/ martes 5 de marzo de 2019

Sin filias ni fobias

Santiago Nieto Castillo es un joven abogado queretano, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, exmagistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, vinculado desde hace años al círculo rojo de la política nacional; ha sido acusado de protagonista in extremis y su capacidad y expertise no se cuestiona. Fue fiscal especial para la atención de delitos electorales, cargo del que fue depuesto por el encargado de despacho de la Procuraduría General de la República porque presuntamente transgredió el código de ética institucional al rebelar a la prensa parte de sus pesquisas en el caso Odebrecht. Entre la salida de tal cargo y el que actualmente ostenta, de titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se dio a la tarea de escribir SIN FILIAS NI FOBIAS MEMORIAS DE UN FISCAL INCÓMODO (Grijalbo, 2019).

En una prosa ágil, sencilla y sin tecnicismos, el fiscal hace un reconocimiento al personal más cercano, con quien vivió experiencias difíciles y gratificantes durante su encargo; el libro resulta un breviario de los asuntos más emblemáticos y significativos que atendió el fiscal, desde Odebrecht y la Loba del Suchiate, hasta Eva Cadena y el Estado de México, pasando por su designación y su destitución. Narra los objetivos cumplidos, como la eficiencia con los pocos recursos asignados, y también refiere los incumplidos, como el caso de Cuauhtémoc Blanco.

De ese capítulo de vida, se desprende una política pública para ejercer el poder y gobernar, que sugiero se replique en las instancias que integran el Sistema Nacional Anticorrupción y se vincula con modificar los términos de la ecuación, partiendo de la inobjetable realidad de que los recursos gubernamentales son limitados: en lugar de perseguir y sancionar a los servidores públicos operativos, quienes solamente siguen instrucciones de sus jefes hacerlo con lo que coloquialmente se conoce como los peces gordos, los instigadores, los autores intelectuales, los que mueven y abusan de la necesidad de la gente más humilde.

El documento refiere las dificultades que en ocasiones se presentan para cumplir a cabalidad con el trabajo, en veces poniendo en riesgo la vida y la integridad personal; también alude a personas francamente limitadas intelectualmente, obtusas y superfluas que, sin embargo, ejercen funciones públicas de alta responsabilidad.

Lo mejor del libro es su epílogo, pues el autor propone 31 directrices que pueden funcionar para modificar la legislación. A continuación algunas: (1) Regresar al modelo federalista de administración electoral. (2) Reducir el financiamiento a partidos políticos; en lo local, suprimirlo, salvo a partidos locales. (3) Suprimir el financiamiento privado a partidos políticos. (4) Generar tribunales especializados en materia penal electoral. (5) Señalar que algunos delitos electorales tengan la categoría de graves. (6) Que tanto la FEPADE como la Fiscalía Anticorrupción se incorporen al Sistema Nacional Anticorrupción, SNA. (7) Otorgar facultades de investigación al Comité de Participación Ciudadana del SNA. (8) Revisión y, en su caso, actualización, del procedimiento especial sancionador, a efecto de que sea eficaz. (9) Prohibición de herencias inmediatas de candidaturas a cargos públicos. (10) Que los sistemas anticorrupción vigilen que los programas de gobierno incluyan proyectos para el cumplimiento de promesas de campaña. (11) Desarrollar el voto electrónico. (12) Elevar a 5% de la votación emitida como requisito para conservar el registro de partidos políticos. (13) Establecer que el financiamiento público de los partidos políticos se calcule con base en los votos obtenidos. (14) Establecer medidas cautelares en casos de manipulación evidente vía redes sociales.

Recomiendo ampliamente la lectura del libro del Dr. Nieto; otra vez se confirma la regla: la realidad, en ocasiones, supera a la ficción.

germanrodriguez32@hotmail.com

Santiago Nieto Castillo es un joven abogado queretano, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, exmagistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, vinculado desde hace años al círculo rojo de la política nacional; ha sido acusado de protagonista in extremis y su capacidad y expertise no se cuestiona. Fue fiscal especial para la atención de delitos electorales, cargo del que fue depuesto por el encargado de despacho de la Procuraduría General de la República porque presuntamente transgredió el código de ética institucional al rebelar a la prensa parte de sus pesquisas en el caso Odebrecht. Entre la salida de tal cargo y el que actualmente ostenta, de titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se dio a la tarea de escribir SIN FILIAS NI FOBIAS MEMORIAS DE UN FISCAL INCÓMODO (Grijalbo, 2019).

En una prosa ágil, sencilla y sin tecnicismos, el fiscal hace un reconocimiento al personal más cercano, con quien vivió experiencias difíciles y gratificantes durante su encargo; el libro resulta un breviario de los asuntos más emblemáticos y significativos que atendió el fiscal, desde Odebrecht y la Loba del Suchiate, hasta Eva Cadena y el Estado de México, pasando por su designación y su destitución. Narra los objetivos cumplidos, como la eficiencia con los pocos recursos asignados, y también refiere los incumplidos, como el caso de Cuauhtémoc Blanco.

De ese capítulo de vida, se desprende una política pública para ejercer el poder y gobernar, que sugiero se replique en las instancias que integran el Sistema Nacional Anticorrupción y se vincula con modificar los términos de la ecuación, partiendo de la inobjetable realidad de que los recursos gubernamentales son limitados: en lugar de perseguir y sancionar a los servidores públicos operativos, quienes solamente siguen instrucciones de sus jefes hacerlo con lo que coloquialmente se conoce como los peces gordos, los instigadores, los autores intelectuales, los que mueven y abusan de la necesidad de la gente más humilde.

El documento refiere las dificultades que en ocasiones se presentan para cumplir a cabalidad con el trabajo, en veces poniendo en riesgo la vida y la integridad personal; también alude a personas francamente limitadas intelectualmente, obtusas y superfluas que, sin embargo, ejercen funciones públicas de alta responsabilidad.

Lo mejor del libro es su epílogo, pues el autor propone 31 directrices que pueden funcionar para modificar la legislación. A continuación algunas: (1) Regresar al modelo federalista de administración electoral. (2) Reducir el financiamiento a partidos políticos; en lo local, suprimirlo, salvo a partidos locales. (3) Suprimir el financiamiento privado a partidos políticos. (4) Generar tribunales especializados en materia penal electoral. (5) Señalar que algunos delitos electorales tengan la categoría de graves. (6) Que tanto la FEPADE como la Fiscalía Anticorrupción se incorporen al Sistema Nacional Anticorrupción, SNA. (7) Otorgar facultades de investigación al Comité de Participación Ciudadana del SNA. (8) Revisión y, en su caso, actualización, del procedimiento especial sancionador, a efecto de que sea eficaz. (9) Prohibición de herencias inmediatas de candidaturas a cargos públicos. (10) Que los sistemas anticorrupción vigilen que los programas de gobierno incluyan proyectos para el cumplimiento de promesas de campaña. (11) Desarrollar el voto electrónico. (12) Elevar a 5% de la votación emitida como requisito para conservar el registro de partidos políticos. (13) Establecer que el financiamiento público de los partidos políticos se calcule con base en los votos obtenidos. (14) Establecer medidas cautelares en casos de manipulación evidente vía redes sociales.

Recomiendo ampliamente la lectura del libro del Dr. Nieto; otra vez se confirma la regla: la realidad, en ocasiones, supera a la ficción.

germanrodriguez32@hotmail.com