/ miércoles 20 de mayo de 2020

Vuelta al deporte con corazón

El ejercicio físico es uno de los pilares básicos de una vida saludable

MÉXICO.- (OEM-Informex).- Nuestra forma física ya no es la que era antes del confinamiento y debemos ser conscientes de ello a la hora de retomar la práctica deportiva, pues hacerlo de manera brusca puede resultar perjudicial para el corazón. Los especialistas nos ofrecen algunos consejos para recuperar nuestras rutinas deportivas con seguridad.

El ejercicio físico es uno de los pilares básicos de una vida saludable. Tras el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, “es altamente recomendable reiniciar la práctica de ejercicio físico y deporte. Pero esta vuelta debe hacerse de forma progresiva e individualizada para no caer en riesgos innecesarios”, indica la Sociedad Española de Medicina del Deporte.

Dejar de hacer ejercicio, aunque sea durante un periodo corto, tiene consecuencias. “Cuando dejamos de hacer ejercicio, aparece una desadaptación cardiaca y vascular, lo que lleva a una subida de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial”, manifiesta Domingo Pascual Figal, miembro del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).




CUIDADO CON LOS EJERCICIOS BRUSCOS

Quien añade que, “además, se ven perjudicados otros órganos, sobre todo a nivel osteomuscular, lo que hace que el sistema cardiovascular se vea sometido a un mayor esfuerzo ante un ejercicio similar al que estábamos acostumbrados a hacer antes del confinamiento”.

Por lo tanto, es importante retomar el ejercicio físico por sus muchos beneficios para la salud, pero es necesario hacerlo de forma gradual y controlada para evitar problemas cardiovasculares.

“Si salimos a caminar y nos sometemos a un esfuerzo moderado, la subida de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial también van a ser moderadas y no se va a producir un gran estrés fisiológico”, indica el doctor Pascual.

En cambio, si un sistema cardiovascular desadaptado se enfrenta de manera brusca a un ejercicio físico al que ya no está acostumbrado, su respuesta “va a ser exagerada, de tal forma que subirán mucho las pulsaciones y la presión arterial y aumentarán las catecolaminas, la adrenalina y la noradrenalina. Todo esto puede, en el peor de los casos, provocar la rotura de placas de ateroma en las arterias coronarias y producir un infarto agudo de miocardio”, advierte el cardiólogo.

Las placas de ateroma son acúmulos de colesterol y otras sustancias que se depositan en las paredes de las arterias. Si la placa se rompe, puede formarse un coágulo que bloquee el flujo de sangre hacia el corazón y, de esta manera, provocar un infarto.

Además, los especialistas de la Sociedad Española de Medicina del Deporte señalan que reiniciar la práctica de ejercicio físico y deporte de forma brusca, con altas intensidades y duraciones prolongadas, también puede ocasionar lesiones deportivas, especialmente en los músculos y en los tendones.

Por todo ello, a la hora de volver a entrenar, es importante prestar atención tanto al volumen de ejercicio físico como a su intensidad.



“Hay que tener muy en cuenta lo que hacíamos antes. No es lo mismo la desadaptación de una persona que hacía deporte a diario que la de otra que lo hacía tres días a la semana”, puntualiza el doctor Pascual.

El cardiólogo precisa que se puede ir aumentando progresivamente el volumen del ejercicio, es decir, su duración, pero debemos limitar su intensidad.

“Si antes salíamos a caminar o a correr tres días a la semana, ahora podemos salir todos los días. Así aumentamos el volumen, pero debemos hacerlo con una intensidad disminuida, leve o moderada en estas fases iniciales”, destaca.


LA OXIGENACIÓN, FUNDAMENTAL

“No deberíamos plantearnos hacer lo que hacíamos antes del confinamiento en un periodo inferior al tiempo que hemos estado confinados”, remarca el facultativo.

Asimismo, subraya que la oxigenación es fundamental cuando hacemos ejercicio.

“Si no hay una buena oxigenación, vamos a someternos a un mayor estrés y el ejercicio puede ser más contraproducente”, explica.

Por este motivo, manifiesta que “lo ideal, más que el uso de mascarilla, es mantener la distancia de seguridad”.

Por su parte, la Sociedad Española de Medicina del Deporte recalca que si, mientras hacemos ejercicio, aparecen síntomas de alarma como ahogo, dolor en el pecho, mareo, pérdida de conocimiento, palpitaciones, dolores musculares o articulares, hay que interrumpir la práctica de ejercicio y consultar con un médico de forma inmediata.



Pero si hemos reiniciado la práctica de ejercicio físico y todo ha ido bien, “se debe mantener en el tiempo como un hábito más de vida saludable”, detalla.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que un nivel adecuado de actividad física regular reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, ictus, diabetes, cáncer de mama y colon, así como de depresión.

También mejora la salud ósea y es clave en el gasto energético y, por lo tanto, fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.

Esta entidad recomienda a las personas de entre 18 y 64 años que dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada; 75 minutos si esta es vigorosa; o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

“A fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades pueden aumentar hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física aeróbica moderada, o hasta 150 minutos a la semana si la actividad aeróbica es intensa. Dos veces o más por semana, deben realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares”, apunta la OMS.

MÉXICO.- (OEM-Informex).- Nuestra forma física ya no es la que era antes del confinamiento y debemos ser conscientes de ello a la hora de retomar la práctica deportiva, pues hacerlo de manera brusca puede resultar perjudicial para el corazón. Los especialistas nos ofrecen algunos consejos para recuperar nuestras rutinas deportivas con seguridad.

El ejercicio físico es uno de los pilares básicos de una vida saludable. Tras el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, “es altamente recomendable reiniciar la práctica de ejercicio físico y deporte. Pero esta vuelta debe hacerse de forma progresiva e individualizada para no caer en riesgos innecesarios”, indica la Sociedad Española de Medicina del Deporte.

Dejar de hacer ejercicio, aunque sea durante un periodo corto, tiene consecuencias. “Cuando dejamos de hacer ejercicio, aparece una desadaptación cardiaca y vascular, lo que lleva a una subida de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial”, manifiesta Domingo Pascual Figal, miembro del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).




CUIDADO CON LOS EJERCICIOS BRUSCOS

Quien añade que, “además, se ven perjudicados otros órganos, sobre todo a nivel osteomuscular, lo que hace que el sistema cardiovascular se vea sometido a un mayor esfuerzo ante un ejercicio similar al que estábamos acostumbrados a hacer antes del confinamiento”.

Por lo tanto, es importante retomar el ejercicio físico por sus muchos beneficios para la salud, pero es necesario hacerlo de forma gradual y controlada para evitar problemas cardiovasculares.

“Si salimos a caminar y nos sometemos a un esfuerzo moderado, la subida de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial también van a ser moderadas y no se va a producir un gran estrés fisiológico”, indica el doctor Pascual.

En cambio, si un sistema cardiovascular desadaptado se enfrenta de manera brusca a un ejercicio físico al que ya no está acostumbrado, su respuesta “va a ser exagerada, de tal forma que subirán mucho las pulsaciones y la presión arterial y aumentarán las catecolaminas, la adrenalina y la noradrenalina. Todo esto puede, en el peor de los casos, provocar la rotura de placas de ateroma en las arterias coronarias y producir un infarto agudo de miocardio”, advierte el cardiólogo.

Las placas de ateroma son acúmulos de colesterol y otras sustancias que se depositan en las paredes de las arterias. Si la placa se rompe, puede formarse un coágulo que bloquee el flujo de sangre hacia el corazón y, de esta manera, provocar un infarto.

Además, los especialistas de la Sociedad Española de Medicina del Deporte señalan que reiniciar la práctica de ejercicio físico y deporte de forma brusca, con altas intensidades y duraciones prolongadas, también puede ocasionar lesiones deportivas, especialmente en los músculos y en los tendones.

Por todo ello, a la hora de volver a entrenar, es importante prestar atención tanto al volumen de ejercicio físico como a su intensidad.



“Hay que tener muy en cuenta lo que hacíamos antes. No es lo mismo la desadaptación de una persona que hacía deporte a diario que la de otra que lo hacía tres días a la semana”, puntualiza el doctor Pascual.

El cardiólogo precisa que se puede ir aumentando progresivamente el volumen del ejercicio, es decir, su duración, pero debemos limitar su intensidad.

“Si antes salíamos a caminar o a correr tres días a la semana, ahora podemos salir todos los días. Así aumentamos el volumen, pero debemos hacerlo con una intensidad disminuida, leve o moderada en estas fases iniciales”, destaca.


LA OXIGENACIÓN, FUNDAMENTAL

“No deberíamos plantearnos hacer lo que hacíamos antes del confinamiento en un periodo inferior al tiempo que hemos estado confinados”, remarca el facultativo.

Asimismo, subraya que la oxigenación es fundamental cuando hacemos ejercicio.

“Si no hay una buena oxigenación, vamos a someternos a un mayor estrés y el ejercicio puede ser más contraproducente”, explica.

Por este motivo, manifiesta que “lo ideal, más que el uso de mascarilla, es mantener la distancia de seguridad”.

Por su parte, la Sociedad Española de Medicina del Deporte recalca que si, mientras hacemos ejercicio, aparecen síntomas de alarma como ahogo, dolor en el pecho, mareo, pérdida de conocimiento, palpitaciones, dolores musculares o articulares, hay que interrumpir la práctica de ejercicio y consultar con un médico de forma inmediata.



Pero si hemos reiniciado la práctica de ejercicio físico y todo ha ido bien, “se debe mantener en el tiempo como un hábito más de vida saludable”, detalla.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que un nivel adecuado de actividad física regular reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, ictus, diabetes, cáncer de mama y colon, así como de depresión.

También mejora la salud ósea y es clave en el gasto energético y, por lo tanto, fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.

Esta entidad recomienda a las personas de entre 18 y 64 años que dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica de intensidad moderada; 75 minutos si esta es vigorosa; o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

“A fin de obtener aún mayores beneficios para la salud, los adultos de este grupo de edades pueden aumentar hasta 300 minutos por semana la práctica de actividad física aeróbica moderada, o hasta 150 minutos a la semana si la actividad aeróbica es intensa. Dos veces o más por semana, deben realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares”, apunta la OMS.

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