/ miércoles 15 de junio de 2022

Tiempo de Obras, Tiempo de Lluvias

El maratón comienza, aunque a mediados de año ya, justo a la mitad de este 2022, apenas se comienza a ver el inicio del horizonte de la obra pública y es que no son casos aislados donde las acciones de obra para los municipios aún no se inician y en algunos casos aún no tienen ni proyecciones futuras, esto gracias a dos factores, el primero que aunque ya conocido, este año se agravó y fue la tardanza en que las negociaciones para multiplicar el recurso se llevara a cabo, de la mano del recorte de los fondos federales a nuestro estado aunado al ya endeudado presupuesto, porque desde hace cuatro años, Guanajuato no parece estar en el pensamiento del presidente.

Bien lo dice el gobernador, mucho amor, sin dinero, no es amor, nuestro cabecita de algodón ha posicionado los elefantes blancos como el aeropuerto, la refinería y el tren maya, a cambio de continuar con la obra constante para estados que no comulgan con la ideología de la 4t. A pesar de la generación de impuestos que estos estados generan, el presupuesto no es repartido de manera justa o por lo menos equitativa. Hoy mudarse a Tabasco o a la península del sureste es una atracción para los constructores del bajío, que aunque en la iniciativa privada sigue pujante, la obra pública no pareciera tener el mismo trato.

46 municipios son los que el propio gobernador y su equipo escucharon hace ya algunos meses y que por medio de una estrategia de un solo canal, por medio de la jefatura de gabinete, esto para eficientizar los recursos, que antes los secretarios de estado podían otorgar a los municipios de forma general, hoy todos los proyectos y solicitudes de inversión se analizan y debaten en la misma mesa, considerando todos los rubros y las acciones de cada municipio, si bien los programas de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano son los más fondeados de presupuesto, en los programas de infraestructura básica, el esfuerzo de estirar la liga del dinero ha tenido que ceder espacio a la deuda del estado con la federación.

Hoy la gran mayoría de las calles y proyectos de gran envergadura, en concordancia con el tamaño del municipio, son gestionados por medio de una deuda, que en perspectiva pudiera ser la última opción, sin embargo, la triste realidad es que en efecto es la última opción. Los municipios siguen en el vaivén de las solicitudes de poder pellizcar un poco más, pero el trabajo previo, sale a relucir, con municipios que sólo tendrán oportunidad de hacer en este año 1 sola calle, considerando que, a Celaya, sólo le han tocado 10 de estas. Cualquier municipio pequeño que tenga 3 vialidades puede considerarse agraciado por haber hecho bien su trabajo.

Los resultados a pesar, de la logística burocracia para la obtención de los recursos, requerirán de todas las estrategias posibles para hacer rendir los presupuestos en obras de calidad para la población, con un toque especial, este año con una mayor relevancia, que la ejecución de las obras, será en pleno tiempo de lluvias.

El maratón comienza, aunque a mediados de año ya, justo a la mitad de este 2022, apenas se comienza a ver el inicio del horizonte de la obra pública y es que no son casos aislados donde las acciones de obra para los municipios aún no se inician y en algunos casos aún no tienen ni proyecciones futuras, esto gracias a dos factores, el primero que aunque ya conocido, este año se agravó y fue la tardanza en que las negociaciones para multiplicar el recurso se llevara a cabo, de la mano del recorte de los fondos federales a nuestro estado aunado al ya endeudado presupuesto, porque desde hace cuatro años, Guanajuato no parece estar en el pensamiento del presidente.

Bien lo dice el gobernador, mucho amor, sin dinero, no es amor, nuestro cabecita de algodón ha posicionado los elefantes blancos como el aeropuerto, la refinería y el tren maya, a cambio de continuar con la obra constante para estados que no comulgan con la ideología de la 4t. A pesar de la generación de impuestos que estos estados generan, el presupuesto no es repartido de manera justa o por lo menos equitativa. Hoy mudarse a Tabasco o a la península del sureste es una atracción para los constructores del bajío, que aunque en la iniciativa privada sigue pujante, la obra pública no pareciera tener el mismo trato.

46 municipios son los que el propio gobernador y su equipo escucharon hace ya algunos meses y que por medio de una estrategia de un solo canal, por medio de la jefatura de gabinete, esto para eficientizar los recursos, que antes los secretarios de estado podían otorgar a los municipios de forma general, hoy todos los proyectos y solicitudes de inversión se analizan y debaten en la misma mesa, considerando todos los rubros y las acciones de cada municipio, si bien los programas de la Secretaría de Desarrollo Social y Humano son los más fondeados de presupuesto, en los programas de infraestructura básica, el esfuerzo de estirar la liga del dinero ha tenido que ceder espacio a la deuda del estado con la federación.

Hoy la gran mayoría de las calles y proyectos de gran envergadura, en concordancia con el tamaño del municipio, son gestionados por medio de una deuda, que en perspectiva pudiera ser la última opción, sin embargo, la triste realidad es que en efecto es la última opción. Los municipios siguen en el vaivén de las solicitudes de poder pellizcar un poco más, pero el trabajo previo, sale a relucir, con municipios que sólo tendrán oportunidad de hacer en este año 1 sola calle, considerando que, a Celaya, sólo le han tocado 10 de estas. Cualquier municipio pequeño que tenga 3 vialidades puede considerarse agraciado por haber hecho bien su trabajo.

Los resultados a pesar, de la logística burocracia para la obtención de los recursos, requerirán de todas las estrategias posibles para hacer rendir los presupuestos en obras de calidad para la población, con un toque especial, este año con una mayor relevancia, que la ejecución de las obras, será en pleno tiempo de lluvias.