CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- De oficio zapatero, su nombre es Gabriel Hernández Landín, comenzó a los nueve años de edad cuando su padre le fue enseñando poco a poco cada una de las técnicas y formas de reparar y modificar un zapato.
Originalmente la tradición familiar se dio en una zapatería ubicada en la calle Quintana Roo de esta ciudad, ya hace casi 60 años.
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Los hermanos y familia de Gabriel decidieron seguir este camino, el cual ya lleva alrededor de 60 años dando frutos.
Algunas de las tareas desempeñadas en esta labor son, desarmar, coser, pegar, despintar, pintar, ensamblar, algunas cosas de forma manual y otras con máquinas especiales.
Algunas de esas máquinas son utilizadas para coser todos los parches o costuras con determinado gruesor, su nombre es maquina giratoria, la otra cose las botas y suelas de todo tipo de zapato, las formadoras españolas sirven para ampliar el zapato que queda angosto, pero casi todas en general sirven para coser.
El trabajo más tardado lleva una hora, depende el zapato, o mochila que se tenga que reparar una que por su complejidad necesita tiempo y dedicación.
Los trabajos que realiza no son sólo de reparación, sino que también arma zapatos desde cero, algunos especiales como los ortopédicos, y algunas zapatillas de acuerdo a lo que el cliente pida, gusto, modelo, tela, pieles, detalles, suelas, y esto varía de precios partiendo desde los $1000.
En este negocio trabaja con su hijo y su esposa Juana Angélica, en un día entre ellos alcanza a elaborar entre 100 a 200, empezando desde muy temprana hora y terminando a altas horas de la noche siendo alrededor de 17 horas de trabajo.
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Por otra parte, reconocen que los tiempos han cambiado y que ha adquirido mucha experiencia y cada día aprende algo nuevo y se da cuenta que su hijo llega a saber más cosas que el mismo además de que tiene más paciencia.