/ domingo 10 de abril de 2022

Sol Y Sombras

Terrible camada de políticos socialeros los que tenemos que soportar en estos años, sorprendente es, que desde su visión de gobernantes y de representantes populares, se sientan satisfechos por su actuar, a partir de los likes que reciben a través de sus cuentas en diferentes redes sociales.

Tan extrema es la exposición de los políticos actuales, que tenemos que verlos incluso realizando actividades tan intimas como cortarse el cabello o durmiendo a sus hijos recién nacidos, ¿creerán que esto forma parte de su función pública?

Desde mi opinión, rotundamente no, ayer vi al titular de una secretaria de estado promocionando los apoyos que otorga a campesinos a través de tik tok y no puedo creer que alguien base su estrategia de comunicación en esos contenidos.

Lo más preocupante, es que están tan ocupados en atiborrar sus perfiles de publicaciones sin fondo ni forma, que han olvidado la enorme deuda social que tienen con sus gobernados.

El gobernador de Guanajuato, ha comenzado a estilar el fotografiarse a bordo de su camioneta con todos los pasajeros que lo acompañan a una gira, casi siempre azules, afines a él, nunca se le ve preocupado, agobiado por el tema de la inseguridad, fotografiado con las miles de madres buscadoras que suplican por información acerca de sus hijos desaparecidos, siempre los ambientes donde ellos se dejan ver, son placenteros, confortables, sonrientes, como si el estado estuviera viviendo una situación excelente en materia de seguridad y tranquilidad para todos, que envidia la vida de nuestros gobernantes.

Comen bien, viven bien, viajan cómodos, no se afligen por nada, visten bien, se pavonean en sus redes y en sus fiestas de cumpleaños en residencias increíbles, comiendo y bebiendo de lo mejor, incluso en aquellas reuniones que son estrictamente de trabajo, lo hacen en lujosos hoteles, pagando desayunos caros que corren a cargo del erario público, la austeridad puede esperar.

Por eso, hoy en México, nadie tiene la calidad moral para exhibir a otros, todos son iguales, conservadores, liberales u opositores, todos gozan las mieles del sistema, con carros lujosos y choferes que los dejan en la puerta de sus compromisos, con aires acondicionados potentes y sin la preocupación por el precio de la gasolina, no, a ellos se las pagan, por eso es fácil entender, la falta de empatía que tienen con el pueblo, viviendo así, usted cree que les preocupa que van a comer mañana, o que van a vestir, o cómo van a pagar la colegiatura de sus hijos, pues no.

Así son ellos y ellas, presumiendo sus lentes nuevos, o sus paseos por alguna comunidad, creyendo que por subir un video o tomarse una selfie con gente que requiere respuestas y no salir en face, ya les cumplieron.

Lo difícil vendrá el año próximo para Guanajuato, una entidad que ya no podrá endeudarse más y que se habrá gastado para entonces los 2 mil millones de pesos que acaba de contratar con Banamex y HSBC de la deuda contraída para este 2022 y los dos años que le restan a Diego Sinhue que hará, de donde gastará a manos llenas.

Ya comenzaron a tomar decisiones para allegarse de recursos extras, como el quitarle a los municipios la facultad de expedir licencias y permisos de conducir, trámite que hasta el mes de mayo de este año estaba municipalizado, y que al menos a Celaya le representaba 21 millones de pesos en sus ingresos, imagínese lo que significará para nuestras arcas dejar de percibir esta gran cantidad de recursos y quien sabe cómo se modificará el trámite para nosotros los usuarios que ya estábamos tan habituados a renovar nuestra licencia en las oficinas locales.

La situación económica no viene fácil y eso lo sentimos hasta en los gastos de la casa, ir al súper mercado en estos días, resulta carísimo, ir al mercado a hacer las compras de la semana y darnos cuenta que el dinero ya no alcanza para lo mismo de antes y eso lo debería saber quién gobierna y por tanto, reducir los gastos superficiales, esos gastos hormiga que merman cualquier presupuesto, pero no vemos que se aprieten el cinturón, nada menos en Celaya, antes de que la cosa se pusiera peor, los regidores aseguraron su incremento salarial y pase lo que pase, ellos cobraran su dieta integra y jugosa, trabajen o no, den resultados o no.

Es una pena reconocer que nuestra clase política no puede tomar decisiones que favorezcan a las mayorías, cuando no experimentan la forma en que vivimos las mayorías, su situación cómoda, les impide empatizar.

Hacen giras de obras, supervisan y cortan listones al entregar calles en beneficio de la gente, pero si somos realistas a ellos también les impacta positivamente en sus bolsillos, pues los famosos diezmos de la obra se quedan en sus manos.

Siempre he imaginado a los políticos, cortando el listón inaugural de cualquier obra y recibiendo la ovación de los beneficiarios y ellos sólo deben estar pensando en cuánto ganaron con esa obra, sumando en su mente los diezmos calle a calle, puente por puente, cientos de miles de pesos, engrosando sus cuentas bancarias y todavía la gente les aplaude por sus apoyos.

En todos los niveles de gobierno ocurre igual, desde el presidente de la república, hasta los municipios, hasta cuándo entenderemos los ciudadanos, que no les debemos nada, que lo que hacen es con dinero del pueblo, de quienes los pusimos ahí, deberíamos contar con mecanismos sencillos y suficientes para removerlos.

Dejemos de observarlos como personas a las que aspiracionalmente queremos acercarnos o formar parte de sus amistades, no sirve de nada, cuando están en la silla, son arrogantes y displicentes y cuando se les acaba el cargo, recuperan su condición de mortales, ahí es cuando uno puede comprobar si alguna vez fueron auténticos.

A muchos nos ha tocado lidiar desde hace muchos años con ellos, y cuento con los dedos de una mano a los íntegros, y a lo mejor se entiende que es muy de la naturaleza humana esta soberbia.

Terminaría diciendo que cansa ver a los políticos ejercitándose por las mañanas, anunciando que se contagiaron de covid, paseando a su perro en bicicleta y proyectando su feliz vida de pareja, ¡pónganse a trabajar! Y muéstrenos a sus gobernados, gestiones de relevancia que de verdad valga la pena presumir, sus vidas y su función es tan hueca, que lo único que tienen para ofrecer es su vergonzosa vida socialera.

Terrible camada de políticos socialeros los que tenemos que soportar en estos años, sorprendente es, que desde su visión de gobernantes y de representantes populares, se sientan satisfechos por su actuar, a partir de los likes que reciben a través de sus cuentas en diferentes redes sociales.

Tan extrema es la exposición de los políticos actuales, que tenemos que verlos incluso realizando actividades tan intimas como cortarse el cabello o durmiendo a sus hijos recién nacidos, ¿creerán que esto forma parte de su función pública?

Desde mi opinión, rotundamente no, ayer vi al titular de una secretaria de estado promocionando los apoyos que otorga a campesinos a través de tik tok y no puedo creer que alguien base su estrategia de comunicación en esos contenidos.

Lo más preocupante, es que están tan ocupados en atiborrar sus perfiles de publicaciones sin fondo ni forma, que han olvidado la enorme deuda social que tienen con sus gobernados.

El gobernador de Guanajuato, ha comenzado a estilar el fotografiarse a bordo de su camioneta con todos los pasajeros que lo acompañan a una gira, casi siempre azules, afines a él, nunca se le ve preocupado, agobiado por el tema de la inseguridad, fotografiado con las miles de madres buscadoras que suplican por información acerca de sus hijos desaparecidos, siempre los ambientes donde ellos se dejan ver, son placenteros, confortables, sonrientes, como si el estado estuviera viviendo una situación excelente en materia de seguridad y tranquilidad para todos, que envidia la vida de nuestros gobernantes.

Comen bien, viven bien, viajan cómodos, no se afligen por nada, visten bien, se pavonean en sus redes y en sus fiestas de cumpleaños en residencias increíbles, comiendo y bebiendo de lo mejor, incluso en aquellas reuniones que son estrictamente de trabajo, lo hacen en lujosos hoteles, pagando desayunos caros que corren a cargo del erario público, la austeridad puede esperar.

Por eso, hoy en México, nadie tiene la calidad moral para exhibir a otros, todos son iguales, conservadores, liberales u opositores, todos gozan las mieles del sistema, con carros lujosos y choferes que los dejan en la puerta de sus compromisos, con aires acondicionados potentes y sin la preocupación por el precio de la gasolina, no, a ellos se las pagan, por eso es fácil entender, la falta de empatía que tienen con el pueblo, viviendo así, usted cree que les preocupa que van a comer mañana, o que van a vestir, o cómo van a pagar la colegiatura de sus hijos, pues no.

Así son ellos y ellas, presumiendo sus lentes nuevos, o sus paseos por alguna comunidad, creyendo que por subir un video o tomarse una selfie con gente que requiere respuestas y no salir en face, ya les cumplieron.

Lo difícil vendrá el año próximo para Guanajuato, una entidad que ya no podrá endeudarse más y que se habrá gastado para entonces los 2 mil millones de pesos que acaba de contratar con Banamex y HSBC de la deuda contraída para este 2022 y los dos años que le restan a Diego Sinhue que hará, de donde gastará a manos llenas.

Ya comenzaron a tomar decisiones para allegarse de recursos extras, como el quitarle a los municipios la facultad de expedir licencias y permisos de conducir, trámite que hasta el mes de mayo de este año estaba municipalizado, y que al menos a Celaya le representaba 21 millones de pesos en sus ingresos, imagínese lo que significará para nuestras arcas dejar de percibir esta gran cantidad de recursos y quien sabe cómo se modificará el trámite para nosotros los usuarios que ya estábamos tan habituados a renovar nuestra licencia en las oficinas locales.

La situación económica no viene fácil y eso lo sentimos hasta en los gastos de la casa, ir al súper mercado en estos días, resulta carísimo, ir al mercado a hacer las compras de la semana y darnos cuenta que el dinero ya no alcanza para lo mismo de antes y eso lo debería saber quién gobierna y por tanto, reducir los gastos superficiales, esos gastos hormiga que merman cualquier presupuesto, pero no vemos que se aprieten el cinturón, nada menos en Celaya, antes de que la cosa se pusiera peor, los regidores aseguraron su incremento salarial y pase lo que pase, ellos cobraran su dieta integra y jugosa, trabajen o no, den resultados o no.

Es una pena reconocer que nuestra clase política no puede tomar decisiones que favorezcan a las mayorías, cuando no experimentan la forma en que vivimos las mayorías, su situación cómoda, les impide empatizar.

Hacen giras de obras, supervisan y cortan listones al entregar calles en beneficio de la gente, pero si somos realistas a ellos también les impacta positivamente en sus bolsillos, pues los famosos diezmos de la obra se quedan en sus manos.

Siempre he imaginado a los políticos, cortando el listón inaugural de cualquier obra y recibiendo la ovación de los beneficiarios y ellos sólo deben estar pensando en cuánto ganaron con esa obra, sumando en su mente los diezmos calle a calle, puente por puente, cientos de miles de pesos, engrosando sus cuentas bancarias y todavía la gente les aplaude por sus apoyos.

En todos los niveles de gobierno ocurre igual, desde el presidente de la república, hasta los municipios, hasta cuándo entenderemos los ciudadanos, que no les debemos nada, que lo que hacen es con dinero del pueblo, de quienes los pusimos ahí, deberíamos contar con mecanismos sencillos y suficientes para removerlos.

Dejemos de observarlos como personas a las que aspiracionalmente queremos acercarnos o formar parte de sus amistades, no sirve de nada, cuando están en la silla, son arrogantes y displicentes y cuando se les acaba el cargo, recuperan su condición de mortales, ahí es cuando uno puede comprobar si alguna vez fueron auténticos.

A muchos nos ha tocado lidiar desde hace muchos años con ellos, y cuento con los dedos de una mano a los íntegros, y a lo mejor se entiende que es muy de la naturaleza humana esta soberbia.

Terminaría diciendo que cansa ver a los políticos ejercitándose por las mañanas, anunciando que se contagiaron de covid, paseando a su perro en bicicleta y proyectando su feliz vida de pareja, ¡pónganse a trabajar! Y muéstrenos a sus gobernados, gestiones de relevancia que de verdad valga la pena presumir, sus vidas y su función es tan hueca, que lo único que tienen para ofrecer es su vergonzosa vida socialera.

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