/ jueves 2 de diciembre de 2021

“Víctima de la Sociedad”

¿Has escuchado alguna vez la frase “víctima de la sociedad?, yo sí, refiriéndose en un caso a un delincuente, aunque no es el único episodio donde se ha mencionado.

Bajo esta afirmación “víctima de la sociedad”, se culpa a la sociedad de la maldad de las acciones humanas, algo que ya habíamos escuchado del filósofo humanista francés cuando dijo que “el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe.”

Si prestamos atención, según este filósofo, la solución a la maldad del hombre, entonces, sería jamás vivir en sociedad. Solución, por cierto, irracional, pues el ser humano está diseñado para vivir en sociedad, ya que en sociedad es donde se han desplegado las obras más altruistas, bondadosas y generosas del hombre por el mismo hombre.

De ahí que los seguidores de esta filosofía humanista tienen que hacer ajustes para poder aplicarla, ya que si no pueden poner en práctica el alejar al ser humano de la sociedad, entonces imponen que la sociedad pague al criminal el daño que la sociedad le ha causado, ya que si el medioambiente es lo que hace malo al hombre, entonces el medioambiente, o sea, la sociedad, es la que debe pagar al criminal.

Bajo este razonamiento de la filosofía humanista, el enfoque de las leyes de una sociedad cambian, de centrarse en la restitución que el criminal debe a la víctima, se enfocan en que la sociedad es quien debe restituirle al criminal.

De esta manera, vemos que las cárceles en la actualidad demandan más y más recursos de la sociedad, de la cual exigen un trato digno y humano, al punto que las cárceles se han venido convirtiendo en centros de rehabilitación asumiendo un rol salvador del criminal, pero que en la vida real jamás logran salvarlos, al contrario, existen informes del incremento de la población criminal así como de la criminalidad en las cárceles.

Por lo tanto, este enfoque de las leyes de justicia en una sociedad que abraza la filosofía humanista, viene a ser la de protección para el criminal y nunca para la víctima. En teoría, la disertación de la filosofía humanista parece muy humanitaria, pero en la práctica trae una enorme injusticia e insatisfacción a la sociedad.

Se habló del efecto de la filosofía humanista en el sistema carcelario, pero también tiene un efecto muy destructivo en la persona, en la familia, en la economía, en la política, en la educación, y en cada área del quehacer humano donde es implementada, pues no ayuda a formar una sana consciencia al individuo sobre su propia responsabilidad, sin la cual no puede haber soluciones reales para combatir los múltiples problemas que la misma acción humana desencadena.

Necesitamos comprender que las leyes que elabora el poder legislativo en un país puede gobernar hasta cierto punto la conducta humana, pero jamás podrá cambiar el corazón del hombre, que es en realidad en donde nace la maldad en su conducta.

Por esta razón la filosofía humanista jamás podrá ayudar al hombre a erradicar la maldad en la persona y sus sociedades, al contrario, bajo esta filosofía el crimen y la injusticia se incrementan.

Por otro lado, la perspectiva bíblica, sin ese marco religioso en donde se le ha querido enmarcar, proporciona el entendimiento de dónde nace la maldad en el comportamiento humano, así como la base ética para combatirla de manera efectiva, pero es responsabilidad del ser humano acercarse a este conocimiento.

“Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos. Estas cosas son las que hacen impuro al hombre.” (Mateo 15:19-20)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

¿Has escuchado alguna vez la frase “víctima de la sociedad?, yo sí, refiriéndose en un caso a un delincuente, aunque no es el único episodio donde se ha mencionado.

Bajo esta afirmación “víctima de la sociedad”, se culpa a la sociedad de la maldad de las acciones humanas, algo que ya habíamos escuchado del filósofo humanista francés cuando dijo que “el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe.”

Si prestamos atención, según este filósofo, la solución a la maldad del hombre, entonces, sería jamás vivir en sociedad. Solución, por cierto, irracional, pues el ser humano está diseñado para vivir en sociedad, ya que en sociedad es donde se han desplegado las obras más altruistas, bondadosas y generosas del hombre por el mismo hombre.

De ahí que los seguidores de esta filosofía humanista tienen que hacer ajustes para poder aplicarla, ya que si no pueden poner en práctica el alejar al ser humano de la sociedad, entonces imponen que la sociedad pague al criminal el daño que la sociedad le ha causado, ya que si el medioambiente es lo que hace malo al hombre, entonces el medioambiente, o sea, la sociedad, es la que debe pagar al criminal.

Bajo este razonamiento de la filosofía humanista, el enfoque de las leyes de una sociedad cambian, de centrarse en la restitución que el criminal debe a la víctima, se enfocan en que la sociedad es quien debe restituirle al criminal.

De esta manera, vemos que las cárceles en la actualidad demandan más y más recursos de la sociedad, de la cual exigen un trato digno y humano, al punto que las cárceles se han venido convirtiendo en centros de rehabilitación asumiendo un rol salvador del criminal, pero que en la vida real jamás logran salvarlos, al contrario, existen informes del incremento de la población criminal así como de la criminalidad en las cárceles.

Por lo tanto, este enfoque de las leyes de justicia en una sociedad que abraza la filosofía humanista, viene a ser la de protección para el criminal y nunca para la víctima. En teoría, la disertación de la filosofía humanista parece muy humanitaria, pero en la práctica trae una enorme injusticia e insatisfacción a la sociedad.

Se habló del efecto de la filosofía humanista en el sistema carcelario, pero también tiene un efecto muy destructivo en la persona, en la familia, en la economía, en la política, en la educación, y en cada área del quehacer humano donde es implementada, pues no ayuda a formar una sana consciencia al individuo sobre su propia responsabilidad, sin la cual no puede haber soluciones reales para combatir los múltiples problemas que la misma acción humana desencadena.

Necesitamos comprender que las leyes que elabora el poder legislativo en un país puede gobernar hasta cierto punto la conducta humana, pero jamás podrá cambiar el corazón del hombre, que es en realidad en donde nace la maldad en su conducta.

Por esta razón la filosofía humanista jamás podrá ayudar al hombre a erradicar la maldad en la persona y sus sociedades, al contrario, bajo esta filosofía el crimen y la injusticia se incrementan.

Por otro lado, la perspectiva bíblica, sin ese marco religioso en donde se le ha querido enmarcar, proporciona el entendimiento de dónde nace la maldad en el comportamiento humano, así como la base ética para combatirla de manera efectiva, pero es responsabilidad del ser humano acercarse a este conocimiento.

“Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos. Estas cosas son las que hacen impuro al hombre.” (Mateo 15:19-20)

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; Facebook, Twitter y YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

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