/ domingo 16 de agosto de 2020

Relaciones Difíciles

“La ley es el fundamento esencial de la estabilidad y el orden, tanto dentro de las sociedades y en las relaciones internacionales” J. William Fulbright

Parecía que el sacrificio del Rvdo. Martin Luther King había desterrado el racismo en los Estados Unidos pero la campaña de Donald Trump en busca de la presidencia la revivió solapadamente utilizando la xenofobia. La campaña del mendaz presidente de criminalizar a los inmigrantes mexicanos le prendió, lo que figura que esos vicios estaban latentes en un buen número de estadounidenses. En el poder, con disimulo y frecuencia, el discurso del presidente gringo lleva carga de odio que despierta sentimientos discriminatorios evidentes en el apoyo al abuso policiaco contra afroamericanos.

La reacción de sus opositores y sinnúmero de arrepentidos de haber votado por él no se hizo esperar con protestas, marchas y por las redes sociales. Se han retirado del espacio urbano estatuas de generales esclavistas que lucharon en el bando de la Confederación durante la Guerra de Secesión.

El racismo y la xenofobia van de la mano, el discurso agresivo contra los inmigrantes mexicanos y amenazas e intentos de aplicar areceles a nuestros productos de exportación puso en alerta a empresas y organizaciones que dependen del comercio y la industria bilateral. Sacude además, la relación cultural y social que desde el término de la segunda Guerra Mundial ha ido en crescendo por la intercambio de costumbres y usanzas.

Con el fin del virreinato dejamos la subordinación española y según mi parecer se creó una forma de filiación a los Estados Unidos que no hemos logrado desarmar. Episodios sobran, menciono un par. Ante la fiebre expansionista de norteamericana en el siglo XIX sucumbimos en la guerra con ese país llegando al tratado de Guadalupe Hidalgo cuando México cedió gran parte del territorio nacional Hace más de siglo y medio, nuestro superhéroe Benito Juárez fue embelesado por los dos años que vivió precariamente en Nueva Orleans, quizá los días más amargos de su vida, no obstante, siempre manifestó el aprecio del asilo político que se le brindó.

Con tropiezos, la geografía nos ha ligado de por vida a los EE UU. A la fecha, el escollo en las relaciones internacionales se llama Donald Trump, el mismo que tiene seducido a nuestro presidente. La historia de siempre, hoy están en suspenso dos esperanzas de mejoría, las elecciones de noviembre en los EE UU y las del año próximo en México.

Para terminar. Bien por la designación de la californiana Kamala Harris compañera de fórmula de Joe Biden para las elecciones de noviembre.

“La ley es el fundamento esencial de la estabilidad y el orden, tanto dentro de las sociedades y en las relaciones internacionales” J. William Fulbright

Parecía que el sacrificio del Rvdo. Martin Luther King había desterrado el racismo en los Estados Unidos pero la campaña de Donald Trump en busca de la presidencia la revivió solapadamente utilizando la xenofobia. La campaña del mendaz presidente de criminalizar a los inmigrantes mexicanos le prendió, lo que figura que esos vicios estaban latentes en un buen número de estadounidenses. En el poder, con disimulo y frecuencia, el discurso del presidente gringo lleva carga de odio que despierta sentimientos discriminatorios evidentes en el apoyo al abuso policiaco contra afroamericanos.

La reacción de sus opositores y sinnúmero de arrepentidos de haber votado por él no se hizo esperar con protestas, marchas y por las redes sociales. Se han retirado del espacio urbano estatuas de generales esclavistas que lucharon en el bando de la Confederación durante la Guerra de Secesión.

El racismo y la xenofobia van de la mano, el discurso agresivo contra los inmigrantes mexicanos y amenazas e intentos de aplicar areceles a nuestros productos de exportación puso en alerta a empresas y organizaciones que dependen del comercio y la industria bilateral. Sacude además, la relación cultural y social que desde el término de la segunda Guerra Mundial ha ido en crescendo por la intercambio de costumbres y usanzas.

Con el fin del virreinato dejamos la subordinación española y según mi parecer se creó una forma de filiación a los Estados Unidos que no hemos logrado desarmar. Episodios sobran, menciono un par. Ante la fiebre expansionista de norteamericana en el siglo XIX sucumbimos en la guerra con ese país llegando al tratado de Guadalupe Hidalgo cuando México cedió gran parte del territorio nacional Hace más de siglo y medio, nuestro superhéroe Benito Juárez fue embelesado por los dos años que vivió precariamente en Nueva Orleans, quizá los días más amargos de su vida, no obstante, siempre manifestó el aprecio del asilo político que se le brindó.

Con tropiezos, la geografía nos ha ligado de por vida a los EE UU. A la fecha, el escollo en las relaciones internacionales se llama Donald Trump, el mismo que tiene seducido a nuestro presidente. La historia de siempre, hoy están en suspenso dos esperanzas de mejoría, las elecciones de noviembre en los EE UU y las del año próximo en México.

Para terminar. Bien por la designación de la californiana Kamala Harris compañera de fórmula de Joe Biden para las elecciones de noviembre.