/ martes 15 de enero de 2019

Serenidad y paciencia

El Presidente de la República decidió combatir con toda firmeza y determinación, como no se había hecho con antelación, el robo de combustible (popularmente conocido como huachicoleo) que tanto daño ha causado al país; ilícito cuya comisión, al parecer, era tolerada, permitida o hasta promovida por servidores públicos de primer nivel, en franca asociación delictuosa con particulares.

La medida adoptada que incide directamente en el consumidor consistente en cerrar los ductos que trasladan el combustible para ponerlo en las gasolineras para, en su lugar, hacerlo con pipas, lo hace lento, a grado tal que para allegarse de gasolina, el ciudadano común y corriente debe esperar, al menos cuatro horas para que su carro pueda tener alrededor de 22 litros que equivalen a $500.00 (quinientos pesos 00/100 mn), es decir, se ha racionado. Esta medida es difícil, molesta y causa problemas e incomodidad, pero también era necesaria, impostergable e imprescindible, al menos en esta primera fase de la estrategia; además, es razonable que traerá beneficio a mediano y largo plazos, pues puede bajar el precio del litro de la gasolina.

Sorprendentemente y a una quincena de adoptada la estrategia antihuachicol, AMLO sigue contando con un gran respaldo social que lo legitima y enaltece su bono democrático, pues encuestas recientes demuestran la gran mayoría lo apoya, aún con las incomodidades colaterales causadas. Asimismo, esta acción gubernamental fue saludada y reconocida por el Fondo Monetario Internacional en voz de Wermer Wainfild, Director del Departamento para el Hemisferio Occidental, quien la semana pasada dictó una conferencia en el ITAM. Sin embargo, AMLO debe cumplir con su promesa de restablecer rápidamente el expendio de gasolina hasta llegar a la normalidad acostumbrada, es decir, debe superar con velocidad esta primera fase, so pena de perder tal bono y respaldo social, pues los daños colaterales pueden resultar superiores a los que se combaten.

En general y acorde a mi experiencia (lo que he visto no solamente durante las cuatro horas que estuve formado la madrugada del sábado), ejemplar la actitud para cargar gasolina, tanto de autoridades como de particulares: las primeras patrullando y agilizando el expendio, los segundos, manteniendo el orden y la calma. En otras gasolineras se ha visto de todo, desde connato de pleito hasta espectáculos de baile, humano y ecuestre, con banda de viento, para hacer más llevadera la espera.

Profunda tristeza siento cuando escucho a quienes piensan y opinan que es mejor la apertura de ductos aunque siga el robo, con tal de tener lleno su tanque de gasolina sin esperar por ella; se refleja un alto grado de ignorancia, egoísmo y falta de responsabilidad social con su ausencia de voluntad para coadyuvar en la solución de un problema colectivo. La crisis vivida es un buen momento para analizar y, en su caso, modificar nuestros hábitos: caminar, administrar, ahorrar, compartir, usar el transporte público, etc. Estos sacrificios así como la espera paciente para el abastecimiento de combustible son acciones concretas de apoyo a la lucha anticorrupción, se verá el compromiso social para combatirla allende el sufragio y el discurso.

También es de destacarse -para bien- la colaboración institucional del gobernador de Guanajuato con el Director General de Petróleos Mexicanos, según ha dicho el primero de los mencionados, priorizando la satisfacción de las necesidades sociales y dejando de lado las cuestiones partidistas. De destacarse -para mal y para erradicar esas prácticas delincuenciales- la resistencia y el boicot ante la medida emergente implementada dañando ductos, acaparando la compra de combustible y vendiéndolo de manera paralela a los expendios oficiales.

Serenidad y paciencia, sabio consejo que daba Kalimán a su aprendiz, el pequeño Solín, ante situaciones problemática complejas, deberíamos adoptarlo y aplicarlo cuando estemos formados en la fila que surte el combustible. Lo mismo nos ha pedido el presidente de México; seguramente lo haremos, algunos por convicción, otros porque no hay opción.

germanrodriguez32@hotmail.com

El Presidente de la República decidió combatir con toda firmeza y determinación, como no se había hecho con antelación, el robo de combustible (popularmente conocido como huachicoleo) que tanto daño ha causado al país; ilícito cuya comisión, al parecer, era tolerada, permitida o hasta promovida por servidores públicos de primer nivel, en franca asociación delictuosa con particulares.

La medida adoptada que incide directamente en el consumidor consistente en cerrar los ductos que trasladan el combustible para ponerlo en las gasolineras para, en su lugar, hacerlo con pipas, lo hace lento, a grado tal que para allegarse de gasolina, el ciudadano común y corriente debe esperar, al menos cuatro horas para que su carro pueda tener alrededor de 22 litros que equivalen a $500.00 (quinientos pesos 00/100 mn), es decir, se ha racionado. Esta medida es difícil, molesta y causa problemas e incomodidad, pero también era necesaria, impostergable e imprescindible, al menos en esta primera fase de la estrategia; además, es razonable que traerá beneficio a mediano y largo plazos, pues puede bajar el precio del litro de la gasolina.

Sorprendentemente y a una quincena de adoptada la estrategia antihuachicol, AMLO sigue contando con un gran respaldo social que lo legitima y enaltece su bono democrático, pues encuestas recientes demuestran la gran mayoría lo apoya, aún con las incomodidades colaterales causadas. Asimismo, esta acción gubernamental fue saludada y reconocida por el Fondo Monetario Internacional en voz de Wermer Wainfild, Director del Departamento para el Hemisferio Occidental, quien la semana pasada dictó una conferencia en el ITAM. Sin embargo, AMLO debe cumplir con su promesa de restablecer rápidamente el expendio de gasolina hasta llegar a la normalidad acostumbrada, es decir, debe superar con velocidad esta primera fase, so pena de perder tal bono y respaldo social, pues los daños colaterales pueden resultar superiores a los que se combaten.

En general y acorde a mi experiencia (lo que he visto no solamente durante las cuatro horas que estuve formado la madrugada del sábado), ejemplar la actitud para cargar gasolina, tanto de autoridades como de particulares: las primeras patrullando y agilizando el expendio, los segundos, manteniendo el orden y la calma. En otras gasolineras se ha visto de todo, desde connato de pleito hasta espectáculos de baile, humano y ecuestre, con banda de viento, para hacer más llevadera la espera.

Profunda tristeza siento cuando escucho a quienes piensan y opinan que es mejor la apertura de ductos aunque siga el robo, con tal de tener lleno su tanque de gasolina sin esperar por ella; se refleja un alto grado de ignorancia, egoísmo y falta de responsabilidad social con su ausencia de voluntad para coadyuvar en la solución de un problema colectivo. La crisis vivida es un buen momento para analizar y, en su caso, modificar nuestros hábitos: caminar, administrar, ahorrar, compartir, usar el transporte público, etc. Estos sacrificios así como la espera paciente para el abastecimiento de combustible son acciones concretas de apoyo a la lucha anticorrupción, se verá el compromiso social para combatirla allende el sufragio y el discurso.

También es de destacarse -para bien- la colaboración institucional del gobernador de Guanajuato con el Director General de Petróleos Mexicanos, según ha dicho el primero de los mencionados, priorizando la satisfacción de las necesidades sociales y dejando de lado las cuestiones partidistas. De destacarse -para mal y para erradicar esas prácticas delincuenciales- la resistencia y el boicot ante la medida emergente implementada dañando ductos, acaparando la compra de combustible y vendiéndolo de manera paralela a los expendios oficiales.

Serenidad y paciencia, sabio consejo que daba Kalimán a su aprendiz, el pequeño Solín, ante situaciones problemática complejas, deberíamos adoptarlo y aplicarlo cuando estemos formados en la fila que surte el combustible. Lo mismo nos ha pedido el presidente de México; seguramente lo haremos, algunos por convicción, otros porque no hay opción.

germanrodriguez32@hotmail.com