/ domingo 13 de marzo de 2022

Violencia en el futbol

Un problema arraigado en los humanos es la violencia. En todos los capítulos del pasado se encuentran hechos de arrebato físico y mental. En los animales la agresividad se manifiesta en la protección de los cachorros hasta que por razón natural se desprenden de la madre para emprender la vida independiente. En el animal adulto la agresión es en defensa de su territorio y en busca del sustento nutritivo. En los irracionales no se observa agresión por el solo hecho de agredir como con cierta asiduidad se ve en el género humano.

Preocupación de quienes investigan el crimen y los dedicados a la psicología, es el origen de la violencia. Hace más de un siglo el médico italiano Ezechia Marco Lombroso conocido como Cesasre Lombroso, fundador de la escuela de Criminología Positivista sustentaba la tesis que las conductas criminales tenían causa en las características antropológicas del individuo. En oposición a esa línea, su discípulo, abogado, politólogo y académico fundador de la revista Scuola Positiva, concluyó que el sujeto agresivo y criminal era resultado del medio en que se desarrollaba. Juicio que en la actualidad es el aceptado no obstante que se toman algunos aspectos de la teoría del Dr. Lombroso, apoyado en amplia investigación en prisioneros encausados por crímenes cometidos, estudio en que encontró a la mayoría de los reclusos son de aspecto rudo, de mayor resistencia a las agresiones y alto umbral para el dolor.

El estudio de las causas y consecuencias del fenómeno violento analiza en dónde se origina, cómo se procrea, cómo se transmite y cómo se repite sin olvidar el aspecto hereditario y cultural.

Esto conduce a examinar la dinámica de las relaciones familiares y los efectos que se producen en las víctimas infantiles para que más tarde en el niño mayor, el adolecente o en el adulto se repita en terceros con frecuencia de manera más belicosa. Actitudes que para ellos son parte habitual de la vida.

Lo admitido es que la conducta agresiva se incuba y surge desde los primeros años de vida dentro de la unidad familiar teniendo influencia las experiencias infantiles de acometidas físicas y psicológicas de sus propios padres. De igual o mayor importancia es el ejemplo que el niño asimila de hechos o actitudes antisociales, en primer lugar del padre y desde que en nuestro medio la mujer se incorpora cada vez más a la vida laboral fuera del hogar, también de la madre.

Sumamos aspectos comerciales que hacen caer la balanza en los años mozos de las personas.

Literatura rastrera, comics de ficción y programas televisivos que exhiben las bajas pasiones del hombre y la mujer. La venta de juguetes de armas de fuego o las novedosas de la tecnología moderna que dejan marca en las inmaduras mentes infantiles. De no menos importancia es el fenómeno venganza, el desquite contra una persona o grupo en respuesta a una acción incómoda o insultante. Un problema complejo de factores individuales y sociales que desde tiempos inmemoriales ha enfrentado la humanidad.

Sin saber la chispa que encendió la gresca en el estadio Corregidora de Querétaro, supongo que se inició en respuesta a un agravio verbal en medio de la insana pasión y fanatismo en los estadios de futbol donde priva el lenguaje soez que provoca tensión y emoción e hizo mella en aficionados, que sospecho, en ambos bandos poseen antecedentes de vida insana.

Un problema arraigado en los humanos es la violencia. En todos los capítulos del pasado se encuentran hechos de arrebato físico y mental. En los animales la agresividad se manifiesta en la protección de los cachorros hasta que por razón natural se desprenden de la madre para emprender la vida independiente. En el animal adulto la agresión es en defensa de su territorio y en busca del sustento nutritivo. En los irracionales no se observa agresión por el solo hecho de agredir como con cierta asiduidad se ve en el género humano.

Preocupación de quienes investigan el crimen y los dedicados a la psicología, es el origen de la violencia. Hace más de un siglo el médico italiano Ezechia Marco Lombroso conocido como Cesasre Lombroso, fundador de la escuela de Criminología Positivista sustentaba la tesis que las conductas criminales tenían causa en las características antropológicas del individuo. En oposición a esa línea, su discípulo, abogado, politólogo y académico fundador de la revista Scuola Positiva, concluyó que el sujeto agresivo y criminal era resultado del medio en que se desarrollaba. Juicio que en la actualidad es el aceptado no obstante que se toman algunos aspectos de la teoría del Dr. Lombroso, apoyado en amplia investigación en prisioneros encausados por crímenes cometidos, estudio en que encontró a la mayoría de los reclusos son de aspecto rudo, de mayor resistencia a las agresiones y alto umbral para el dolor.

El estudio de las causas y consecuencias del fenómeno violento analiza en dónde se origina, cómo se procrea, cómo se transmite y cómo se repite sin olvidar el aspecto hereditario y cultural.

Esto conduce a examinar la dinámica de las relaciones familiares y los efectos que se producen en las víctimas infantiles para que más tarde en el niño mayor, el adolecente o en el adulto se repita en terceros con frecuencia de manera más belicosa. Actitudes que para ellos son parte habitual de la vida.

Lo admitido es que la conducta agresiva se incuba y surge desde los primeros años de vida dentro de la unidad familiar teniendo influencia las experiencias infantiles de acometidas físicas y psicológicas de sus propios padres. De igual o mayor importancia es el ejemplo que el niño asimila de hechos o actitudes antisociales, en primer lugar del padre y desde que en nuestro medio la mujer se incorpora cada vez más a la vida laboral fuera del hogar, también de la madre.

Sumamos aspectos comerciales que hacen caer la balanza en los años mozos de las personas.

Literatura rastrera, comics de ficción y programas televisivos que exhiben las bajas pasiones del hombre y la mujer. La venta de juguetes de armas de fuego o las novedosas de la tecnología moderna que dejan marca en las inmaduras mentes infantiles. De no menos importancia es el fenómeno venganza, el desquite contra una persona o grupo en respuesta a una acción incómoda o insultante. Un problema complejo de factores individuales y sociales que desde tiempos inmemoriales ha enfrentado la humanidad.

Sin saber la chispa que encendió la gresca en el estadio Corregidora de Querétaro, supongo que se inició en respuesta a un agravio verbal en medio de la insana pasión y fanatismo en los estadios de futbol donde priva el lenguaje soez que provoca tensión y emoción e hizo mella en aficionados, que sospecho, en ambos bandos poseen antecedentes de vida insana.