/ domingo 26 de junio de 2022

Una Reflexión Sobre El Derecho Al Secreto Bancario

¿Has escuchado la historia de la rana y el agua hirviendo?

Una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo en la olla. Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. Una rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba feliz en esa “piscina” improvisada. Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que, al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Sin embargo, poco a poco, el agua subió de temperatura. Tanto, que llegó a estar tan caliente, que la rana murió de calor. Ella, sin embargo, no se había dado cuenta, ya que el calor aumentaba de forma gradual y se iba acostumbrando a él.

Es lamentable que muchos jóvenes y adultos hoy en día, no consideren la enseñanza de esta historia que se enseña a los niños, sobre la importancia de tener un pensamiento crítico.

Esto lo digo, por la reciente decisión de la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación), donde 11 jueces, no electos por el pueblo, han establecido jurisprudencia para que se anule el secreto bancario.

Esto ha generado comentarios y reacciones encontradas. Unos, al igual que la rana, no se dan cuenta, o no quieren reconocer, el peligro del aumento de la temperatura del agua, porque se han acostumbrado a un gobierno con poderes ilimitados. Y otros, que sí reconocen el aumento de la temperatura del agua que representa esta jurisprudencia en la pérdida de otra libertad básica, que es el derecho a que nuestra información financiera sea confidencial, pues se supone que es una garantía elemental en cualquier país, excepto en los que ya han pasado a ser totalitarios.

La decisión de la SCJN, permitirá que el SAT, o cualquier autoridad intrusa, sin tener que solicitar una orden judicial al juez, pueda acceder a tu cuenta bancaria, e incluso pueda congelarla, sin siquiera haber sospecha de un delito.

Esta acción malvada, permitirá que el gobierno pueda hacer con las propiedades de los ciudadanos lo que le dé la gana, e incluso, disponer de las propiedades ajenas a su antojo, sin siquiera avisarte.

Esto se parece más y más a aquella novela de George Orwell llamada “1984”, que hablaba de un “gran hermano” que era el gran gobierno, que tenía derecho de verte en todo momento, tenía cámaras en tu baño, tenía cámaras en tu recámara, incluso, deseaba conocer todo lo que pensabas, con el fin de controlarte.

Este terrorífico “gran hermano”, descrito en esa novela, ahora parece más una realidad. La eliminación del derecho al secreto bancario, podría ser usado fácilmente para aplicárselo a los opositores políticos, a los empresarios que no le caigan bien al gobierno, a los periodistas molestos, e incluso, al ciudadano común que pueda afectar los intereses del gobierno en el poder.

Perder el derecho al secreto bancario, sin duda, desalentará aún más la inversión en el país, que junto a la reforma fiscal promovida por la “cuarta transformación”, que equipara los delitos de defraudación fiscal a los del crimen organizado, traerá gran daño al país, al disminuir los empleos y aumentar la pobreza.

No te equivoques, al creer que el libre acceso del SAT, o la UIF, o de cualquier autoridad, a tus cuentas bancarias, son medidas contra el crimen organizado, o contra el lavado de dinero, o contra el terrorismo, o contra las empresas fantasmas, o son para aumentar los ingresos gubernamentales para dar a los pobres y traer mejoras públicas. En el pasado, ya se han hecho estas mismas cosas, y lo único que han ocasionado es un mayor control del gobierno sobre los ciudadanos, desalentar la productividad, hacer más pobres y crear más descontento social.

Recuperar nuestro derecho al secreto bancario, no será un camino fácil, requerirá una serie de acciones, pero sobre todo de una educación y comprensión de la importancia de no entregar este derecho, así como de otros que deben ir de la mano para poder gozar de un auténtico país libre y soberano.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

____________________________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

¿Has escuchado la historia de la rana y el agua hirviendo?

Una rana saltó un día a una olla de agua hirviendo. Inmediatamente, saltó para salir y escapar de ella. Su instinto fue salvarse y no aguantó ni un segundo en la olla. Otro día, esa misma olla estaba llena de agua fría. Una rana saltó dentro y nadó tranquila por el agua de la olla. Estaba feliz en esa “piscina” improvisada. Lo que la rana no sabía, es que el agua se iba calentando poco a poco. Así que, al poco tiempo, el agua fría se transformó en agua templada. Pero la rana se fue acostumbrando, allí seguía, nadando plácidamente en ella. Sin embargo, poco a poco, el agua subió de temperatura. Tanto, que llegó a estar tan caliente, que la rana murió de calor. Ella, sin embargo, no se había dado cuenta, ya que el calor aumentaba de forma gradual y se iba acostumbrando a él.

Es lamentable que muchos jóvenes y adultos hoy en día, no consideren la enseñanza de esta historia que se enseña a los niños, sobre la importancia de tener un pensamiento crítico.

Esto lo digo, por la reciente decisión de la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación), donde 11 jueces, no electos por el pueblo, han establecido jurisprudencia para que se anule el secreto bancario.

Esto ha generado comentarios y reacciones encontradas. Unos, al igual que la rana, no se dan cuenta, o no quieren reconocer, el peligro del aumento de la temperatura del agua, porque se han acostumbrado a un gobierno con poderes ilimitados. Y otros, que sí reconocen el aumento de la temperatura del agua que representa esta jurisprudencia en la pérdida de otra libertad básica, que es el derecho a que nuestra información financiera sea confidencial, pues se supone que es una garantía elemental en cualquier país, excepto en los que ya han pasado a ser totalitarios.

La decisión de la SCJN, permitirá que el SAT, o cualquier autoridad intrusa, sin tener que solicitar una orden judicial al juez, pueda acceder a tu cuenta bancaria, e incluso pueda congelarla, sin siquiera haber sospecha de un delito.

Esta acción malvada, permitirá que el gobierno pueda hacer con las propiedades de los ciudadanos lo que le dé la gana, e incluso, disponer de las propiedades ajenas a su antojo, sin siquiera avisarte.

Esto se parece más y más a aquella novela de George Orwell llamada “1984”, que hablaba de un “gran hermano” que era el gran gobierno, que tenía derecho de verte en todo momento, tenía cámaras en tu baño, tenía cámaras en tu recámara, incluso, deseaba conocer todo lo que pensabas, con el fin de controlarte.

Este terrorífico “gran hermano”, descrito en esa novela, ahora parece más una realidad. La eliminación del derecho al secreto bancario, podría ser usado fácilmente para aplicárselo a los opositores políticos, a los empresarios que no le caigan bien al gobierno, a los periodistas molestos, e incluso, al ciudadano común que pueda afectar los intereses del gobierno en el poder.

Perder el derecho al secreto bancario, sin duda, desalentará aún más la inversión en el país, que junto a la reforma fiscal promovida por la “cuarta transformación”, que equipara los delitos de defraudación fiscal a los del crimen organizado, traerá gran daño al país, al disminuir los empleos y aumentar la pobreza.

No te equivoques, al creer que el libre acceso del SAT, o la UIF, o de cualquier autoridad, a tus cuentas bancarias, son medidas contra el crimen organizado, o contra el lavado de dinero, o contra el terrorismo, o contra las empresas fantasmas, o son para aumentar los ingresos gubernamentales para dar a los pobres y traer mejoras públicas. En el pasado, ya se han hecho estas mismas cosas, y lo único que han ocasionado es un mayor control del gobierno sobre los ciudadanos, desalentar la productividad, hacer más pobres y crear más descontento social.

Recuperar nuestro derecho al secreto bancario, no será un camino fácil, requerirá una serie de acciones, pero sobre todo de una educación y comprensión de la importancia de no entregar este derecho, así como de otros que deben ir de la mano para poder gozar de un auténtico país libre y soberano.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

____________________________________________________

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

ÚLTIMASCOLUMNAS