Esta semana fue difícil en materia de seguridad para nuestro municipio, los anuncios diarios de cierre de negocios por causa de la inseguridad, que se traduce en micro y pequeños comercios que no están dispuestos a seguir abiertos y trabajar para pagar el cobro de piso que hoy exigen los grupos criminales y cualquiera que aprovechando el caos se hace pasar por uno de ellos.
Después vinieron las desafortunadas declaraciones del alcalde Javier Mendoza, quien aducía que la razón de los cierres de negocios obedecía a un cambio en su giro original o a que no les iba tan bien como esperaban, declaración altamente insensible que deja claro que no se vive la realidad que sentimos miles de celayenses todos los días, pues aún gobernando esta ciudad, habría que guardar un poco de empatía y sensibilidad por lo que vemos y leemos a diario, no aceptarlo, no significa de ninguna manera que no ocurre.
En fin, entonces si no era por motivo de extorsiones, no entendemos por qué el viernes, la Secretaría de Seguridad Ciudadana envía un comunicado de prensa con número 238 a todos los medios de comunicación, señalando que se implementó una estrategia coordinada con la Guardia Nacional y la Sedena, “a fin de que ninguna persona tenga que pagar a un delincuente por trabajar”, dice textual y en el segundo párrafo continúa “se trata de un plan específico para que comerciantes y negocios puedan sentirse seguros de abrir las puertas a sus clientes, para que los dueños de los negocios no cierren por temor y que los delincuentes se dejen de meter con la ciudadanía, en el municipio de Celaya, decimos NO A LA EXTORSIÓN”.
Entonces, ya no entendí, sí hay extorsión y cobro de piso o cierran por cambio de giro, resulta que la propia autoridad en materia de seguridad ciudadana, desmiente al alcalde, quien ha agotado su discurso en materia de seguridad y ahora recurre a las ocurrencias.
Claro que esto está ocurriendo en Celaya hace mucho tiempo, hoy agravado en mercados, plazas, locales comerciales y prácticamente todos los sectores que generen dinero, parece ser que ningún sector comercial se salva de esa situación, taqueros, carniceros, vendedores ambulantes y grandes tiendas de comercio local.
En nuestra edición de este domingo, le presentamos la historia de Juan Carlos, un taquero celayense que tenía un negocio exitoso y producto de la extorsión y temeroso por su seguridad, emprendió su migración hacia la unión americana, a fin de encontrar un medio para sostener a su familia, salió el 5 de junio y murió intentando cruzar el desierto, el 9 de junio el consulado de Eagle Pass, Texas le confirmó a su familia que su cuerpo sin vida se encontraba en Carrizo Springs.
Este caso se suma a los 8 guanajuatenses que perdieron la vida asfixiados en la caja de un tráiler en San Antonio, Texas, la historia es estremecedora, solo de imaginar la desesperación que vivieron todas esas personas, soportando altísimas temperaturas y muriendo de desesperación, no se entiende por qué ya estando en territorio norteamericano no pudieron conseguir su cometido, las primeras investigaciones marcan que el chofer presuntamente bajó a consumir algún estupefaciente y mientras duró el efecto, olvidó que transportaba a estas personas, para cuando regresó al lugar varias patrullas ya habían hecho el terrible hallazgo.
Pero entonces, hay una verdad que parece una contradicción, cómo es posible que Celaya siga siendo atractiva para millonarias inversiones que todas las semanas se anuncian, ampliaciones de negocios, apertura de cadenas comerciales, la llegada de proveeduría aeroespacial y de más, parece ser que a los grandes inversionistas no les impacta la idea de instalarse en una de las ciudades más inseguras del país, lo único atractivo es una mano de obra barata y en muchos casos especializada, una excelente ubicación geográfica y una buena opción de hacer dinero, pero obviamente los dueños de esas grandes industrias seguramente no viven en la ciudad y por tanto los efectos de la inseguridad no les interesan.
Entonces, a los únicos que está lastimando esta oleada de violencia es a los empresarios locales, a usted y a mí, a quienes hacemos vida comprando en esos negocios que le han dado identidad a una ciudad tan bonita como lo era Celaya y que hoy, está sosteniéndose por la resiliencia de miles de familias que se resisten a abandonar lo que han hecho por años.
Otra situación muy dolorosa de la que nos enteramos esta semana, fue de la participación de nuestros niños y jóvenes, en bandas criminales, según datos de la Secretaría de Seguridad el 60% de los delitos cometidos en la ciudad, son perpetrados por jóvenes entre los 14 y los 29 años de edad y de estos el 40% tienen menos de 18 años.
Entonces, este valle de la mentefactura, estas inversiones millonarias y toda la infraestructura educativa pública y de buena calidad que tiene el municipio, no está sirviendo para cautivar a estos jóvenes, que han preferido el camino riesgoso de la delincuencia, dónde falló la estrategia de incorporarlos a una vida de esfuerzo y honestidad, en dónde nos perdimos.
Vi el video en la cama de un hospital del menor de edad que fue atacado por elementos de Seguridad Pública en la colonia Lagos y a quien disparan por la espalda cuando intentaba huir, lo vi en esa cama de hospital con el brazo destrozado y seguramente muy arrepentido de haber intentado escapar, sin imaginar que recibiría un disparo que le cambiará la vida para siempre.
Su madre, salió a los medios a denunciar que no había sido atendido, tal vez no como ella desearía, pero la situación de este joven es más grave de lo que se piensa, según datos otorgados por los doctores que lo atienden, la cirugía de reconstrucción de su brazo va a tardar, un angiólogo tac interpretó los rayos X donde es claro que su brazo está destrozado, lamentablemente es un paciente tóxico dependiente y se encuentra muy alterado por la necesidad de sustancias, su brazo corre peligro por la dura lesión que la bala le ocasionó, así que ahora hay que planear una cirugía para reconstruir con tejido óseo y material de osteosíntesis de fibra de carbono y platino todos los huesos interiores que sostendrán la extremidad, estos materiales tardan aproximadamente 10 días en llegar al estado, por lo que la cirugía debe ser planeada y no de emergencia, para intentar salvar su brazo.
¿En qué situación se encontrará ahora este joven?, ¿qué pasará por su mente?, ¿qué debemos de hacer para que no vuelva a pasar esto a nuestros jóvenes de Celaya?, ¿de quién es la culpa?, de él por haber querido eludir a la autoridad o del policía por disparar por la espalda y lastimar así a un joven, si la policía ataca, malo, si es pusilánime, malo, no hay recetas ni prácticas definitivas, lo único real, es que esta situación nos ha rebasado a todos, autoridad y ciudadanos, no encontramos el camino de salida para tanto caos, ni respuestas a todas estas preguntas.
