/ miércoles 29 de abril de 2020

Urbanismo Productivo

El debate debe empezar ya, si bien muchos siguen preocupados y ocupados en contener esta pandemia, los gobiernos tienen la obligación de ponerse a trabajar en el futuro que tarde o temprano nos alcanzará. Cabe mencionar que pareciera que en estos tiempos de crisis no ha existido una voz sonante y constante, por lo que quizá tendrá que recaer en los municipios, a pesar de sus limitaciones ya sean de conocimiento o de presupuesto.

Después de salir de la cuarentena nos encontraremos en un mundo nuevo donde ya la ciudad tendrá una meta de forma transversal, el hacer ciudad y vivirla tendrá que ver no sólo con una planeación de tipo territorial, sino que tendrá que ver también con el desarrollo económico y social que tendrá un lugar predominante en los siguientes años, pero no podemos dejar atrás la sanitización y el cuidado de la salud de todos nosotros.

Una nueva estrategia sobre los espacios públicos está cobrando importancia en ciudades europeas que están por salir del confinamiento de forma gradual, el reparto y la dispersión de la población puede ser apoyada desde la creación de muchos mini espacios públicos que permitan a la sociedad brindar estos espacios sin tener que trasladarse y aglomerar un solo espacio de encuentro para las familias.

La vida de barrio ya adoptada por la misma ciudadanía durante este confinamiento ha logrado poner el ejemplo en la forma de cómo debería funcionar la vida entre nosotros, poder comprar nuestros alimentos en la tiendita de la esquina, consumir servicios de esparcimiento en la misma colonia y poder contener los movimientos lo más posible, para seguir conteniendo la emergencia sanitaria de forma gradual.

El transporte público será todo un reto, porque aunque existan quienes puedan realizar teletrabajo o tomar su automóvil privado para desplazarse, la gran mayoría de la población tiene una necesidad de moverse entre las diferentes ciudades del país, aquí la tecnología podrá jugar un papel importante para que se pueda saber con precisión la hora en la que llega el próximo camión o metro y que quizá en un futuro se pueda hasta reservar un espacio en cualquier transporte para así evitar conglomeraciones.

El comercio, éste que resentirá no sólo el problema del coronavirus sino también de la crisis económica, tendrá que trabajar de la mano con las autoridades para poder considerar que los restaurantes y negocios que trabajan con gente en su interior puedan ocupar espacios al aire libre, esto sin aumentar la capacidad de comensales, sino con la idea de tener espacios más amplios entre mesa y mesa, quizá con permisos de usar la calle como terrazas.

El coronavirus ha llegado para quedarse, vivir entre esta enfermedad nos permitirá innovar para mejorar nuestras formas de vida, seguramente podremos aprovechar esta pandemia para salir de ella como una generación que aprovecho sus recursos para poder hacer el territorio de todos.

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com

El debate debe empezar ya, si bien muchos siguen preocupados y ocupados en contener esta pandemia, los gobiernos tienen la obligación de ponerse a trabajar en el futuro que tarde o temprano nos alcanzará. Cabe mencionar que pareciera que en estos tiempos de crisis no ha existido una voz sonante y constante, por lo que quizá tendrá que recaer en los municipios, a pesar de sus limitaciones ya sean de conocimiento o de presupuesto.

Después de salir de la cuarentena nos encontraremos en un mundo nuevo donde ya la ciudad tendrá una meta de forma transversal, el hacer ciudad y vivirla tendrá que ver no sólo con una planeación de tipo territorial, sino que tendrá que ver también con el desarrollo económico y social que tendrá un lugar predominante en los siguientes años, pero no podemos dejar atrás la sanitización y el cuidado de la salud de todos nosotros.

Una nueva estrategia sobre los espacios públicos está cobrando importancia en ciudades europeas que están por salir del confinamiento de forma gradual, el reparto y la dispersión de la población puede ser apoyada desde la creación de muchos mini espacios públicos que permitan a la sociedad brindar estos espacios sin tener que trasladarse y aglomerar un solo espacio de encuentro para las familias.

La vida de barrio ya adoptada por la misma ciudadanía durante este confinamiento ha logrado poner el ejemplo en la forma de cómo debería funcionar la vida entre nosotros, poder comprar nuestros alimentos en la tiendita de la esquina, consumir servicios de esparcimiento en la misma colonia y poder contener los movimientos lo más posible, para seguir conteniendo la emergencia sanitaria de forma gradual.

El transporte público será todo un reto, porque aunque existan quienes puedan realizar teletrabajo o tomar su automóvil privado para desplazarse, la gran mayoría de la población tiene una necesidad de moverse entre las diferentes ciudades del país, aquí la tecnología podrá jugar un papel importante para que se pueda saber con precisión la hora en la que llega el próximo camión o metro y que quizá en un futuro se pueda hasta reservar un espacio en cualquier transporte para así evitar conglomeraciones.

El comercio, éste que resentirá no sólo el problema del coronavirus sino también de la crisis económica, tendrá que trabajar de la mano con las autoridades para poder considerar que los restaurantes y negocios que trabajan con gente en su interior puedan ocupar espacios al aire libre, esto sin aumentar la capacidad de comensales, sino con la idea de tener espacios más amplios entre mesa y mesa, quizá con permisos de usar la calle como terrazas.

El coronavirus ha llegado para quedarse, vivir entre esta enfermedad nos permitirá innovar para mejorar nuestras formas de vida, seguramente podremos aprovechar esta pandemia para salir de ella como una generación que aprovecho sus recursos para poder hacer el territorio de todos.

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com