/ domingo 21 de febrero de 2021

Síndrome De Testarudez

“Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar” Samuel Butler

Los misterios más grandes de las enfermedades que flagelan al humano posiblemente están en la esfera de la patología mental. Explorar en lo que no tiene materia orgánica e introducirse al mundo inmenso de la cualidad que distingue al hombre de los animales irracionales. Calificar el ejercicio de la razón, de las emociones, del comportamiento, de la relación con los demás para estimar si esa acción o actuación es normal o patológica es tema de los estudiosos de la psiquiatría.

Sigmund Freud, Abraham Maslow, John Dollar y otros médicos ilustres dejaron pautas procedentes de investigaciones para entender diferentes aspectos de la conducta humana.

Virtudes y defectos, bondades y vicios, compostura y desenfreno, afecto y aversión y sinnúmero de pasiones que atañen a la psique del individuo en su relación con sus congéneres.

Investigadores que abrieron caminos que no tienen fin.

La conducta humana está llena de contrastes evidentes. Virtudes mal usadas que se convierten en agobios o, por el contrario, tendencias negativas que en determinadas circunstancias se truecan positivas. La tenacidad por conseguir el éxito en los estudios, en la profesión o en cualquier actividad laboral en una virtud de los triunfadores. La disposición de obrar de acuerdo a proyectos en favor del bien, de la verdad o de la justicia como parte de la vida ética o moral. En la vida suele haber desviaciones, algunas son manifestaciones de una patología mental de origen hereditario o adquirido en el trascurso de los años por un ambiente adverso que se refleja en la forma de ser del individuo. Otras alimentadas por la envidia y el rencor.

En el ejercicio de la medicina cada día se encuentran novedades. Algunos profesionales de larga experiencia en la psiquiatría recién han dado a conocer una nueva enfermedad, o mejor dicho, han descrito una enfermedad de existencia inmemorial de la que ya se han publicado artículos de revisión. Hace poco un comité ha definido los criterios diagnósticos en espera de ser incluida en la próxima edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM-IV).

Se trata del “Síndrome de Testarudez”, mismo que se define como “un trastorno del pensamiento y del comportamiento en el que el paciente presenta una actitud de exagerada obstinación que interfiere en las actividades de la vida diaria”. Patología propia del paciente que desoye a los expertos, que cree que él siempre tiene razón, que elude las recomendaciones de otras personas en ausencia de conciencia de enfermedad.

Con todo respeto a su investidura, sin ser psiquiatra, sospecho que nuestro presidente es víctima del Síndrome de Testarudez. Señales las hay por decenas, sirvan la insistencia en rechazar la recomendación de autoridades de salud mundiales del uso del cubrebocas y la terquedad de apoyar a Félix Macedonio Salgado como candidato a gobernador de Guerrero a pesar de las graves denuncias de agresiones sexuales. Nuestro presidente, por su propio bien y del país, creo yo, es un enfermo que requiere atención médica.

“Los más obstinados suelen ser los más equivocados, como todos los que no han aprendido a dudar” Samuel Butler

Los misterios más grandes de las enfermedades que flagelan al humano posiblemente están en la esfera de la patología mental. Explorar en lo que no tiene materia orgánica e introducirse al mundo inmenso de la cualidad que distingue al hombre de los animales irracionales. Calificar el ejercicio de la razón, de las emociones, del comportamiento, de la relación con los demás para estimar si esa acción o actuación es normal o patológica es tema de los estudiosos de la psiquiatría.

Sigmund Freud, Abraham Maslow, John Dollar y otros médicos ilustres dejaron pautas procedentes de investigaciones para entender diferentes aspectos de la conducta humana.

Virtudes y defectos, bondades y vicios, compostura y desenfreno, afecto y aversión y sinnúmero de pasiones que atañen a la psique del individuo en su relación con sus congéneres.

Investigadores que abrieron caminos que no tienen fin.

La conducta humana está llena de contrastes evidentes. Virtudes mal usadas que se convierten en agobios o, por el contrario, tendencias negativas que en determinadas circunstancias se truecan positivas. La tenacidad por conseguir el éxito en los estudios, en la profesión o en cualquier actividad laboral en una virtud de los triunfadores. La disposición de obrar de acuerdo a proyectos en favor del bien, de la verdad o de la justicia como parte de la vida ética o moral. En la vida suele haber desviaciones, algunas son manifestaciones de una patología mental de origen hereditario o adquirido en el trascurso de los años por un ambiente adverso que se refleja en la forma de ser del individuo. Otras alimentadas por la envidia y el rencor.

En el ejercicio de la medicina cada día se encuentran novedades. Algunos profesionales de larga experiencia en la psiquiatría recién han dado a conocer una nueva enfermedad, o mejor dicho, han descrito una enfermedad de existencia inmemorial de la que ya se han publicado artículos de revisión. Hace poco un comité ha definido los criterios diagnósticos en espera de ser incluida en la próxima edición del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM-IV).

Se trata del “Síndrome de Testarudez”, mismo que se define como “un trastorno del pensamiento y del comportamiento en el que el paciente presenta una actitud de exagerada obstinación que interfiere en las actividades de la vida diaria”. Patología propia del paciente que desoye a los expertos, que cree que él siempre tiene razón, que elude las recomendaciones de otras personas en ausencia de conciencia de enfermedad.

Con todo respeto a su investidura, sin ser psiquiatra, sospecho que nuestro presidente es víctima del Síndrome de Testarudez. Señales las hay por decenas, sirvan la insistencia en rechazar la recomendación de autoridades de salud mundiales del uso del cubrebocas y la terquedad de apoyar a Félix Macedonio Salgado como candidato a gobernador de Guerrero a pesar de las graves denuncias de agresiones sexuales. Nuestro presidente, por su propio bien y del país, creo yo, es un enfermo que requiere atención médica.