Sin defensa es un libro autoría de Scottie Pippen y Michael Arkush, éste, periodista deportivo, aquel, jugador de basquetbol de la mejor liga del mundo, la norteamericana NBA (diecisiete temporadas), en la que ganó seis campeonatos, es medallista olímpico en dos ocasiones (Barcelona 1992 y Atlanta 1996) y miembro del salón de la fama en su deporte.
Aunque el libro es reactivo al documental El último baile, cuyo protagonista es Michael Jordan, me parece que fue escrito con ecuanimidad, consciente de su rol en la historia del basquetbol en lo general y en la franquicia ganadora de Chicago Bulls, en lo particular, en aquella década de ensueño, los noventa, en la que dominaron el deporte ráfaga rompiendo récords, incursionando en el mundo del espectáculo (a guisa de ejemplo está la película Space Jam protagonizada por Jordan o la vida de la farándula de Denisse Rodman al ser pareja de Madonna) y se potencializó el deporte como una transparente vitrina para generar cantidades exorbitantes de dinero y pingües ganancias a marcas y patrocinadores (como los propios tenis usados por Jordan, marca Nike, cuyas ganancias eran mayores a los ingresos percibidos como jugador profesional).
Pippen nunca fue considerado como el número uno, lugar reservado a Jordan (aún en la actualidad); sin embargo, debido al perfeccionismo llevado al extremo de éste y de la moderación de aquel, es reconocido como el verdadero líder de la quinteta inicial y del equipo en esa década ganadora. Tal reconocimiento viene del mismo maestro zen, el señor de los anillos, el entrenador más ganador, Phil Jackson (Once anillos, 2013).
Pippen viene de la cultura del esfuerzo: de familia humilde, de pequeño vivió dos tragedias familiares (con su hermano y con papá); trabajó mucho para acudir a la universidad y, estando en ella, para que un visor de la liga profesional lo detectara y le ofreciera trabajo, pues la institución educativa de Pippen no era de las que visitaran habitualmente para reclutar jugadores.
Si un valor se destaca del libro que comento, es el respeto. Scottie Pippen siempre se quejó de la falta de respeto que le propinaban los directivos del club al tener un contrato firmado por una suma muy inferior a la valía como jugador: le parecía inaudito que, siendo el segundo en importancia para el equipo, ganara menos que algunos novatos contratados o que, siendo pieza fundamental para el logro de los campeonatos, la franquicia quisiera transferirlo, o bien, que los directivos no le hablaran con la verdad. Asimismo, también sintió que Phil Jackson le faltó al respeto cuando, al sacarlo de un juego crucial, no dejó que Pippen superara récords. Se molestó mucho. El propio libro Sin defensa fue escrito porque Pippen sintió que en el documental de Jordan, El último baile, se le faltaba al respeto.
Contrario a lo que pudiera pensarse y a las imágenes que siguen vigentes de los juegos de los Bulls en los noventa, Pippen nunca fue amigo cercano de Jordan.
Pippen representa la discreta efectividad en una organización; reivindica el valor de la comunicación y el respeto en toda empresa; e ilustra el sacrificio y la ecuanimidad para lograr objetivos.
Para los amantes del basquetbol, en general, y de aquella época dorada de los noventa, es un libro muy recomendable, toda vez que, desde otra perspectiva (aunque coincidente en lo fundamental con Jackson y con Jordan), narra la proeza basquetbolística que quedará para la historia: los dos tricampeonatos de los Bulls de Chicago 1991 a 1993 y 1996 a 1998.
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