/ lunes 25 de noviembre de 2019

Sine qua non.

¡Viva! ¿Quién?


La revolución... ¿Cuántas heridas más soportar? No debemos fingir alegría, que la vida se nos escurre como agua de lluvia sobre las manos

Cantamos a la esperanza y vil bálsamo resulta. No hay dios o autoridad que salve, ni lave nuestras heridas. Ya no ayudan Agustín Lara o Moncayo, ni Octavio Paz, ni menos Ignacio Manuel Altamirano “El Nigromante”… ¿Quién es ése?, dirán muchos mexicanos que no lo conocen.

Vaya, de qué nos sirve Villa, Zapata, o Panchito Madero, masacrados y humillados por las oligarquías de siempre, que sólo cambian de piel. Y lo peor, caudillos traicionados por el imaginario, por más que sus nombres estén en las calles de México, asociados a la fiesta con mariachi, al pozole, pero sin sentido libertador de verdad. ¿Y su legado? En los libros de texto, aunque sin entrar a fondo en sus ideales. Claro, se han escrito montones de libros, más sobre Villa… Hay hasta obras literarias de sus estrategias de guerrilla, volcadas a la mercadotecnia o la dirección gerencial. Pero, la desgracia es que son muy pocos los lectores en México. (¿Quiénes leerán la “economía moral” de AMLO, o vendrá luego una “moral de la delincuencia”?)

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: No podemos ufanar nuestra mexicanidad, cuando dejamos que nos pisen, que nos acaben. No hay pues, orgullo que exaltar, mientras no logremos librar tanta calamidad y someter al orden a unos cuantos calamitosos que viven dentro o fuera del oficialismo.

¡Cómo cantar a la Patria, a los caudillos revolucionarios! Sí no hemos sabido defender ésos ideales, si seguimos postrados ante cualquier badulaque que nos habla al oído, prometiendo paraísos que no existen, que le gritan a una esperanza inerte. ¿Acaso somos así de mínimos, de pobres, de cobardes? ¿Cómo gritar: Viva México? Si no parecemos estar vivos… ¿Cómo “entrar” a una 4T, sí la “tercera” quedó inacabada o fallida? Es demagogia peligrosa.

Mientras ahora nos atosigan con que la moralidad es la pauta, eso sí que la justicia se haga en las “mulas de mi compadre.” Aunque Moral y Ética, no sean lo mismo. Salud, Alegría y Prosperidad.

¡Viva! ¿Quién?


La revolución... ¿Cuántas heridas más soportar? No debemos fingir alegría, que la vida se nos escurre como agua de lluvia sobre las manos

Cantamos a la esperanza y vil bálsamo resulta. No hay dios o autoridad que salve, ni lave nuestras heridas. Ya no ayudan Agustín Lara o Moncayo, ni Octavio Paz, ni menos Ignacio Manuel Altamirano “El Nigromante”… ¿Quién es ése?, dirán muchos mexicanos que no lo conocen.

Vaya, de qué nos sirve Villa, Zapata, o Panchito Madero, masacrados y humillados por las oligarquías de siempre, que sólo cambian de piel. Y lo peor, caudillos traicionados por el imaginario, por más que sus nombres estén en las calles de México, asociados a la fiesta con mariachi, al pozole, pero sin sentido libertador de verdad. ¿Y su legado? En los libros de texto, aunque sin entrar a fondo en sus ideales. Claro, se han escrito montones de libros, más sobre Villa… Hay hasta obras literarias de sus estrategias de guerrilla, volcadas a la mercadotecnia o la dirección gerencial. Pero, la desgracia es que son muy pocos los lectores en México. (¿Quiénes leerán la “economía moral” de AMLO, o vendrá luego una “moral de la delincuencia”?)

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: No podemos ufanar nuestra mexicanidad, cuando dejamos que nos pisen, que nos acaben. No hay pues, orgullo que exaltar, mientras no logremos librar tanta calamidad y someter al orden a unos cuantos calamitosos que viven dentro o fuera del oficialismo.

¡Cómo cantar a la Patria, a los caudillos revolucionarios! Sí no hemos sabido defender ésos ideales, si seguimos postrados ante cualquier badulaque que nos habla al oído, prometiendo paraísos que no existen, que le gritan a una esperanza inerte. ¿Acaso somos así de mínimos, de pobres, de cobardes? ¿Cómo gritar: Viva México? Si no parecemos estar vivos… ¿Cómo “entrar” a una 4T, sí la “tercera” quedó inacabada o fallida? Es demagogia peligrosa.

Mientras ahora nos atosigan con que la moralidad es la pauta, eso sí que la justicia se haga en las “mulas de mi compadre.” Aunque Moral y Ética, no sean lo mismo. Salud, Alegría y Prosperidad.

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