Los trastornos del sueño, son alteraciones en la calidad del descanso del soñante, mientras este duerme. Se impide el descanso de la persona que los padece (y en ocasiones de quien no los sufre, pero que se encuentra cerca de la persona con trastornos del sueño), ya que muchas veces son molestos, incómodos y hasta desorientadores.
Las molestias pueden incluir desde rechinar los dientes y muelas (mejor conocido como bruxismo), provocando un desgaste considerable al esmalte dental; pesadillas y hasta sonambulismo.
Cuando el afectado por los trastornos de sueño es un niño, es difícil para los padres identificar el problema y en ocasiones un poco más, atenderlo de manera adecuada. Debido a que los terrores nocturnos se caracterizan por despertar súbitamente del sueño, gritando, vociferando oraciones inteligibles y con sacudidas del cuerpo (como si se tratase de descargas eléctricas al cuerpo del durmiente), muchas veces los padres, pueden confundirlo con sonambulismo o pesadillas que "se calmarán o pasarán pronto".
Cuando los progenitores encuentran regularidad en la presentación de estos eventos y no se tiene una información adecuada de lo que son los "terrores nocturnos", pueden llegar a incluir esta situación en el mundo de sus creencias religiosas y tratar el trastorno del sueño, con remedios poco convencionales, tales como "limpias" y "sanaciones".
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¿Cómo identificar si mi hijo o hija sufre trastornos de sueño?
La edad en la que se presentan más comúnmente los terrores nocturnos en niños es de los 3 a los 7 años, aunque pueden manifestarse a cualquier edad (regularmente en adultos, se trata de trastornos psicógenos).
Suceden luego de dos o tres horas de que el pequeño ha conciliado el sueño.
El infante se despierta agitado, sudando, y notablemente desorientado. Puede decir que "hay alguien en la habitación" o "atrás de la puerta", llorar desconsolado o gritar incansablemente.
No presta atención a estímulos externos, luces, sonidos, indicaciones de los padres.
Luego de unos momentos de despertarse y tener el episodio agitado, vuelven a dormirse profundamente.
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Causas y manera de prevención de los terrores nocturnos
Las causas o factores que motivan la manifestación de terrores nocturnos son: el estrés que pueda estar experimentando el niño o niña (puede ser una situación que le esté afectando emocionalmente en casa o en la escuela), cansancio y fatiga.
También se sabe que algunos medicamentos pueden generar trastornos de sueño (por ello se sugiere consultar con un pediatra la posología de la medicina, si es que este es el caso).
Situaciones tales como dormir fuera de casa, cambiar de residencia o de colegio, entre otras.
Es importante resaltar que, los acontecimientos que los padres consideran como "importantes" o de "relevancia", no serán los mismos que percibe el niño o niña.
La manera más eficaz de evitar que los terrores nocturnos se sigan presentando es procurar un adecuado descanso del niño. Es decir, que duerma lo suficiente y en horas adecuadas. Procurar a los niños un baño relajante y una cama cómoda puede traer bastantes mejoras.
No permita que el infante esté despierto en horas "no permitidas"; restringiendo el uso de televisión, celular y videojuegos en cierto horario de la noche, se creará una rutina para antes de dormir, que le ayudará al niño a saber cuándo es hora del descanso. Cabe destacar que dicha rutina deberá estar rodeada de un ambiente tranquilo y sereno para ayudar al niño a disminuir el estrés que presenta.
Se recomienda asistir con su médico de cabecera o pediatra familiar.
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