/ lunes 2 de diciembre de 2019

Sine qua non

De la Ceca a la Meca

Reclamar situaciones que lesionen a la sociedad o algún sector determinado, como las féminas, es un derecho constitucional, dicho sin avalar la destrucción vandálica. Los feminicidios están desbordados. Al igual que otros lastres y daños que se generan a los grupos que sean, cuando suponemos hay un orden público a la vez que un gobierno deficiente, ineficaz o de plano, fallido. Razón de peso para cualquier protesta o resistencia civil.

AMLO, parece dar bandazos. Por un lado auspicia –impone para algunos- personajes contra viento y sin el perfil o los requisitos que deberían cumplir, por ejemplo, la nueva funcionaria de los Derechos Humanos; luego rinde un tardío homenaje a Demetrio Vallejo, como para atemperar ánimos de la ya inquieta izquierda mexicana –o, lo que quede- cada día, más difusa o confusa.

Después exalta contubernios “legales” con empresarios, íconos del neoliberalismo, con la supina idea de llevar “la fiesta en paz” en materia económica, talón de Aquiles del Presidente. Y para colmo, dando preminencia a proyectos, aunque necesarios, como las vías de comunicación, pero no prioritarios; dejando lejos al sistema público de salud, o de la educación, por ejemplo. Y como “broche de oro”, dice AMLO, con su acostumbrada “varita mágica”: Qué el asunto de Ayotzinapa, no es más, “un crimen de Estado”.


LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Pregunta hoy en el imaginario: ¿Estará AMLO compensando a Slim, por lo de Texcoco? Vaya pues, con el cambio. Ahora que el dicho magnate invertirá en infraestructura de México, podemos ya dormir tranquilos. ¡Bienvenido el “bienestar” para los mexicanos!

Mientras sigue el “circo” y exaltación del culto a la persona: ¡Otro informe! ¿Y la “austeridá”? Qué se aplique en las “mulas de mi compadre”. A un año del “cambio”, no se vislumbra ni social o económico. Para muchos es un vuelco, sí, al pasado y sobre todo, dando soporte al neoliberalismo, por más que en el discurso se diga lo contrario. En fin. Les sigo deseando: Salud, Alegría y Prosperidad.

De la Ceca a la Meca

Reclamar situaciones que lesionen a la sociedad o algún sector determinado, como las féminas, es un derecho constitucional, dicho sin avalar la destrucción vandálica. Los feminicidios están desbordados. Al igual que otros lastres y daños que se generan a los grupos que sean, cuando suponemos hay un orden público a la vez que un gobierno deficiente, ineficaz o de plano, fallido. Razón de peso para cualquier protesta o resistencia civil.

AMLO, parece dar bandazos. Por un lado auspicia –impone para algunos- personajes contra viento y sin el perfil o los requisitos que deberían cumplir, por ejemplo, la nueva funcionaria de los Derechos Humanos; luego rinde un tardío homenaje a Demetrio Vallejo, como para atemperar ánimos de la ya inquieta izquierda mexicana –o, lo que quede- cada día, más difusa o confusa.

Después exalta contubernios “legales” con empresarios, íconos del neoliberalismo, con la supina idea de llevar “la fiesta en paz” en materia económica, talón de Aquiles del Presidente. Y para colmo, dando preminencia a proyectos, aunque necesarios, como las vías de comunicación, pero no prioritarios; dejando lejos al sistema público de salud, o de la educación, por ejemplo. Y como “broche de oro”, dice AMLO, con su acostumbrada “varita mágica”: Qué el asunto de Ayotzinapa, no es más, “un crimen de Estado”.


LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Pregunta hoy en el imaginario: ¿Estará AMLO compensando a Slim, por lo de Texcoco? Vaya pues, con el cambio. Ahora que el dicho magnate invertirá en infraestructura de México, podemos ya dormir tranquilos. ¡Bienvenido el “bienestar” para los mexicanos!

Mientras sigue el “circo” y exaltación del culto a la persona: ¡Otro informe! ¿Y la “austeridá”? Qué se aplique en las “mulas de mi compadre”. A un año del “cambio”, no se vislumbra ni social o económico. Para muchos es un vuelco, sí, al pasado y sobre todo, dando soporte al neoliberalismo, por más que en el discurso se diga lo contrario. En fin. Les sigo deseando: Salud, Alegría y Prosperidad.

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