León, Gto.- Con buena entrada en la plaza “La Luz” en tarde soleada, se dio el tercer festejo taurino denominado “México busca un torero”, estando colgados en el cartel José Mauricio, Octavio García “El Payo”, Nicolás Gutiérrez, Leo Valadez, Francisco Martínez y Carlos Rodríguez quienes lidiaron un buen, pero disparejo encierro de Begoña. No hubo orejas porque los diestros estuvieron fatales con la espada, pero en cambio desgranaron mucho arte en el ruedo.
La tarde era idónea para el toreo y así pasó, desde que José Mauricio se abrió de capa, las musas bajaron al ruedo y el arte apareció casi en cada lance, el torero sin retorcimientos ni prisas le anduvo al toro arrancando fuertes olés de la concurrencia, luego con la muleta igual, se llevó al bicho caminando a los medios y ahí le fue bordando la faena con su estilo clásico, sobrio y con torería. Lástima que cuando la gente ya preparaba los pañuelos para pedir las orejas, no estuvo certero con la espada y todo quedó en fuertes palmas.
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“El Payo”, que es ídolo de las jovencitas aquí, salió al ruedo igual que siempre de artista y torero, tanto con capote y muleta, aunque su toro no era de dulce, pero se dejaba torear, le hizo una faena con pellizcos de arte y estética, calando por momentos en los tendidos, pero sin llegar a desbordar, con la espada también él estuvo mal y se fue de vacío.
Nicolás Gutiérrez, tiene un concepto bueno del toreo, técnica y sobre todo muñecas, y aunque no tiene la estética de otros, hizo una faena llena de arte y torería, pues su desgarbada figura se transforma ya con el toro y luego de engancharlo se lo lleva templadito desde allá hasta acá, provocando que los olés sean largos largos, se llevó un susto pero con valor siguió, lástima que a la hora de matar se pusiera pesado con la toledana y el toro se fue con las orejas al destazadero.
Leo Valadez es un torero que va creciendo, pero ayer sorprendió con un arte puro en unas chicuelinas y el remate, que todavía seguimos saboreando. Muy torero con capa, banderillas y muleta anda Leo, aparte de valiente porque se puso de rodillas a torear y convencer al público, por ese camino pronto será de figura, pero también perdió trofeos con la espada, aunque el arte y torería allí queda.
Francisco Martínez salió al ruedo algo presionado por agradar a la gente y al jurado, pero pudo realizarle una faena buena al castaño que le tocó, al que recibió de rodillas y luego le pegó toreros lances, en seguida las banderillas, todo apuntaba a la faena y triunfo grande, pero como que no le encontró la distancia al toro y éste le enganchó varias veces la muleta, aún así le cayó bien a la gente y eso cuenta mucho, luego con la espada, al igual que sus alternantes estuvo fatal y perdió al menos una oreja.
Carlos Rodríguez es un torero que si se decide y le dan toros, puede ser alguien en la fiesta brava, tiene mucho arte y estética, pero sobre todo un juego de muñecas que ya las quisieran muchas figuras, aparte su concepto del toreo es de capote chico y manos bajas a la hora de lancear, algo que ya no se ve casi en las plazas con esos capototes que usan en la actualidad. Gustó mucho su serenidad y clasicismo a la hora de correr la mano despacio y largo, pero al mismo tiempo su semblante aparenta cierta apatía. Ojalá se decida a ser torero grande.
