/ viernes 4 de octubre de 2019

Territorio de todos

Hace unos días escuché en algún noticiero de alcance nacional la idea de descentralizar las ciudades, de ocupar territorio para dar un respiro a las grandes metrópolis, ¡que irresponsabilidad! mínimo el opinar sin dar un sustento que abra al debate sobre las mejores soluciones a las ciudades y también a los entornos rurales.

Es por eso que en esta ocasión hago de su conocimiento una herramienta básica para poder resumir el estudio de los últimos 20 años. La nueva agenda urbana o Hábitat III es un documento que se realizó por la Organización de las Naciones Unidas en el marco de la conferencia sobre la Vivienda y el Desarrollo Sostenible, un evento que se realiza solamente cada dos décadas y la más reciente fue en Quito Ecuador, delineando las mejores prácticas para el desarrollo urbano y su planificación, hasta que exista un nuevo documento.

Si bien no es imperativo leer todo el documento como ciudadano responsable, si es imperante que conozcamos los retos y sus propuestas, siendo parte de una sociedad urbana o no.

Para el año 2050 la población se duplicará en nuestro mundo, sin embargo la infraestructura urbana y la vivienda no pareciera que crezca al mismo ritmo.

En el 2011 el CEPAL cuantificó para América Latina y el Caribe un déficit de casi 23 millones de hogares urbanos. Y es que por muchos años se entendía al desarrollo urbano como un paleativo, que dotaba de un entorno en materia de infraestructura y construía viviendas para los más necesitados. Hoy esa idea es obsoleta. La Nueva Agenda Urbana, propone que el desarrollo urbano se convierta en el motor del desarrollo económico, social y humano, que resguarde el ambiente y genera bienestar, justicia y equidad. Entendiendo que el problema y la solución son las personas y no necesariamente el medio dónde están.

Este documento hace hincapié en dar atención a necesidades y servicios que sustenten la calidad de vida; dar conocimiento, capacitación, emprendimiento y desarrollo productivo; desarrollar redes y capacidades asociativas; fortalecimiento de instituciones, dotar de vivienda e infraestructura siempre cuidando el ambiente y reduciendo los desastres naturales.

Es por eso que no debemos tomarnos tan a la ligera un comentario, más cuando se tiene una audiencia nacional, el desarrollo urbano y la planificación no depende nada más de los gobiernos, urbanistas y arquitectos, los retos deparan que es tarea de todos y cada uno de nosotros de poner nuestro granito de arena para poder mejorar nuestra calidad de vida y la de los que vienen. Tomemos cartas en este asunto y hagamos el territorio de todos.

Hace unos días escuché en algún noticiero de alcance nacional la idea de descentralizar las ciudades, de ocupar territorio para dar un respiro a las grandes metrópolis, ¡que irresponsabilidad! mínimo el opinar sin dar un sustento que abra al debate sobre las mejores soluciones a las ciudades y también a los entornos rurales.

Es por eso que en esta ocasión hago de su conocimiento una herramienta básica para poder resumir el estudio de los últimos 20 años. La nueva agenda urbana o Hábitat III es un documento que se realizó por la Organización de las Naciones Unidas en el marco de la conferencia sobre la Vivienda y el Desarrollo Sostenible, un evento que se realiza solamente cada dos décadas y la más reciente fue en Quito Ecuador, delineando las mejores prácticas para el desarrollo urbano y su planificación, hasta que exista un nuevo documento.

Si bien no es imperativo leer todo el documento como ciudadano responsable, si es imperante que conozcamos los retos y sus propuestas, siendo parte de una sociedad urbana o no.

Para el año 2050 la población se duplicará en nuestro mundo, sin embargo la infraestructura urbana y la vivienda no pareciera que crezca al mismo ritmo.

En el 2011 el CEPAL cuantificó para América Latina y el Caribe un déficit de casi 23 millones de hogares urbanos. Y es que por muchos años se entendía al desarrollo urbano como un paleativo, que dotaba de un entorno en materia de infraestructura y construía viviendas para los más necesitados. Hoy esa idea es obsoleta. La Nueva Agenda Urbana, propone que el desarrollo urbano se convierta en el motor del desarrollo económico, social y humano, que resguarde el ambiente y genera bienestar, justicia y equidad. Entendiendo que el problema y la solución son las personas y no necesariamente el medio dónde están.

Este documento hace hincapié en dar atención a necesidades y servicios que sustenten la calidad de vida; dar conocimiento, capacitación, emprendimiento y desarrollo productivo; desarrollar redes y capacidades asociativas; fortalecimiento de instituciones, dotar de vivienda e infraestructura siempre cuidando el ambiente y reduciendo los desastres naturales.

Es por eso que no debemos tomarnos tan a la ligera un comentario, más cuando se tiene una audiencia nacional, el desarrollo urbano y la planificación no depende nada más de los gobiernos, urbanistas y arquitectos, los retos deparan que es tarea de todos y cada uno de nosotros de poner nuestro granito de arena para poder mejorar nuestra calidad de vida y la de los que vienen. Tomemos cartas en este asunto y hagamos el territorio de todos.