/ lunes 31 de agosto de 2020

Señales de recuperación

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) permite conocer y dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía. Por ello, el IGAE ofrece una visión oportuna y completa de la evolución de la actividad económica del país, proporcionando información oportuna que deriva en una mejor toma de decisiones sobre todo en materia de política económica. Para la elaboración de este indicador se consideran las actividades económicas primarias, secundarias y terciarias. Dentro de las cuales destacan: la actividad ganadera y agricultura; construcción, minería, producción de energía eléctrica, manufactura y; comercio al por mayor y al por menor, respectivamente.

Hace unos días, el 26 de agosto para ser preciso, el INEGI publicó los resultados de este indicador para el mes de junio y, como se tenía previsto, este tuvo un desempeño positivo. Para el mes antes mencionado, el indicador tuvo un desempeño positivo de 8.9%, en términos reales, esto en comparación con el mes de mayo de 2020. por grupos de actividades, las secundarias registraron un fuerte aumento de 17.9% y las terciarias de 6.3%, en contraste, las actividades primarias presentaron una contracción de 4.5%, todas ellas con respecto al mes inmediato anterior.

Los movimientos antes mencionados, en lo que respecta a los sectores secundarios y terciarios, son explicados por la apertura de la economía que se dio a lo largo de ese mes gracias a que el semáforo epidemiológico cambió de rojo a naranja, lo que significó que un gran número de comercios podrían retomar actividades bajo el esquema de la nueva normalidad y con un tope en su capacidad, 25% fue el caso de restaurantes, bares y gimnasios. Sin embargo, para mí una de las mejores noticias que pudimos ver respecto al desempeño del IGAE fue que el sector construcción mostró una gran mejoría, alcanzado cifras de dos dígitos, 17.5% y, como lo he dicho en repetidas ocasiones, el desempeño que tenga este sector es de vital importancia al ser uno de los principales indicadores en la economía, esto por su gran interacción que maneja con otros sectores de la economía: minería, servicios, inversión en maquinaria y por supuesto, su gran demanda como sector consumidor.

Es de suma importancia mencionar que la velocidad de la recuperación económica dependerá de los dos sectores: público y privado. El sector público es quien deberá generar las condiciones para incentivar la inversión, el acceso a créditos, la circulación de dinero y fomentar el consumo interno; el sector privado deberá aprovechar esas condiciones (si es que las hay), fortalecer el consumo interno sin castigar a las trasnacionales, pues estas últimas son una fuente de empleos directos e indirectos en nuestro país y sobre todo, en regiones muy específicas, como lo es la Centro-Bajío-Occidente.

Por último, el no acatar las indicaciones dadas por las autoridades de los tres niveles podría generar un nuevo cierre de las actividades económicas, lo que haría que aquellos comercios y empresas que lograron sortear la parte más difícil, en materia económica, podrían no soportarlo. Hagamos caso, cuidémonos unos a otros y, en medida de lo posible, fortalezcamos la economía a través del consumo interno.

El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) permite conocer y dar seguimiento a la evolución del sector real de la economía. Por ello, el IGAE ofrece una visión oportuna y completa de la evolución de la actividad económica del país, proporcionando información oportuna que deriva en una mejor toma de decisiones sobre todo en materia de política económica. Para la elaboración de este indicador se consideran las actividades económicas primarias, secundarias y terciarias. Dentro de las cuales destacan: la actividad ganadera y agricultura; construcción, minería, producción de energía eléctrica, manufactura y; comercio al por mayor y al por menor, respectivamente.

Hace unos días, el 26 de agosto para ser preciso, el INEGI publicó los resultados de este indicador para el mes de junio y, como se tenía previsto, este tuvo un desempeño positivo. Para el mes antes mencionado, el indicador tuvo un desempeño positivo de 8.9%, en términos reales, esto en comparación con el mes de mayo de 2020. por grupos de actividades, las secundarias registraron un fuerte aumento de 17.9% y las terciarias de 6.3%, en contraste, las actividades primarias presentaron una contracción de 4.5%, todas ellas con respecto al mes inmediato anterior.

Los movimientos antes mencionados, en lo que respecta a los sectores secundarios y terciarios, son explicados por la apertura de la economía que se dio a lo largo de ese mes gracias a que el semáforo epidemiológico cambió de rojo a naranja, lo que significó que un gran número de comercios podrían retomar actividades bajo el esquema de la nueva normalidad y con un tope en su capacidad, 25% fue el caso de restaurantes, bares y gimnasios. Sin embargo, para mí una de las mejores noticias que pudimos ver respecto al desempeño del IGAE fue que el sector construcción mostró una gran mejoría, alcanzado cifras de dos dígitos, 17.5% y, como lo he dicho en repetidas ocasiones, el desempeño que tenga este sector es de vital importancia al ser uno de los principales indicadores en la economía, esto por su gran interacción que maneja con otros sectores de la economía: minería, servicios, inversión en maquinaria y por supuesto, su gran demanda como sector consumidor.

Es de suma importancia mencionar que la velocidad de la recuperación económica dependerá de los dos sectores: público y privado. El sector público es quien deberá generar las condiciones para incentivar la inversión, el acceso a créditos, la circulación de dinero y fomentar el consumo interno; el sector privado deberá aprovechar esas condiciones (si es que las hay), fortalecer el consumo interno sin castigar a las trasnacionales, pues estas últimas son una fuente de empleos directos e indirectos en nuestro país y sobre todo, en regiones muy específicas, como lo es la Centro-Bajío-Occidente.

Por último, el no acatar las indicaciones dadas por las autoridades de los tres niveles podría generar un nuevo cierre de las actividades económicas, lo que haría que aquellos comercios y empresas que lograron sortear la parte más difícil, en materia económica, podrían no soportarlo. Hagamos caso, cuidémonos unos a otros y, en medida de lo posible, fortalezcamos la economía a través del consumo interno.