CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Lo que comenzó como una terapia para Fátima Monserrat Chávez Lanuza, quien tiene síndrome donw, hoy en día ha tenido el gusto de comenzar a prepararse para competir, siendo parte fundamental en el desarrollo de su vida su mamá Ester Lanuza.
A sus 21 años de edad, Fátima Monserrat ha tenido contacto con el agua desde los tres años yendo con su mamá a sus terapias al Club K, donde poco a poco fue independizándose hasta lograr nadar sin ayuda de su progenitora, pero fue hace pocos meses que cambio de lugar de entrenamiento siendo ahora en la alberca “Liliana Ibáñez”, bajo las indicaciones del exseleccionador nacional Raúl Alejandro Cuevas.
Sonriente, con ayuda de su mamá y un poco nerviosa Fátima Monserrat expresó: “La natación me gusta porque nado mucho en crol y dorso, mi entrenador me dice que voy muy bien, también me gusta hacer ejercicio, estudiar y les ayudo poquito a mis papás en la casa, me gusta la música”.
Su mamá opinó: “Saber que mi niña tenía síndrome de down, para mí fue algo sorprendente, la verdad no, lo esperaba y aunque me saco de onda mi marido y yo lo fuimos superando, yo la lleve desde los tres años a la alberca como terapia, pero últimamente vimos un cambio con el profesor Ale Cuevas, hemos visto que le hecha todos los kilos y vemos que ella está avanzando mucho más”.
Añadió: “Uno como papá ve en los hijos muchas cualidades, pero ella me sorprendió cuando entro a nadar a la nueva alberca donde vimos que puede dar mucho más porque si depende del entrenador que tengan”.
En cuanto al apoyo que deben de tener los niños de parte de sus papás indicó: “Es muy importante porque si queremos que nuestros hijos sigan adelante y progresen, ellos necesitan de nosotros muchísimo, motivarlos, ponernos las pilas como padres porque ellos son hermosos y pueden realizarse como los demás, todo lo que hemos hecho ha valido la pena yo estoy orgullosa de mi hija”.