/ domingo 23 de enero de 2022

Regresar Al Pasado

“No desees conocer todo, pues te convertirás en ignorante en todo”. Demócrito

Sin recordar con exactitud el texto, un día leí que el hombre culto es aquel que tiene conocimiento de las siguientes ramas del saber humano. Fue algo parecido a esto: El que sabe del universo que le rodea; de su origen; de la superficie que le da casa; de los hechos pasados; que aprecia la belleza; el pensamiento humano y la convivencia entre sus semejantes.

O sea, el que tiene, así sean principios, de astronomía, biología, geografía, historia, arte, filosofía y sociedad. Saberes nacidos en las aulas de la escuela secundaria y preparatoria, (mal llamada Bachillerato). Siete ilaciones, número cabalístico de la cultura popular que hacen referencia al encuentro de la perfección, que abren la puerta a los valores cívicos y culturales. Luego entonces, no es exigencia tener estudios universitarios para ser una persona culta.

Quién es más sabio, ¿el que sabe poco de mucho? ¿O el que sabe mucho de poco? Difícil responder a satisfacción de todos. Si echamos una mirada a los grandes hombres que han trascendido a la historia sea cualquiera la actividad en que hayan destacado, todos poseen respaldo de cultura general.

Sabido es que básicamente que las habilidades dependen de dos ejes, solos o mixtos. Uno es el componente innato, la condición física, racial o familiar con la que se nace, el otro es la que se adquiere por la observación, la práctica y la que se alcanza con la disciplina y el estudio. Tres casos que sirven de muestra, actividades deportivas, artes plásticas y la música.

Pero poco o nada se logra en solitario, cada vez más se depende de los elementos que la colectividad le ofrece. Quisiéramos tener la sabiduría o habilidad para resolver cualquier dificultad que requiera solución, lo lógico es, de acuerdo a nuestras posibilidades y tiempo, recurrir al experto que solvente el problema. Si bien, cuando hay necesidad imperiosa de logar algo sin tener a la mano lo necesario para hacerlo, se echa mano de la improvisación.

Hace 150 mil años donde se ubica el primer ser pensante u homo sapiens, con seguridad inició la distribución del trabajo en la familia, en el clan, la tribu, etc. El humano, evolutivo al fin con los años, los milenios y los contornos del ambiente distinguieron grupos de fisonomía diferente dando lugar a las razas para derivar en regionalizar el mundo, acotar territorios y crear países.

Aquí una pausa para entrar en una larga etapa en que cada nación pretendía ser autosuficiente.

Mas nadie en absoluto puede tener todo, la solución fue buscarlo más allá de las fronteras. Con la fuerza física se produjeron invasiones, muchas veces aderezadas con credos religiosos, siendo la secuencia natural del principio de las guerras.

En nuestro tiempo, la avalancha de innovación creadora de los últimos años ha erigido un mundo diferente que ha diversificado las profesiones y especialidades borrando cada vez más las fronteras para la ciencia y la tecnología. Mientras en nuestro maltratado país bajo un nacionalismo trasnochado se pretende revertir los postulados de la Constitución que favorecen la producción competitiva de energía limpia y barata con participación privada para estatizar la industria eléctrica, utilizar combustibles fósiles caros y contaminantes para salvar lo insalvable: Pemex y la CFE. Es regresar al pasado con los dinosaurios del antiguo PRI.

flokay33@gmail.com

“No desees conocer todo, pues te convertirás en ignorante en todo”. Demócrito

Sin recordar con exactitud el texto, un día leí que el hombre culto es aquel que tiene conocimiento de las siguientes ramas del saber humano. Fue algo parecido a esto: El que sabe del universo que le rodea; de su origen; de la superficie que le da casa; de los hechos pasados; que aprecia la belleza; el pensamiento humano y la convivencia entre sus semejantes.

O sea, el que tiene, así sean principios, de astronomía, biología, geografía, historia, arte, filosofía y sociedad. Saberes nacidos en las aulas de la escuela secundaria y preparatoria, (mal llamada Bachillerato). Siete ilaciones, número cabalístico de la cultura popular que hacen referencia al encuentro de la perfección, que abren la puerta a los valores cívicos y culturales. Luego entonces, no es exigencia tener estudios universitarios para ser una persona culta.

Quién es más sabio, ¿el que sabe poco de mucho? ¿O el que sabe mucho de poco? Difícil responder a satisfacción de todos. Si echamos una mirada a los grandes hombres que han trascendido a la historia sea cualquiera la actividad en que hayan destacado, todos poseen respaldo de cultura general.

Sabido es que básicamente que las habilidades dependen de dos ejes, solos o mixtos. Uno es el componente innato, la condición física, racial o familiar con la que se nace, el otro es la que se adquiere por la observación, la práctica y la que se alcanza con la disciplina y el estudio. Tres casos que sirven de muestra, actividades deportivas, artes plásticas y la música.

Pero poco o nada se logra en solitario, cada vez más se depende de los elementos que la colectividad le ofrece. Quisiéramos tener la sabiduría o habilidad para resolver cualquier dificultad que requiera solución, lo lógico es, de acuerdo a nuestras posibilidades y tiempo, recurrir al experto que solvente el problema. Si bien, cuando hay necesidad imperiosa de logar algo sin tener a la mano lo necesario para hacerlo, se echa mano de la improvisación.

Hace 150 mil años donde se ubica el primer ser pensante u homo sapiens, con seguridad inició la distribución del trabajo en la familia, en el clan, la tribu, etc. El humano, evolutivo al fin con los años, los milenios y los contornos del ambiente distinguieron grupos de fisonomía diferente dando lugar a las razas para derivar en regionalizar el mundo, acotar territorios y crear países.

Aquí una pausa para entrar en una larga etapa en que cada nación pretendía ser autosuficiente.

Mas nadie en absoluto puede tener todo, la solución fue buscarlo más allá de las fronteras. Con la fuerza física se produjeron invasiones, muchas veces aderezadas con credos religiosos, siendo la secuencia natural del principio de las guerras.

En nuestro tiempo, la avalancha de innovación creadora de los últimos años ha erigido un mundo diferente que ha diversificado las profesiones y especialidades borrando cada vez más las fronteras para la ciencia y la tecnología. Mientras en nuestro maltratado país bajo un nacionalismo trasnochado se pretende revertir los postulados de la Constitución que favorecen la producción competitiva de energía limpia y barata con participación privada para estatizar la industria eléctrica, utilizar combustibles fósiles caros y contaminantes para salvar lo insalvable: Pemex y la CFE. Es regresar al pasado con los dinosaurios del antiguo PRI.

flokay33@gmail.com