/ domingo 28 de julio de 2024

SINE QUA NON

La “Rueda de la Fortuna”

Estimados lectores, sin distinción o categorización; las promesas y ofertas políticas, sin importar de qué Partido o Ideología (Supuesta), provengan, y más ya en ejercicio del mandato político-social, les viene faltando un elemento toral: Su concreción. Y habrá quien añada y bien, su priorización. No es lo mismo una “mega-obra”, que, por ejemplo, la construcción de proximidad, es decir, llevar a las personas los servicios, al menos básicos, para que vayan entrando a una vida digna, hoy, aunque abstracto, es un Derecho Humano, reconocido al menos, en la Carta Magna Federal Mexicana, sin óbice de que igual, sin importar antelación, esté en leyes o tratados internacionales, de los que, por cierto, en determinados casos, es parte México.

¿Cuál es en general esa concepción humanista de la Dignidad? ¿Cómo se mide y por quién? Se debe empezar por señalar que la Dignidad, es un Valor que el Ser Humano, tiene de manera intrínseca por el sólo hecho de ser. En dicho sentido, no debería depender de nada externo al individuo. Entonces, es universal, para todos los seres humanos; es inalienable, no prescribe y menos, está en el comercio. Es lo ideal, en la teoría, cierto. Pero, la Dignidad, está estrechamente vinculada a los Derechos Humanos. Desde luego, estimados lectores, están los Derechos Económicos, Sociales, Políticos y Culturales. Y se componen y vinculan o relacionan: Trabajo, Empleo, Seguridad Social, Patrimonial, Pública y Privada, Salud, Educación, Acceso al agua, vivienda adecuada, es decir, con los servicios básicos; entorno ambiental sano, diversión y ocio inteligente, deporte, cultura, participación cívica, etcétera. En suma: Desarrollo Humano Integral, según lo concibo.

¿Cómo o quién mide la Dignidad? No hay en realidad un tabulador, así como una regla tal que nos dé un resultado invariable, hay sí, elementos básicos, descritos líneas arriba, para determinar sí el sujeto concretamente, tiene o no esa condición. También se han establecido indicadores para evaluar resultados a nivel global: La ONU, El Banco Mundial y la OMS, investigan y hacen reportes periódicos, en que igual, analizan la esperanza de vida, el PIB per cápita, y niveles de educación, rendición de cuentas y participación de la sociedad civil, en regiones del orbe. La CEPAL, se enfoca en la economía y desarrollo. Esas organizaciones hacen recomendaciones al respecto, como resultado de sus estudios comparativos.

Aunque igual, existe una concepción subjetiva, conforme a los Valores individuales y/o familiares desde lo moral, ético, incluso, religioso. Esta última, se define como la honradez, respetabilidad, nobleza como resulta la gente bien nacida (Ya saben que no se trata de cuna de oropel), en suma honorabilidad.

Cierto, es que la Autoridad Política, (La Legislativa, Judicial o Ejecutiva) o habrá quien prefiera decir, el Estado, están obligados a respetar, garantizar, promover, difundir, proteger ese Derecho Humano a la Dignidad, y los otros, por supuesto. Y claro, salta la inquisición muy válida: ¿Cómo, cuándo, con qué, en dónde?

Es sustancial saber que, para toda política pública deben combinarse recursos, talentos, planificación, estrategias, participación cívica, control, (éstos últimos, como parte de la visión de la Nueva Administración Pública, NAP, por sus siglas) y, hoy, se abre una oportunidad histórica para nuestro municipio para consolidar lo que llamo Desarrollo Humano Integral. ¿Habrá que hacer cambios en el Organigrama Administrativo?

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Es normal, cada cierto tiempo, que depende del cronograma que se haga en cualquier proyecto y/o plan, hacer cambios necesarios resultado de la supervisión y el control, más cuando en verdad se quieren resultados eficientes y eficaces, parte necesaria en toda la visión de la NAP. Entonces, no será extraño ajustar a la realidad social –de donde deben depender todas las políticas públicas- y desde una óptica organizacional sustentada y sostenida en otra nueva forma: La transparencia, rendición de cuentas de manera sistemática y oportuna, es decir, como un uso y modo de gobernar, para lograr la buena gobernanza. Todo esto no es simple, pero con voluntad política se empieza. En Celaya, es imperativo un giro fuerte y determinado, del timón político, en concordancia con las otras instancias de gobierno y por lo que se ve, así será. Es lo que hay. Cuídense.

La “Rueda de la Fortuna”

Estimados lectores, sin distinción o categorización; las promesas y ofertas políticas, sin importar de qué Partido o Ideología (Supuesta), provengan, y más ya en ejercicio del mandato político-social, les viene faltando un elemento toral: Su concreción. Y habrá quien añada y bien, su priorización. No es lo mismo una “mega-obra”, que, por ejemplo, la construcción de proximidad, es decir, llevar a las personas los servicios, al menos básicos, para que vayan entrando a una vida digna, hoy, aunque abstracto, es un Derecho Humano, reconocido al menos, en la Carta Magna Federal Mexicana, sin óbice de que igual, sin importar antelación, esté en leyes o tratados internacionales, de los que, por cierto, en determinados casos, es parte México.

¿Cuál es en general esa concepción humanista de la Dignidad? ¿Cómo se mide y por quién? Se debe empezar por señalar que la Dignidad, es un Valor que el Ser Humano, tiene de manera intrínseca por el sólo hecho de ser. En dicho sentido, no debería depender de nada externo al individuo. Entonces, es universal, para todos los seres humanos; es inalienable, no prescribe y menos, está en el comercio. Es lo ideal, en la teoría, cierto. Pero, la Dignidad, está estrechamente vinculada a los Derechos Humanos. Desde luego, estimados lectores, están los Derechos Económicos, Sociales, Políticos y Culturales. Y se componen y vinculan o relacionan: Trabajo, Empleo, Seguridad Social, Patrimonial, Pública y Privada, Salud, Educación, Acceso al agua, vivienda adecuada, es decir, con los servicios básicos; entorno ambiental sano, diversión y ocio inteligente, deporte, cultura, participación cívica, etcétera. En suma: Desarrollo Humano Integral, según lo concibo.

¿Cómo o quién mide la Dignidad? No hay en realidad un tabulador, así como una regla tal que nos dé un resultado invariable, hay sí, elementos básicos, descritos líneas arriba, para determinar sí el sujeto concretamente, tiene o no esa condición. También se han establecido indicadores para evaluar resultados a nivel global: La ONU, El Banco Mundial y la OMS, investigan y hacen reportes periódicos, en que igual, analizan la esperanza de vida, el PIB per cápita, y niveles de educación, rendición de cuentas y participación de la sociedad civil, en regiones del orbe. La CEPAL, se enfoca en la economía y desarrollo. Esas organizaciones hacen recomendaciones al respecto, como resultado de sus estudios comparativos.

Aunque igual, existe una concepción subjetiva, conforme a los Valores individuales y/o familiares desde lo moral, ético, incluso, religioso. Esta última, se define como la honradez, respetabilidad, nobleza como resulta la gente bien nacida (Ya saben que no se trata de cuna de oropel), en suma honorabilidad.

Cierto, es que la Autoridad Política, (La Legislativa, Judicial o Ejecutiva) o habrá quien prefiera decir, el Estado, están obligados a respetar, garantizar, promover, difundir, proteger ese Derecho Humano a la Dignidad, y los otros, por supuesto. Y claro, salta la inquisición muy válida: ¿Cómo, cuándo, con qué, en dónde?

Es sustancial saber que, para toda política pública deben combinarse recursos, talentos, planificación, estrategias, participación cívica, control, (éstos últimos, como parte de la visión de la Nueva Administración Pública, NAP, por sus siglas) y, hoy, se abre una oportunidad histórica para nuestro municipio para consolidar lo que llamo Desarrollo Humano Integral. ¿Habrá que hacer cambios en el Organigrama Administrativo?

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Es normal, cada cierto tiempo, que depende del cronograma que se haga en cualquier proyecto y/o plan, hacer cambios necesarios resultado de la supervisión y el control, más cuando en verdad se quieren resultados eficientes y eficaces, parte necesaria en toda la visión de la NAP. Entonces, no será extraño ajustar a la realidad social –de donde deben depender todas las políticas públicas- y desde una óptica organizacional sustentada y sostenida en otra nueva forma: La transparencia, rendición de cuentas de manera sistemática y oportuna, es decir, como un uso y modo de gobernar, para lograr la buena gobernanza. Todo esto no es simple, pero con voluntad política se empieza. En Celaya, es imperativo un giro fuerte y determinado, del timón político, en concordancia con las otras instancias de gobierno y por lo que se ve, así será. Es lo que hay. Cuídense.

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