Envejecimiento del Ojo
El ojo, como parte del cuerpo humano, envejece al ritmo de éste.
El envejecimiento de las personas ha tenido un avance favorable, esto es, las personas tardan más en envejecer y en perder facultades debido a las nuevas tecnologías en el campo médico que han logrado retrasar las consecuencias negativas del paso de los años sobre el cuerpo humano.
Actualmente se viven más años, la población adulta que se conoce como de la tercera edad es cada día mayor, los gobiernos han implementado programas de protección que incluyen acciones preventivas que van desde evitar las enfermedades hasta cuidar de los enfermos en clínicas y hospitales.
Uno de los objetivos que se buscan con estos programas se ha logrado ya que existe más conciencia del envejecimiento personal lo que genera una mayor aceptación de nuestro entorno, sin llegar al enfado. Sin embargo, este triunfo no quiere decir que dejemos de buscar la mejor forma de vida y por razones obvias, el cuidado de la vista se hace cada vez más necesario.
La tecnología y recursos con que cuenta actualmente el campo oftálmico nos permiten elaborar programas de prevención mucho antes de que la enfermedad se haga presente en la persona, empezando por los exámenes periódicos de la vista que nos permiten descubrir los indicios de una amenaza al órgano visual.
Si en las revisiones se vislumbra algún peligro, se pueden elaborar tratamientos oportunos que eliminen o retarden el desarrollo del daño, con resultados normalmente alentadores.
Si lamentablemente se llegara a descubrir la presencia definitiva de una alteración, si el descubrimiento es oportuno, se puede definir un tratamiento que nos permita llevar un envejecimiento más tranquilo y mejor asistido. Por ello, son tan importantes las visitas periódicas al oftalmólogo.
Normalmente el envejecimiento del ojo se manifiesta en forma progresiva. Se anuncia cuando la persona pierde la nitidez de su visión, las cosas las ve borrosas, la persona no alcanza a distinguir claramente las imágenes a distancias prudentes, su lectura se hace cada vez más difícil, se le pierden signos y letras.
Si el diagnóstico es oportuno, el daño tal vez pueda resolverse mediante el uso de lentes graduados según los requerimientos propios.
Es importante en esta solución, considerar que los lentes se han graduado y sólo le sirven a la persona cuya visión se trata de componer, por lo que existe la restricción plena de “prestar sus lentes” a otra persona ya que se corre el riesgo, si este uso es constante, de que quien los use indebidamente termine enfermo de su vista por el forzamiento de adaptación a una visión que no es la suya.
Igualmente es importante tomar en cuenta que el envejecimiento del ojo no se detiene, por lo que los lentes graduados un día dejen de servir con el tiempo, se hagan obsoletos por la necesidad de otra graduación, por lo que se reitera la conveniencia de realizarse estudios periódicos y adecuar la graduación de sus lentes a sus actuales necesidades.
Los daños normales que se generan por el paso del tiempo: la catarata y la degeneración macular.
Una recomendación: consulte a su oftalmólogo cuando menos una vez al año. No se automedique: cada paciente tiene requerimientos particulares.
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