la violencia: más de 100,000 personas desaparecidas, más de 300,000 víctimas de homicidios dolosos a causa de la mal llamada ‘guerra contra el crimen organizado’, más de 250,000 víctimas del desplazamiento forzado."

El SUJ finalmente exige al gobierno "replantear las políticas de seguridad para acabar con la violencia dominante en el país, garantizar los derechos humanos y poner fin a la impunidad"