CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Mario Peña Campa es uno de los mejores maratonistas que ha dado la ciudad cajetera. En los 30 años de experiencia dentro de esta disciplina ha representado al municipio en justas estatales, nacionales e internacionales, siendo la década de los 90 la más fructífera. Los resultados obtenidos lo han llevado a ganarse un lugar en el Salón de la Fama del Deporte Celayense.
Aunque durante su niñez vivió una etapa deportiva en el futbol soccer con el equipo “Emeteria Valencia”, fue hasta los 18 años de edad cuando Mario tuvo su primer acercamiento con el atletismo, gracias a su amigo Ignacio, quien lo retó para entrenar con él recorriendo una distancia de 10 kilómetros, logrando terminar el recorrido.
La primera carrera que ganó fue la de “San Juan Bosco”, en la colonia Girasoles, con una distancia de 12 kilómetros, en donde se adjudicó su primer trofeo que a la postre sería parte de una colección de más de 200, entre reconocimientos, medallas y placas.
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Peña Campa inició en las carreras de barrio, también conocidas como “moleras”, porque siempre ofrecían mole a los participantes, recuerda. Sin embargo, los años 90 fueron los de mayor rendimiento para el maratonista, ya que traspasó las fronteras con participaciones en Estados Unidos, Costa Rica y Perú, aunque en este último no obtuvo los resultados esperados.
Su primer maratón oficial fue en 1993, en Torreón, Coahuila, donde se enfrentó a los mejores del país e incluso de Cuba, siendo Mario el único guanajuatense; en esa ocasión se quedó con el tercer lugar.
En 1995 y 1997 se adjudicó el primer sitio del maratón de Salvatierra a Celaya, mismo que fue suspendido tras registrarse un fatal accidente con uno de los corredores; también en el 95 ganó su primer maratón internacional en San José, Costa Rica. Y más tarde en San Antonio, Texas, obtuvo el segundo sitio. A nivel nacional ha corrido en Monterrey, Guadalajara y Torreón, entre otros. Y ya más recientemente, de manera local logró un segundo lugar en el Maratón de las Batallas de Celaya, categoría Veteranos B.
Recuerda que una de las carreras más difíciles fue la de Lima, pero, en 1988: “Fui a correr ese maratón a una altura de 3 mil 500 metros sobre nivel del mar, en un pueblo llamado Huancayo. Me fue mal deportivamente y moralmente. Al abandonar la competencia me sentí triste ya que mucha gente y amigos esperaban mucho de mí y al regresar con un mal resultado me decían que ya todo se había acabado, además de ello tuve una lesión fuerte en el nervio ciático y dure un año sin correr”, dijo.
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Por otro lado, una de sus mejores experiencias, dice, fue cuando fue elegido para formar parte del Salón de la Fama del Deporte Celayense, nombramiento que se hizo en el Salón de Cabildos de la presidencia municipal, en donde estuvo acompañado por algunos miembros de su familia. “A mi lado estaba también mi primer entrenador, José Ignacio Melesio, quien también fue reconocido”.
Debido a que desde diciembre no ha habido competencias, Mario se ha dedicado a entrenar para no perder su condición física e incluso ha tenido participación en otras ciudades como Michoacán y Toluca, donde aún ha logrado buenos tiempos en su categoría.
En agradecimiento al atletismo se ha dedicado a entrenar a personas en esta disciplina, desde infantiles juveniles y veteranos llevando ya cinco años en trasmitir su experiencia a ellos.
