/ domingo 19 de diciembre de 2021

Sol Y Sombras

La cifra de menores de edad que durante los primeros 11 meses del presente año han sido detenidos por cometer delitos debe alarmarnos, son mil 116 jóvenes que han encontrado en la delincuencia su forma de vida, los principales delitos por los que son investigados, es narcomenudeo, robo a casa o vehículo y lesiones.

De acuerdo a los datos que entregó la Fiscalía General del Estado, por una solicitud de información que El Sol del Bajío realizó, pone sobre la mesa la enorme deuda social que tenemos con estos chicos, pero también con sus familias, que deben asumir la responsabilidad de lo que se dejó de hacer con ellos, para que sean presa fácil del crimen.

El hambre supera al miedo, en la mayoría de los casos, hay que salir a buscar algo de dinero para solventar las necesidades más básicas, pues en la mayoría de los casos, estos jóvenes se han convertido en el sostén de sus familias, y volvemos al tema, dónde están los papás, dónde está la figura del padre proveedor y preocupado por la manutención de sus hijos, de la cual disfrutamos la mayoría de las personas que hoy estamos en los cuarentas, ese patrón de familia donde mamá estaba en casa cocinando, criando, regañando y formando a los hijos de la familia, ese concepto cambió, las mujeres decidimos prepararnos, salir a trabajar y algunas hasta dicen que fue liberación femenina, no coincido con esa visión, pues en lugar de liberarnos de alguna responsabilidad, asumimos una más, hoy aportamos a la economía familiar y no hemos dejado de educar a los hijos, tenemos doble trabajo.

Pero hay muchas mujeres que, en la justificación de salir a trabajar para dar mejores estándares de vida a sus hijos, abandonaron la parte medular de la madre que es la crianza de los hijos, la observación de sus hábitos, la atención de sus compañías, ese sexto sentido que nuestra mamá tenía cuando nos recomendaba no juntarnos con esta o con aquella amiga, hoy las mamás estamos tan cansadas de la rutina y el trabajo diario que dejamos que nuestros hijos pasen horas y horas educándose con tik tok o youtube y sin duda, la crisis de valores y descomposición social que hoy tenemos enfrente, es una responsabilidad que debemos de compartir como sociedad.

Pero, ¿podremos aspirar a que esto cambie?, ¿seremos capaces de retornar al modelo de nuestros padres, que nos hizo personas de bien, o construiremos un nuevo patrón de familia?, pues sabemos que no nos gustaba el antiguo, pero tampoco hemos sido capaces de implantar uno nuevo que nos dé la mínima esperanza de que las cosas puedan ir mejor.

Con los datos que publicamos esta semana, donde se da cuenta que 40 por ciento de los habitantes del municipio de Celaya viven en la pobreza, podemos entender las marcadas desigualdades que tenemos en nuestro municipio y por qué los jóvenes están tan dispuestos a delinquir, casi la mitad de la población es pobre, es decir, no tiene ni lo mínimo necesario para garantizar su alimentación diaria, ya ni siquiera imaginar tener un poco de dinero ahorrado en el banco o pensar en viajar o salir de vacaciones.

Mientras que hay gente que en una comida de fin de semana o en la plaza puede gastar miles de pesos en regalos, comida, ropa y más, hay casi 200 mil personas que no festejarán esta navidad, seguirán trabajando en lo que se pueda para sacar algo de dinero, pues la mayoría de ellos no cuentan con un trabajo formal que les permita pensar en un aguinaldo o una quincena para sacar sus gastos.

Y entonces, dejamos de juzgar con tanta dureza a quienes por 500 o mil pesos, aceptan transportar droga, venderla, cobrar por ella y en el peor de los casos, se alquilan de sicarios, pues al ser menores de edad, las penas que les impondrán serán mínimas, pero al menos dejarán a su familia asegurada.

Suena horrible, lo sé y no lo estoy justificando de ninguna manera, pero a veces hay que ver el iceberg completo y no solo juzgar por lo que sobresale en la superficie, hay hombres y mueres desesperados por las carencias que tienen, por el frío que pasan ellos y sus hijos y porque pareciera que no encontraron las oportunidades, ni las salidas legales para hacer las cosas bien.

Y lo peor es que el escenario que nos depara el 2022 en materia económica, no es nada alentador, se viene peor, por eso las recomendaciones de los expertos, es que no se asuman deudas a plazos largos en estos momentos, ni se compre nada a tazas que no sean fijas, pues el próximo año, miles de personas se sumirán en deudas que se volverán impagables.

Volvamos entonces, (y esa sería mi reflexión) a disfrutar lo esencial, eso que no se puede comprar en ninguna tienda y que nos llena el alma, enseñemos a nuestros hijos a no definirse por las cosas que tienen y que pueden comprar, hagamos una nueva generación de personas agradecidas con lo que hay, sin aspiraciones excesivas que los lleven a ser unos resentidos sociales.

Vivimos en una sociedad consumista, influida por la vida de excentricidades que nos muestran en redes sociales, los hombres y mujeres más ricos del mundo, pero esa, no es nuestra realidad, dile a tus hijos, que esa no es su realidad, pongamos los pies en la tierra y entendamos que es una responsabilidad de todos nosotros, aspirar a una mejor sociedad de la que tenemos hoy y eso solo ocurrirá, generando conciencia en la gente que vive como autómata, guiada por las masas.

Abraza a los tuyos está navidad y valora lo que haya en tu mesa para compartir, agradece, seguro eres más afortunado que miles de celayenses que están en un hospital, en la cárcel o con un familiar desaparecido, reconozcámonos seres necesitados de alimentar nuestra espiritualidad, hacer un alto y empezar a ser mejores a partir de ya.

FELICES FIESTAS

La cifra de menores de edad que durante los primeros 11 meses del presente año han sido detenidos por cometer delitos debe alarmarnos, son mil 116 jóvenes que han encontrado en la delincuencia su forma de vida, los principales delitos por los que son investigados, es narcomenudeo, robo a casa o vehículo y lesiones.

De acuerdo a los datos que entregó la Fiscalía General del Estado, por una solicitud de información que El Sol del Bajío realizó, pone sobre la mesa la enorme deuda social que tenemos con estos chicos, pero también con sus familias, que deben asumir la responsabilidad de lo que se dejó de hacer con ellos, para que sean presa fácil del crimen.

El hambre supera al miedo, en la mayoría de los casos, hay que salir a buscar algo de dinero para solventar las necesidades más básicas, pues en la mayoría de los casos, estos jóvenes se han convertido en el sostén de sus familias, y volvemos al tema, dónde están los papás, dónde está la figura del padre proveedor y preocupado por la manutención de sus hijos, de la cual disfrutamos la mayoría de las personas que hoy estamos en los cuarentas, ese patrón de familia donde mamá estaba en casa cocinando, criando, regañando y formando a los hijos de la familia, ese concepto cambió, las mujeres decidimos prepararnos, salir a trabajar y algunas hasta dicen que fue liberación femenina, no coincido con esa visión, pues en lugar de liberarnos de alguna responsabilidad, asumimos una más, hoy aportamos a la economía familiar y no hemos dejado de educar a los hijos, tenemos doble trabajo.

Pero hay muchas mujeres que, en la justificación de salir a trabajar para dar mejores estándares de vida a sus hijos, abandonaron la parte medular de la madre que es la crianza de los hijos, la observación de sus hábitos, la atención de sus compañías, ese sexto sentido que nuestra mamá tenía cuando nos recomendaba no juntarnos con esta o con aquella amiga, hoy las mamás estamos tan cansadas de la rutina y el trabajo diario que dejamos que nuestros hijos pasen horas y horas educándose con tik tok o youtube y sin duda, la crisis de valores y descomposición social que hoy tenemos enfrente, es una responsabilidad que debemos de compartir como sociedad.

Pero, ¿podremos aspirar a que esto cambie?, ¿seremos capaces de retornar al modelo de nuestros padres, que nos hizo personas de bien, o construiremos un nuevo patrón de familia?, pues sabemos que no nos gustaba el antiguo, pero tampoco hemos sido capaces de implantar uno nuevo que nos dé la mínima esperanza de que las cosas puedan ir mejor.

Con los datos que publicamos esta semana, donde se da cuenta que 40 por ciento de los habitantes del municipio de Celaya viven en la pobreza, podemos entender las marcadas desigualdades que tenemos en nuestro municipio y por qué los jóvenes están tan dispuestos a delinquir, casi la mitad de la población es pobre, es decir, no tiene ni lo mínimo necesario para garantizar su alimentación diaria, ya ni siquiera imaginar tener un poco de dinero ahorrado en el banco o pensar en viajar o salir de vacaciones.

Mientras que hay gente que en una comida de fin de semana o en la plaza puede gastar miles de pesos en regalos, comida, ropa y más, hay casi 200 mil personas que no festejarán esta navidad, seguirán trabajando en lo que se pueda para sacar algo de dinero, pues la mayoría de ellos no cuentan con un trabajo formal que les permita pensar en un aguinaldo o una quincena para sacar sus gastos.

Y entonces, dejamos de juzgar con tanta dureza a quienes por 500 o mil pesos, aceptan transportar droga, venderla, cobrar por ella y en el peor de los casos, se alquilan de sicarios, pues al ser menores de edad, las penas que les impondrán serán mínimas, pero al menos dejarán a su familia asegurada.

Suena horrible, lo sé y no lo estoy justificando de ninguna manera, pero a veces hay que ver el iceberg completo y no solo juzgar por lo que sobresale en la superficie, hay hombres y mueres desesperados por las carencias que tienen, por el frío que pasan ellos y sus hijos y porque pareciera que no encontraron las oportunidades, ni las salidas legales para hacer las cosas bien.

Y lo peor es que el escenario que nos depara el 2022 en materia económica, no es nada alentador, se viene peor, por eso las recomendaciones de los expertos, es que no se asuman deudas a plazos largos en estos momentos, ni se compre nada a tazas que no sean fijas, pues el próximo año, miles de personas se sumirán en deudas que se volverán impagables.

Volvamos entonces, (y esa sería mi reflexión) a disfrutar lo esencial, eso que no se puede comprar en ninguna tienda y que nos llena el alma, enseñemos a nuestros hijos a no definirse por las cosas que tienen y que pueden comprar, hagamos una nueva generación de personas agradecidas con lo que hay, sin aspiraciones excesivas que los lleven a ser unos resentidos sociales.

Vivimos en una sociedad consumista, influida por la vida de excentricidades que nos muestran en redes sociales, los hombres y mujeres más ricos del mundo, pero esa, no es nuestra realidad, dile a tus hijos, que esa no es su realidad, pongamos los pies en la tierra y entendamos que es una responsabilidad de todos nosotros, aspirar a una mejor sociedad de la que tenemos hoy y eso solo ocurrirá, generando conciencia en la gente que vive como autómata, guiada por las masas.

Abraza a los tuyos está navidad y valora lo que haya en tu mesa para compartir, agradece, seguro eres más afortunado que miles de celayenses que están en un hospital, en la cárcel o con un familiar desaparecido, reconozcámonos seres necesitados de alimentar nuestra espiritualidad, hacer un alto y empezar a ser mejores a partir de ya.

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