/ domingo 24 de abril de 2022

Sol Y Sombras

Este viernes tuve la oportunidad de asistir a un desayuno convocado por la dieciseisava zona militar en Sarabia, un lugar que guardaba para mí un especial interés.

Cuando recibí la invitación, debo reconocer que me generó mucho interés y curiosidad poder acudir, ya que durante muchos años era literalmente imposible conocer o hablar con los mandos militares.

El contexto que rodea al cuartel militar es de por sí complejo, por la zona en la que se ubica y por qué en ese lugar estuvo asentado durante mucho tiempo, buena parte de la operatividad del cártel local más fuerte que ha tenido el estado.

Pero cuando uno entra, después de un filtro inicial, se percibe un ambiente de orden y absoluta disciplina, hombres y mujeres vestidos de color verde que son amables y están intentando por todos los medios cambiar la percepción áspera que teníamos de ellos.

Una soldado de apellido Corona me recibió y me condujo al salón, donde ya había un grupo de colegas a quien por cierto me dio mucho gusto saludar.

El general Rodríguez encabezó el desayuno, un hombre con 35 años en la milicia, originario de Jalisco y quien nos contó que ingresó a la militar desde los 15 años cuando era posible hacerlo al terminar la secundaria.

Viene de Apatzingán, su última encomienda y llega a Guanajuato por la experiencia que ha ganado en tres décadas para administrar el trabajo, ahí le pregunté por qué los cambios de los mandos son tan constantes y me confirmó lo que suponía, mínimo un año y máximo tres, es el criterio para los mandos militares, a fin de evitar que generen nexos o vínculos que pongan en riesgo la imparcialidad de su actuar.

La pregunta obligada era, por qué nos invitaron, ya sabe usted, los reporteros somos desconfiados, suspicaces, a todo le andamos buscando un motivo oculto, jajaja.

La respuesta simple, "queremos agradecerles por su apoyo difundiendo nuestra labor y sobre todo estrechar relaciones con ustedes, tenemos como objetivo acercarnos más a la población y mejorar la percepción que tienen del Ejército".

Después vino una presentación para conocer parte de las acciones que realizan y que poco se difunden, obviamente las labores propias de seguridad, patrullar y acudir a los lugares con mayor incidencia delictiva, decisión que se toma en las mesas de seguridad, donde se coordina la estrategia estatal y municipal.

Además, desempeñan labor social en escuelas, dando mantenimiento a las mismas y a las comunidades, cuando se les provee del material, ellos ponen la mano de obra, para pintar guarniciones y banquetas, cortar el cabello de los estudiantes o habitantes de algún lugar.

Realizan también el canje de armas en zonas rurales, comprando las armas o intercambiándolos por electrodomésticos, a fin de coadyuvar a la despistolización, no realizan ninguna investigación sobre la procedencia de las armas, se destruyen y se funden las partes.

Por supuesto el plan DN3, que muchos creíamos que había desaparecido, no, sigue apoyando en incendios, inundaciones o cualquier desastre natural, eso lo hemos visto todos y definitivamente cumple una de las funciones más humanitarias del Ejército, cientos de ellos rescatando personas y auxiliando a quienes lo necesitan, los temblores han sido testigos fieles de esta labor.

Y el acercamiento social, en este rubro realizan diferentes actividades que poco conocemos, por ejemplo tienen un programa que se denomina soldado honorario, este honor se lo conceden a cualquier menor con alguna discapacidad o enfermedad terminal que haya soñado con ser soldado, lo han ampliado a estudiantes con excelente promedio escolar, le reconocen en sus instalaciones, rindiendo honores a la bandera, vistiéndole de soldado y posteriormente otorgándole el nombramiento como lo harían con cualquiera de ellos, recientemente publicamos el caso de un pequeño de 10 años que perdió su pie.

Además de visitas guiadas de escuelas en sus planteles, conferencias que dan en diversas instituciones educativas para que los jóvenes conozcan más sobre el Ejército Mexicano, conciertos con la banda de guerra que pertenece a la doceava región militar y la cual ha realizado flash mob en varias plazas públicas , también participan en cabalgatas, rodadas en bicicleta o motos y cuentan con la visita dominical, en donde las familias pueden recorrer este cuartel militar, una oportunidad única para conocer y reconocer a hombres y mujeres que viven ahí, alejados de una sociedad, sin gozar de las libertades de cualquier civil y sin embargo, convencidos de que eso es lo que aman.

Qué decir de ellas, siempre con su uniforme y botas, renunciando a cualquier objetivo de resultar atractivas, muy bien peinadas y distinguiéndose del resto, solo por su boca pintada.

Con el mismo amor y vocación por el servicio a su país, por estados y ciudades que casi nunca son los propios y de todas maneras entregan lo que tienen a favor de la patria, me enteré con gusto que las armas como artillería, infantería, caballería y arma blindada, que solo estaban reservados para varones, hoy es posible que las mujeres ocupen esos lugares, así como la policía militar y en algunos años más, con la reforma en ley, podrán ocupar cargos de general, que todavía hoy están solo posibilitados para los hombres.

Hoy en Guanajuato hay 3 mil 500 efectivos del Ejército desplegados en diversas operaciones, más las unidades que llegan en refuerzo de forma permanente con mil 500 elementos más, sumando más de 5 mil elementos resguardando esta zona, claro está que es a causa de los altos niveles de violencia que registra la entidad, pero esto nos ha dado la oportunidad de conocer más de cerca y sentirnos orgullosos de él, aunque muchas veces les juzgamos y hasta denigramos, la verdad mi sentimiento hacia ellos cambió.

Pude ver sus francas sonrisas y darme cuenta que están dispuestos al servicio, son altamente respetuosos y disciplinados, prudentes al hablar, pero siempre dispuestos a esbozar una broma para romper el hielo.

Y qué decir del banquete que nos ofrecieron, una mesa muy bien montada, con personalizadores para cada asistente y con un teniente que nos dio desde el inicio la información completa de lo que podíamos elegir, tres posibles platillos para cada tiempo, sin duda una gran experiencia de verlos de cerca y entender que incluso ellos, han tenido que moldear y hacer más accesible su contacto con los ciudadanos.

Terminaría esta breve reseña recordando que en las próximas semanas seremos testigos del informe del fiscal general del estado, Carlos Zamarripa, quien seguramente hablará de cifras tremendas sobre detenciones en el último año de su ejercicio, miles de puestas a disposición, cientos de sentenciados y miles de necropsias realizados antes los imparables homicidios dolosos registrados en la entidad.

La única pregunta que nadie puede responder es, hasta cuándo, cuánto tiempo más falta para que la paz regrese al estado, nadie lo sabe. Hay otros más crueles que dicen que esto ya no terminará y tal vez tengan razón, lo cierto es que ni los miles de elementos patrullando, ni los miles de detenidos, ni sentenciados, ni muertos, han logrado que sintamos que vamos ganando esta batalla contra la delincuencia y la impunidad.

Este viernes tuve la oportunidad de asistir a un desayuno convocado por la dieciseisava zona militar en Sarabia, un lugar que guardaba para mí un especial interés.

Cuando recibí la invitación, debo reconocer que me generó mucho interés y curiosidad poder acudir, ya que durante muchos años era literalmente imposible conocer o hablar con los mandos militares.

El contexto que rodea al cuartel militar es de por sí complejo, por la zona en la que se ubica y por qué en ese lugar estuvo asentado durante mucho tiempo, buena parte de la operatividad del cártel local más fuerte que ha tenido el estado.

Pero cuando uno entra, después de un filtro inicial, se percibe un ambiente de orden y absoluta disciplina, hombres y mujeres vestidos de color verde que son amables y están intentando por todos los medios cambiar la percepción áspera que teníamos de ellos.

Una soldado de apellido Corona me recibió y me condujo al salón, donde ya había un grupo de colegas a quien por cierto me dio mucho gusto saludar.

El general Rodríguez encabezó el desayuno, un hombre con 35 años en la milicia, originario de Jalisco y quien nos contó que ingresó a la militar desde los 15 años cuando era posible hacerlo al terminar la secundaria.

Viene de Apatzingán, su última encomienda y llega a Guanajuato por la experiencia que ha ganado en tres décadas para administrar el trabajo, ahí le pregunté por qué los cambios de los mandos son tan constantes y me confirmó lo que suponía, mínimo un año y máximo tres, es el criterio para los mandos militares, a fin de evitar que generen nexos o vínculos que pongan en riesgo la imparcialidad de su actuar.

La pregunta obligada era, por qué nos invitaron, ya sabe usted, los reporteros somos desconfiados, suspicaces, a todo le andamos buscando un motivo oculto, jajaja.

La respuesta simple, "queremos agradecerles por su apoyo difundiendo nuestra labor y sobre todo estrechar relaciones con ustedes, tenemos como objetivo acercarnos más a la población y mejorar la percepción que tienen del Ejército".

Después vino una presentación para conocer parte de las acciones que realizan y que poco se difunden, obviamente las labores propias de seguridad, patrullar y acudir a los lugares con mayor incidencia delictiva, decisión que se toma en las mesas de seguridad, donde se coordina la estrategia estatal y municipal.

Además, desempeñan labor social en escuelas, dando mantenimiento a las mismas y a las comunidades, cuando se les provee del material, ellos ponen la mano de obra, para pintar guarniciones y banquetas, cortar el cabello de los estudiantes o habitantes de algún lugar.

Realizan también el canje de armas en zonas rurales, comprando las armas o intercambiándolos por electrodomésticos, a fin de coadyuvar a la despistolización, no realizan ninguna investigación sobre la procedencia de las armas, se destruyen y se funden las partes.

Por supuesto el plan DN3, que muchos creíamos que había desaparecido, no, sigue apoyando en incendios, inundaciones o cualquier desastre natural, eso lo hemos visto todos y definitivamente cumple una de las funciones más humanitarias del Ejército, cientos de ellos rescatando personas y auxiliando a quienes lo necesitan, los temblores han sido testigos fieles de esta labor.

Y el acercamiento social, en este rubro realizan diferentes actividades que poco conocemos, por ejemplo tienen un programa que se denomina soldado honorario, este honor se lo conceden a cualquier menor con alguna discapacidad o enfermedad terminal que haya soñado con ser soldado, lo han ampliado a estudiantes con excelente promedio escolar, le reconocen en sus instalaciones, rindiendo honores a la bandera, vistiéndole de soldado y posteriormente otorgándole el nombramiento como lo harían con cualquiera de ellos, recientemente publicamos el caso de un pequeño de 10 años que perdió su pie.

Además de visitas guiadas de escuelas en sus planteles, conferencias que dan en diversas instituciones educativas para que los jóvenes conozcan más sobre el Ejército Mexicano, conciertos con la banda de guerra que pertenece a la doceava región militar y la cual ha realizado flash mob en varias plazas públicas , también participan en cabalgatas, rodadas en bicicleta o motos y cuentan con la visita dominical, en donde las familias pueden recorrer este cuartel militar, una oportunidad única para conocer y reconocer a hombres y mujeres que viven ahí, alejados de una sociedad, sin gozar de las libertades de cualquier civil y sin embargo, convencidos de que eso es lo que aman.

Qué decir de ellas, siempre con su uniforme y botas, renunciando a cualquier objetivo de resultar atractivas, muy bien peinadas y distinguiéndose del resto, solo por su boca pintada.

Con el mismo amor y vocación por el servicio a su país, por estados y ciudades que casi nunca son los propios y de todas maneras entregan lo que tienen a favor de la patria, me enteré con gusto que las armas como artillería, infantería, caballería y arma blindada, que solo estaban reservados para varones, hoy es posible que las mujeres ocupen esos lugares, así como la policía militar y en algunos años más, con la reforma en ley, podrán ocupar cargos de general, que todavía hoy están solo posibilitados para los hombres.

Hoy en Guanajuato hay 3 mil 500 efectivos del Ejército desplegados en diversas operaciones, más las unidades que llegan en refuerzo de forma permanente con mil 500 elementos más, sumando más de 5 mil elementos resguardando esta zona, claro está que es a causa de los altos niveles de violencia que registra la entidad, pero esto nos ha dado la oportunidad de conocer más de cerca y sentirnos orgullosos de él, aunque muchas veces les juzgamos y hasta denigramos, la verdad mi sentimiento hacia ellos cambió.

Pude ver sus francas sonrisas y darme cuenta que están dispuestos al servicio, son altamente respetuosos y disciplinados, prudentes al hablar, pero siempre dispuestos a esbozar una broma para romper el hielo.

Y qué decir del banquete que nos ofrecieron, una mesa muy bien montada, con personalizadores para cada asistente y con un teniente que nos dio desde el inicio la información completa de lo que podíamos elegir, tres posibles platillos para cada tiempo, sin duda una gran experiencia de verlos de cerca y entender que incluso ellos, han tenido que moldear y hacer más accesible su contacto con los ciudadanos.

Terminaría esta breve reseña recordando que en las próximas semanas seremos testigos del informe del fiscal general del estado, Carlos Zamarripa, quien seguramente hablará de cifras tremendas sobre detenciones en el último año de su ejercicio, miles de puestas a disposición, cientos de sentenciados y miles de necropsias realizados antes los imparables homicidios dolosos registrados en la entidad.

La única pregunta que nadie puede responder es, hasta cuándo, cuánto tiempo más falta para que la paz regrese al estado, nadie lo sabe. Hay otros más crueles que dicen que esto ya no terminará y tal vez tengan razón, lo cierto es que ni los miles de elementos patrullando, ni los miles de detenidos, ni sentenciados, ni muertos, han logrado que sintamos que vamos ganando esta batalla contra la delincuencia y la impunidad.

ÚLTIMASCOLUMNAS
domingo 11 de diciembre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 04 de diciembre de 2022

Sol y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 13 de noviembre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 06 de noviembre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 30 de octubre de 2022

Sol y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 16 de octubre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 09 de octubre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 02 de octubre de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 28 de agosto de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

domingo 21 de agosto de 2022

Sol Y Sombras

Lynnett Rubio

Cargar Más