CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- El Papa Francisco señaló que actualmente el mundo se encuentra en una “catástrofe educativa” que puede dejar fuera del sistema a más de 250 millones de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, ante esto, Obispos de México proponen al sector educativo siete prioridades, entre las que destacan el garantizar un programa estratégico general para el regreso presencial y ofrecer un esquema de vacunación a los que faltan, informó el Vocero de la Diócesis de Celaya, padre José de Jesús Palacios Torres.
Refirió que en el documento se precisa que ante esta nueva realidad ocasionada por la pandemia, las medidas sanitarias no son suficientes si no van acompañadas de un nuevo cambio en el modelo de desarrollo, a fin de que se respete y proteja la dignidad de la persona humana.
Proponen con urgencia que dentro de la política nacional se considere al sector educativo como prioritario “gestionando en conjunto un trabajo responsable, estratégico y solidario que ordene las prioridades de nuestro entramado social, económico y político”.
Detalló que estos siete puntos son: Garantizar un programa estratégico general para el regreso presencial a la comunidad educativa, para que el próximo 30 de agosto, con base a un diagnóstico serio, calificado y amplio, se atiendan las situaciones de inequidad reincorporando a los más de tres millones de niños que han quedado fuera del sistema educativo nacional, incluyendo la participación de las familias en la formulación de los protocolos sanitarios.
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Además de que se debe redoblar el esfuerzo pedagógico, tecnológico e instrumental de los programas de educación continua, para aquellos que por distintas razones no pueden regresar de manera presencial a la comunidad educativa.
También ofrecer un esquema de vacunación pronta para todos los que necesitan ya contar con la inmunización; realizar un esfuerzo proporcional en el gasto público, principalmente de la Federación, para reconvertir los centros escolares públicos y privados, en espacios en donde la comunidad educativa pueda organizarse, colaborar y responder a los desafíos más básicos, lo cual requiere de igual forma la participación de los empresarios, industriales, comerciantes y profesionistas.
De igual forma, atender el desarrollo integral de cada miembro de la sociedad, lo cual será posible si se enfoca en la atención de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. “Nos preocupa el seguimiento a sus vacunas, a su nutrición, a su seguridad ante el riesgo de maltrato o abuso; el complemento para materiales escolares o conectividad no son dádivas, sino justicia social distributiva, para atender a la compensación debida que favorezca la equidad”.
Menciona que el desafío está en la reconversión física y social, de cada comunidad escolar, a través de la Generación de un pacto educativo local, entre directivos, maestros, padres de familia, estudiantes, comunidad en general, incluyendo autoridades civiles, académicos, asociaciones religiosas, entre otros.
Asimismo, indica que es urgente Recuperar toda la estructura para la educación temprana, que antes de la Pandemia ya había sido restringida, tal y como las guarderías, estancias infantiles, pre-escolares, así como una atención integral y de calidad que garanticen las futuras condiciones educativas.
Refiere que, la educación requiere Fortalecer la infraestructura tecnológica necesaria, pues solamente a través de una comunicación bidireccional, los estudiantes pueden entablar un diálogo corresponsable, participativo y personalizante, con su educador designado.
“Es momento de que ganen los niños. Finalmente, nuestros jóvenes requieren mucha atención para insertarlos con suficientes habilidades para un empleo digno, tanto aquellos que están en el sistema formal, como los que están fuera de él”.
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Manifiesta que el presente y futuro de México puede cambiar si se coloca la educación formal y no formal en el centro de la preocupación nacional, e indica que se debe evitar que se convierta en un instrumento de ideologización o de botín para favorecer a un gremio.
“A todas las comunidades religiosas dedicadas a la educación, así como a todos los que están al frente de proyectos diocesanos educativos, los llamamos a vivir en la esperanza, la fe y la caridad. Que su presencia sea bálsamo para muchas personas, que su tesón sea fuente de creatividad, generosidad y compasión”.
“A todos los agentes educativos de la escuela pública que se han esforzado en responder a la emergencia, nuestro reconocimiento y gratitud. Su testimonio como verdaderos educadores, es invaluable”.
Es importante mencionar que, el documento, está firmado por Rogelio Cabrera López, Arzobispo de Monterrey y presidente de la CEM; Alfonso G. Miranda Guardiola, Obispo Auxiliar de Monterrey y secretario general de la CEM; así como por Enrique Díaz Díaz, Obispo de Irapuato y responsable de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la CEM.