/ jueves 7 de febrero de 2019

Una mirada a tus ojos

La retina y la diabetes

La retina es una parte del ojo muy susceptible de verse afectada cuando la persona padece de diabetes. Cuando esto sucede estamos frente a la alteración que se conoce como retinopatía diabética.

Como consecuencia de la presencia de azúcar en la sangre, los vasos sanguíneos de la retina se ven dañados hasta llegar a una disminución importante en la capacidad de visión de la persona, afectación que si no se atiende a tiempo puede provocar la ceguera.

El acelerado crecimiento en el mundo de personas que padecen diabetes se refleja en el aumento también de casos de retinopatía diabética. Esta reflexión es muy importante ya que el éxito del tratamiento elaborado por el oftalmólogo para atacar esta enfermedad implica rigurosa observancia en el cuidado del control de azúcar por parte del paciente, ya que de no ser así los resultados del tratamiento del oftalmólogo se verán afectados.

Los síntomas de la enfermedad son: visión borrosa de los objetos, la no percepción clara de los colores, impresión de ver manchas o sombras en la visión y problemas para ver de noche.

Existen dos tipos de retinopatía diabética: la no proliferativa y la proliferativa.

En el primer tipo los vasos sanguíneos del ojo se engrosan derramando fluidos como también se manifiestan depósitos adiposos que pueden obstruir dichos vasos. Todo esto afecta la visión y el funcionamiento correcto de la mácula. Como consecuencia, la visión se va perdiendo progresivamente.

En el segundo tipo debido a la problemática que representa la obstrucción de los capilares y la falta de irrigación de la retina, surgen nuevos vasos sanguíneos que no trabajan debidamente lo que produce hemorragias graves, la inflamación de la mácula, el desprendimiento de la retina y finalmente la pérdida total de la visión.

La retinopatía diabética se trata con dos procedimientos cuyo uso queda a juicio del oftalmólogo: 1) con la aplicación del rayo laser, la que no es recomendable para todos los casos 2) operación quirúrgica llamada vitrectomía si hay sangrado o bandas

En el primer caso, SI es recomendable cuando se pretende cerrar filtraciones de vasos anormales, regularmente frágiles, pero NO se sugiere cuando el humor vítreo se llena de sangre o cuando hay desprendimiento de retina ya que primero habrá que hacer la vitrectomía

En el segundo caso, con la intervención quirúrgica que consiste en extraer el humor vítreo afectado por las hemorragias que será reemplazado por un líquido transparente, el paciente recuperará la salud de su retina y posteriormente, si es necesario, la aplicación de laser.

En el caso de desprendimiento de retina, la atención de la persona debe ser de inmediato. Una cirugía efectuada oportunamente, genera buenas expectativas en su resultado evitando en la mayoría de los casos, la ceguera.

En los exámenes periódicos que se recomiendan se hagan cuando menos una vez al año, puede detectarse el riesgo. La retinopatía es enfermedad grave, no hay que dejarla actuar.

Una recomendación: consulte a su oftalmólogo cuando menos una vez al año. No se automedique: cada paciente tiene requerimientos particulares.

Dios mediante hasta el próximo lunes…..mi correo: rich_ir @ hot mail.com

La retina y la diabetes

La retina es una parte del ojo muy susceptible de verse afectada cuando la persona padece de diabetes. Cuando esto sucede estamos frente a la alteración que se conoce como retinopatía diabética.

Como consecuencia de la presencia de azúcar en la sangre, los vasos sanguíneos de la retina se ven dañados hasta llegar a una disminución importante en la capacidad de visión de la persona, afectación que si no se atiende a tiempo puede provocar la ceguera.

El acelerado crecimiento en el mundo de personas que padecen diabetes se refleja en el aumento también de casos de retinopatía diabética. Esta reflexión es muy importante ya que el éxito del tratamiento elaborado por el oftalmólogo para atacar esta enfermedad implica rigurosa observancia en el cuidado del control de azúcar por parte del paciente, ya que de no ser así los resultados del tratamiento del oftalmólogo se verán afectados.

Los síntomas de la enfermedad son: visión borrosa de los objetos, la no percepción clara de los colores, impresión de ver manchas o sombras en la visión y problemas para ver de noche.

Existen dos tipos de retinopatía diabética: la no proliferativa y la proliferativa.

En el primer tipo los vasos sanguíneos del ojo se engrosan derramando fluidos como también se manifiestan depósitos adiposos que pueden obstruir dichos vasos. Todo esto afecta la visión y el funcionamiento correcto de la mácula. Como consecuencia, la visión se va perdiendo progresivamente.

En el segundo tipo debido a la problemática que representa la obstrucción de los capilares y la falta de irrigación de la retina, surgen nuevos vasos sanguíneos que no trabajan debidamente lo que produce hemorragias graves, la inflamación de la mácula, el desprendimiento de la retina y finalmente la pérdida total de la visión.

La retinopatía diabética se trata con dos procedimientos cuyo uso queda a juicio del oftalmólogo: 1) con la aplicación del rayo laser, la que no es recomendable para todos los casos 2) operación quirúrgica llamada vitrectomía si hay sangrado o bandas

En el primer caso, SI es recomendable cuando se pretende cerrar filtraciones de vasos anormales, regularmente frágiles, pero NO se sugiere cuando el humor vítreo se llena de sangre o cuando hay desprendimiento de retina ya que primero habrá que hacer la vitrectomía

En el segundo caso, con la intervención quirúrgica que consiste en extraer el humor vítreo afectado por las hemorragias que será reemplazado por un líquido transparente, el paciente recuperará la salud de su retina y posteriormente, si es necesario, la aplicación de laser.

En el caso de desprendimiento de retina, la atención de la persona debe ser de inmediato. Una cirugía efectuada oportunamente, genera buenas expectativas en su resultado evitando en la mayoría de los casos, la ceguera.

En los exámenes periódicos que se recomiendan se hagan cuando menos una vez al año, puede detectarse el riesgo. La retinopatía es enfermedad grave, no hay que dejarla actuar.

Una recomendación: consulte a su oftalmólogo cuando menos una vez al año. No se automedique: cada paciente tiene requerimientos particulares.

Dios mediante hasta el próximo lunes…..mi correo: rich_ir @ hot mail.com