/ miércoles 6 de mayo de 2020

¿Salvar Vidas o Billones de Pesos?

He intentado darle vuelta al tema, pero este debate llegará tarde o temprano a cualquier grupo de what´s app que se respete. En específico aquellos que estamos inmersos en la industria de la construcción, muchos han opinado ya sobre la importancia de cuidar de nosotros y de las familias que se suman a nuestras labores diarias, pero algunos otros también han ofrecido argumentos válidos sobre no dejar de chambear.

Si bien el empresario paladín de la 4T, Ricardo Salinas Pliego desafió a la pandemia al considerar que “Salvar la economía, significa salvar más vidas” ha sido el mismo protagonista de este reality show llamado México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que a pesar de vivir en un mundo paralelo desde su burbuja de paleros en Palacio Nacional, consideró que los magno proyectos de esta administración deben continuar.

No es inédito que en esta administración se antepongan los caprichos a la razón, para muestra un botón, el empresario consentido de AMLO y el tío que muchos quisiéramos tener ha ganado la licitación más importante que hasta el momento se ha dado, un contrato por más de 18 mil millones de pesos para construir el segundo tramo del tren maya, que según lo marca el mismo contrato, debe comenzar el 12 de mayo, justo en medio del clímax de esta pandemia.

Quizá la crisis que se avecina no sea para todos, no duden en observar una ola de migración a Tabasco o la Riviera Maya, en búsqueda de obtener algún subcontrato, ya que el aeropuerto de Santa Lucía ya fue adjudicado ni más ni menos que a una empresa competitiva, creada justamente para poder construir proyectos de esa envergadura, el ejército mexicano, y no dudo que los ingenieros de esta institución sean una eminencia en este campo, pero llevo tiempo buscando algún documento oficial que diga que el ejército debería de estar construyendo la infraestructura nacional en vez de estar cuidando a la ciudadanía.

Y la verdad es que existen formas de llevar a cabo las obras, sana distancia, medidas de higiene, su cubrebocas y su gel antibacterial. Las obras deben continuar, si así es, no sólo para aquellos grandes consorcios con obras que dudamos mucho sobre su beneficio público o su sostenibilidad financiera, sino también para aquellas micro y pequeñas empresas del sector.

Hace algunos meses se le hicimos saber al Secretario de Infraestructura del estado Tarcisio Rodríguez, por medio de la CMIC, en tiempos de crisis, las magna obras poco ayudarán a mejorar la economía regional, se necesitan obras que se puedan repartir entre la gran mayoría de empresas, que a su vez significará en una gran cantidad de obras que sean beneficios para la ciudadanía. A nosotros nos queda seguir correteando la chuleta, sector público y privado y esperar que nuestras acciones construyan el territorio de todos.

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com

He intentado darle vuelta al tema, pero este debate llegará tarde o temprano a cualquier grupo de what´s app que se respete. En específico aquellos que estamos inmersos en la industria de la construcción, muchos han opinado ya sobre la importancia de cuidar de nosotros y de las familias que se suman a nuestras labores diarias, pero algunos otros también han ofrecido argumentos válidos sobre no dejar de chambear.

Si bien el empresario paladín de la 4T, Ricardo Salinas Pliego desafió a la pandemia al considerar que “Salvar la economía, significa salvar más vidas” ha sido el mismo protagonista de este reality show llamado México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que a pesar de vivir en un mundo paralelo desde su burbuja de paleros en Palacio Nacional, consideró que los magno proyectos de esta administración deben continuar.

No es inédito que en esta administración se antepongan los caprichos a la razón, para muestra un botón, el empresario consentido de AMLO y el tío que muchos quisiéramos tener ha ganado la licitación más importante que hasta el momento se ha dado, un contrato por más de 18 mil millones de pesos para construir el segundo tramo del tren maya, que según lo marca el mismo contrato, debe comenzar el 12 de mayo, justo en medio del clímax de esta pandemia.

Quizá la crisis que se avecina no sea para todos, no duden en observar una ola de migración a Tabasco o la Riviera Maya, en búsqueda de obtener algún subcontrato, ya que el aeropuerto de Santa Lucía ya fue adjudicado ni más ni menos que a una empresa competitiva, creada justamente para poder construir proyectos de esa envergadura, el ejército mexicano, y no dudo que los ingenieros de esta institución sean una eminencia en este campo, pero llevo tiempo buscando algún documento oficial que diga que el ejército debería de estar construyendo la infraestructura nacional en vez de estar cuidando a la ciudadanía.

Y la verdad es que existen formas de llevar a cabo las obras, sana distancia, medidas de higiene, su cubrebocas y su gel antibacterial. Las obras deben continuar, si así es, no sólo para aquellos grandes consorcios con obras que dudamos mucho sobre su beneficio público o su sostenibilidad financiera, sino también para aquellas micro y pequeñas empresas del sector.

Hace algunos meses se le hicimos saber al Secretario de Infraestructura del estado Tarcisio Rodríguez, por medio de la CMIC, en tiempos de crisis, las magna obras poco ayudarán a mejorar la economía regional, se necesitan obras que se puedan repartir entre la gran mayoría de empresas, que a su vez significará en una gran cantidad de obras que sean beneficios para la ciudadanía. A nosotros nos queda seguir correteando la chuleta, sector público y privado y esperar que nuestras acciones construyan el territorio de todos.

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com