CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- La comunidad celayense ha abierto las puertas de su corazón a Nuestra Señora del Carmen, cuya festividad fue enmarcada por la celebración eucarística oficiada por Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, obispo de la Diócesis de Celaya, quien invitó a los celayenses a acercarse a la iglesia y fortalecerse como comunidad ante estos tiempos tan difíciles de pandemia y de inseguridad.
En estos tiempos tan complicados, debemos fortalecernos en la unidad de una comunidad creyente que busca vivir una vida llena de satisfacción y gozo, pero para ello es de suma importancia no estar divididos ni elegir caminos diferentes, pues sólo hay un camino y es el que Jesús nos ha enseñado, es el de caminar junto a la Virgen María, que en esta ocasión reunió a decenas de creyentes en la celebración a Nuestra Señora del Carmen, expuso el Obispo.
Asimismo, refirió que la comunidad celayense ha entendido que Jesús le ha dicho “ésta es tu madre”, y como San Juan, el pueblo de Celaya se la llevó a vivir a su casa, por lo que invitó a los celayenses a abrir a la Virgen del Carmen su corazón, su vida y su familia, pues con ella está la protección que necesitamos para vivir en paz.
Manifestó que en estos tiempos tan difíciles de la pandemia, de la inseguridad que hay en México y de la impunidad que abunda, así como de las constantes pérdidas humanas, de salud y de trabajo, es sumamente importante no perder la fe, pues el justo no es quien tiene fe, es el que vive de la fe.
“Que sientas la protección de Dios y de la Virgen María, es el escapulario”, exclamó el obispo, quien ejemplificó la compleja realidad que viven miles de personas, no solo en Celaya sino en todo el mundo, debido a los difíciles momentos que ha traído consigo una pandemia y una crisis de inseguridad que ha generado miles de pérdidas humanas.
Ante ese contexto, expuso que necesitamos la protección permanente de la Virgen del Carmen, y por eso hay que creer en los milagros y tener una fe muy fuerte, porque las personas que no creen jamás sabrán lo que es recibir un milagro de Dios, motivo por el cual es de suma importancia comenzar a creer.
Indicó que el signo del escapulario significa que debemos revestirnos de las virtudes de María, quien no solamente es una protectora y un refugio, sino también es un modelo de vida, un modelo de vida que nos inspira a crecer y ser mejores. “Sí, nuestros pies deben estar en la tierra, pero nuestro corazón en alto”, expresó.
Señaló que la vida del justo está en las manos de Dios, y es precisamente Dios quien puede hacer cosas grandes en nuestras casas, en nuestras familias y en nuestra sociedad, siempre y cuando permitamos a Dios vivir en nosotros. “El escapulario es poner sobre nuestros hombros el yugo suave de la ley de Cristo, el cual nos ayuda a vivir, a soportar, a luchar y a trabajar”, aseveró.